Con el abatimiento la tarde del lunes de "Kike" Plancarte, confirmado este martes oficialmente por el gobierno, a manos de militares de la Marina quedó prácticamente descabezado el cártel Los Caballeros Templarios que por años ha sembrado el terror en la región de Michoacán (oeste).
Plancarte es uno de los tres capos del cártel muerto o detenido en lo que va de año y ahora el único líder visible de la organización es Servando Gómez alias "La Tuta", un exmaestro de escuela rural.
El abatimiento de Plancarte "sí significa un gran éxito para el gobierno porque destruye la cabeza de la estructura criminal", dijo a la AFP Raúl Benítez Manaut, experto en seguridad de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Previamente, el 9 de marzo, las fuerzas de seguridad habían ya abatido a Nazario Moreno "El Chayo", considerado el líder de Los Caballeros Templarios, mientras que Dionicio Loya Plancarte, tío de Enrique Plancarte, fue capturado a finales de enero.
"Podríamos estar cerca de un virtual desmantelamiento de la organización de los Templarios. No que desaparezcan, pero sí que cambiaría su dimensión, su capacidad de imponerse ante las autoridades locales y estatales", dijo la AFP a su vez Jaime Rivera, investigador en seguridad de la Universidad Michoacana.
El experto estima que el cártel pasará de ser "una organización muy fuerte y monopolista a una fragmentación de pequeños grupos delictivos y luego, no de inmediato, lo que puede venir es una disputa por este territorio" dada la importancia estratégica de Michoacán, donde se encuentra el importante puerto de Lázaro Cárdenas (océano Pacífico) y recónditas montañas donde se esconden laboratorios de drogas sintéticas.
- Renuevan estrategia ante nuevos desafíos -
Además de Los Caballeros Templarios, el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto (2012-2018) ha golpeado el liderazgo de otros tres cárteles: el del Golfo, Los Zetas y el de Sinaloa.
La acción más importante fue la detención el 22 de febrero de Joaquín "El Chapo" Guzmán, el líder del cártel de Sinaloa y el narcotraficante más buscado del mundo.
Sin embargo, con el gobierno de Peña Nieto enfocado en el operativo especial en Michoacán lanzado a inicios de año -que incluye el despliegue de unos 10.000 militares y policías- otras regiones del país sufren una escalada de violencia, como el estado de México, la región natal de Peña Nieto.
Ante el incremento de los asesinatos y episodios como ataques de pistoleros a bares y cadáveres arrojados a cunetas, el gobierno federal decidió el lunes intervenir para pacificar el estado de México, el más poblado del país con más de 15 millones de habitantes.
"En el caso del Estado de México -que rodea la capital mexicana-, lo que sucedió fue un 'efecto cucaracha'"; es decir que integrantes de Los Caballeros Templarios se desplazaron a esa jurisdicción "para abrirse un nuevo camino" ante los operativos de fuerzas federales en su bastión de Michoacán (oeste), explica Benítez.
De hecho, Plancarte no fue abatido en Michoacán sino en el pueblo de Colón de la región de Querétaro (centro), también cercana a la capital.
El gobierno anunció un plan para el estado de México que incluye duplicar el número de agentes federales desplegados y la depuración de las policías locales corruptas. En los primeros dos meses de 2014 ocurrieron en esa región 374 homicidios, contra 303 en el mismo período de 2013, según cifras oficiales, mientras los secuestros y las extorsiones también han ido en aumento.
Pero no solo esta región padece un clima de inseguridad creciente. En Morelos, situado al sur de la capital y donde se encuentra la turística Cuernavaca, los secuestros han aumentado un 350% en los últimos cuatros años, subrayó este martes el articulista Ricardo Alemán en su columna de El Universal.
Ante las fuertes críticas recibidas, el propio gobernador de Morelos, Graco Ramírez, ha pedido disculpas públicas a las víctimas de la violencia en su estado.