"Le dije con gran respeto a los presidentes aquí reunidos que este éxodo tiene que terminar. Es una amenaza a la seguridad de Estados Unidos", dijo Pence en una declaración ofrecida junto a los mandatarios de los tres países, Jimmy Morales, Salvador Sánchez Cerén y Juan Orlando Hernández, respectivamente, en Ciudad de Guatemala.
"Si nosotros respetamos su soberanía, sus fronteras, nosotros exigimos que ustedes respeten la nuestra también", agregó.
Pence subrayó que su presencia en Guatemala obedeció a un pedido del presidente Donald Trump, porque "Estados Unidos enfrenta otra crisis en la frontera sur".
"Lamentablemente, tengo que decir, que la mayoría de migrantes ilegales proviene de sus países", subrayó.
Los mandatarios centroamericanos reconocieron la necesidad de contribuir con la postura de Estados Unidos mediante el fortalecimiento de sus instituciones de seguridad para combatir a las organizaciones criminales que se dedican al tráfico ilegal de personas.
También anunciaron que redoblarán los esfuerzos por implementar mayores controles fronterizos.
Morales precisó que durante la reunión, que se cumplió en el Palacio Nacional de la Cultura, sede del Ejecutivo de Guatemala, en el centro histórico de Ciudad de Guatemala, los tres temas discutidos fueron fortalecimiento de las fronteras, migración irregular y lucha contra el narcotráfico y criminalidad.
Sánchez Cerén dijo que solicitó el respeto de los derechos de los migrantes. "Nos motiva a seguir trabajando conjuntamente, promoviendo nuestra responsabilidad" como Gobierno, dijo sobre el resultado del encuentro.
A su vez, Hernández señaló que el problema representa un "monstruo de varias cabezas y varias caras" al vincular el tema de las migraciones con el narcotráfico, el tráfico de seres humanos, todo lo cual demanda "atacarlo de raíz, con una estrategia regional".
Pence advirtió que "los números son enormes desde inicios de año", al dimensionar el "éxodo" de migrantes centroamericanos.
Precisó que "sólo este año" 150.000 personas procedentes de los tres países "abandonan sus hogares y hacen este viaje tan peligroso buscando entrar en forma ilegal" a Estados Unidos, "creyendo que pueden entrar sin consecuencias".
Reconoció que "algunos piden asilo" y que "entre la ola, tenemos integrantes de la (pandilla) MS13", aunque aclaró que "la mayoría viene en busca de mejores oportunidades económicas".
Reiteró que su Gobierno está "solidificando" sus fronteras, pues reiteró lo dicho por Trump: "si no hay fronteras, no hay país".
"Hemos comenzado a construir un muro y estamos trabajando con el Congreso para resolver algunas lagunas legales", recordó.
Cerró su mensaje con frases conciliadoras: "Mi mensaje al pueblo centroamericano, desde mi corazón: ustedes son nuestros vecinos, queremos que ustedes y sus naciones prosperen. Vengan (a Estados Unidos) legalmente, sino, no lo hagan. No pongan en juego su vida".
Los mandatarios centroamericanos abogaron por la "cooperación" con las autoridades de Estados Unidos por una "pronta reunificación" de miles de niños separados de sus padres ante la aplicación de la política del Gobierno estadounidense de cero tolerancia en la frontera con México.
Cerca de 2.300 menores -según cifras oficiales- fueron separados desde el 19 de abril de sus progenitores, procesados con cargos criminales y enviados a centros carcelarios.
Pence, junto a los mandatarios centroamericanos, anunciaron durante la declaración conjunta que en los próximos días se celebrará en Guatemala una reunión multilateral para comenzar a dar seguimiento a las propuestas discutidas en el encuentro para reducir los flujos migratorios.
El vicepresidente estadounidense dijo que la cita será multiministerial y que por su país asistiría la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, quien estuvo presente en la cita de esta tarde.
El vicemandatario llegó a Guatemala la tarde del jueves acompañado por su esposa, la segunda dama de Estados Unidos, Karen Pence, quien realizó una visita a la zona devastada por la reciente erupción del Volcán de Fuego, en el sureño departamento de Escuintla, a unos 60 kilómetros al sur de la capital.
