Javier Sicilia
"Ya no hay más que decir, el mundo ya no es digno de la palabra", dice el verso dedicado a su hijo en marzo de 2011, cuando fue asesinado con siete personas más en el contexto de la lucha del narcotráfico que azota al país, que con la ofensiva militar lanzada por gobierno contra el crimen organizado, dejó más de 70.000 muertos entre 2006 y 2012.
Entonces anunció que no volvería a escribir poesía. "Vestigios" es un recuento de poemas de diferentes momentos de la vida del autor con el que "se retira del verso y emprende el camino de la resistencia civil frente a la barbarie y la guerra", señala en su contraportada el libro.
Sicilia, de 57 años, encabezó desde la muerte de su hijo varias caravanas a lo largo del territorio mexicano y en Estados Unidos, a las que se unieron cientos de familiares y amigos de víctimas de la feroz lucha del narcotráfico que vive el país.
Ningún punto final ha pesado tanto, dijo de su lado el poeta Eduardo Vázquez, durante la presentación al hablar de la acción civil de Sicilia.
El activismo de Sicilia es "una poesía pública que no se había escrito en este país", indicó.
Sicilia "pone punto final a su obra (...) no por un dolor que le ahoga la garganta también por una convicción que nos está cuestionando a todos" y diciendo que "reconozcamos que no estamos haciendo las cosas bien", dijo Vázquez.
"Que más desprecio a la palabra que un país donde la ley no vale nada, donde la justicia no vale nada", añadió Vázquez al reconocer frustración porque "no logramos parar esta violencia".
Rodeado de algunos amigos, de su editor y de un pequeño grupo de personas que asistieron a la presentación del libro, Sicilia sólo leyó algunos de sus poemas publicados.
"Una forma de mi poesía, en estos momentos es el silencio. Les pido que lo escuchen", dijo más temprano declaraciones a la prensa mexicana.
Entonces anunció que no volvería a escribir poesía. "Vestigios" es un recuento de poemas de diferentes momentos de la vida del autor con el que "se retira del verso y emprende el camino de la resistencia civil frente a la barbarie y la guerra", señala en su contraportada el libro.
Sicilia, de 57 años, encabezó desde la muerte de su hijo varias caravanas a lo largo del territorio mexicano y en Estados Unidos, a las que se unieron cientos de familiares y amigos de víctimas de la feroz lucha del narcotráfico que vive el país.
Ningún punto final ha pesado tanto, dijo de su lado el poeta Eduardo Vázquez, durante la presentación al hablar de la acción civil de Sicilia.
El activismo de Sicilia es "una poesía pública que no se había escrito en este país", indicó.
Sicilia "pone punto final a su obra (...) no por un dolor que le ahoga la garganta también por una convicción que nos está cuestionando a todos" y diciendo que "reconozcamos que no estamos haciendo las cosas bien", dijo Vázquez.
"Que más desprecio a la palabra que un país donde la ley no vale nada, donde la justicia no vale nada", añadió Vázquez al reconocer frustración porque "no logramos parar esta violencia".
Rodeado de algunos amigos, de su editor y de un pequeño grupo de personas que asistieron a la presentación del libro, Sicilia sólo leyó algunos de sus poemas publicados.
"Una forma de mi poesía, en estos momentos es el silencio. Les pido que lo escuchen", dijo más temprano declaraciones a la prensa mexicana.