Karen Pence viajó acompañada por la primera dama guatemalteca, Patricia de Morales. Ambas colocaron una ofrenda floral en un jardín dedicado a los 112 muertos y 197 desaparecidos que dejó la catástrofe y se reunieron con familias sobrevivientes en un albergue.
"Si nosotros respetamos su soberanía, sus fronteras, nosotros exigimos que ustedes respeten la nuestra también", agregó.
Pence subrayó que su presencia en Guatemala obedeció a un pedido del presidente Donald Trump, porque "Estados Unidos enfrenta otra crisis en la frontera sur".
"Lamentablemente, tengo que decir, que la mayoría de migrantes ilegales proviene de sus países", subrayó.
Los mandatarios centroamericanos reconocieron la necesidad de contribuir con la postura de Estados Unidos mediante el fortalecimiento de sus instituciones de seguridad para combatir a las organizaciones criminales que se dedican al tráfico ilegal de personas.
También anunciaron que redoblarán los esfuerzos por implementar mayores controles fronterizos.
Morales precisó que durante la reunión, que se cumplió en el Palacio Nacional de la Cultura, sede del Ejecutivo de Guatemala, en el centro histórico de Ciudad de Guatemala, los tres temas discutidos fueron fortalecimiento de las fronteras, migración irregular y lucha contra el narcotráfico y criminalidad.
Sánchez Cerén dijo que solicitó el respeto de los derechos de los migrantes. "Nos motiva a seguir trabajando conjuntamente, promoviendo nuestra responsabilidad" como Gobierno, dijo sobre el resultado del encuentro.
A su vez, Hernández señaló que el problema representa un "monstruo de varias cabezas y varias caras" al vincular el tema de las migraciones con el narcotráfico, el tráfico de seres humanos, todo lo cual demanda "atacarlo de raíz, con una estrategia regional".
Pence advirtió que "los números son enormes desde inicios de año", al dimensionar el "éxodo" de migrantes centroamericanos.
Precisó que "sólo este año" 150.000 personas procedentes de los tres países "abandonan sus hogares y hacen este viaje tan peligroso buscando entrar en forma ilegal" a Estados Unidos, "creyendo que pueden entrar sin consecuencias".
Reconoció que "algunos piden asilo" y que "entre la ola, tenemos integrantes de la (pandilla) MS13", aunque aclaró que "la mayoría viene en busca de mejores oportunidades económicas".
Reiteró que su Gobierno está "solidificando" sus fronteras, pues reiteró lo dicho por Trump: "si no hay fronteras, no hay país".
"Hemos comenzado a construir un muro y estamos trabajando con el Congreso para resolver algunas lagunas legales", recordó.
Cerró su mensaje con frases conciliadoras: "Mi mensaje al pueblo centroamericano, desde mi corazón: ustedes son nuestros vecinos, queremos que ustedes y sus naciones prosperen. Vengan (a Estados Unidos) legalmente, sino, no lo hagan. No pongan en juego su vida".
Los mandatarios centroamericanos abogaron por la "cooperación" con las autoridades de Estados Unidos por una "pronta reunificación" de miles de niños separados de sus padres ante la aplicación de la política del Gobierno estadounidense de cero tolerancia en la frontera con México.
Cerca de 2.300 menores -según cifras oficiales- fueron separados desde el 19 de abril de sus progenitores, procesados con cargos criminales y enviados a centros carcelarios.
Pence, junto a los mandatarios centroamericanos, anunciaron durante la declaración conjunta que en los próximos días se celebrará en Guatemala una reunión multilateral para comenzar a dar seguimiento a las propuestas discutidas en el encuentro para reducir los flujos migratorios.
El vicepresidente estadounidense dijo que la cita será multiministerial y que por su país asistiría la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, quien estuvo presente en la cita de esta tarde.
El vicemandatario llegó a Guatemala la tarde del jueves acompañado por su esposa, la segunda dama de Estados Unidos, Karen Pence, quien realizó una visita a la zona devastada por la reciente erupción del Volcán de Fuego, en el sureño departamento de Escuintla, a unos 60 kilómetros al sur de la capital.
Karen Pence viajó acompañada por la primera dama guatemalteca, Patricia de Morales. Ambas colocaron una ofrenda floral en un jardín dedicado a los 112 muertos y 197 desaparecidos que dejó la catástrofe y se reunieron con familias sobrevivientes en un albergue.