El principal motivo por la convocatoria de la marcha de hoy fue a defender el tratado con el ALBA, rechazar la propuesta de una amnistía a los autores del golpe de estado y exigir un aumento del salario mínimo al nivel al costo de la canasta básica.
Si los ejecutores del golpe de estado del 28 de junio de 2009 y sus patronos estadounidenses calcularon que el Pueblo en Marcha por la restitución del orden constitucional y la ofensiva iniciada el 2010 por una Constituyente se habría gastado sus esfuerzos, pues ese calculo entonces cayó muy mal. El espíritu combativo estaba presente en las calles de Tegucigalpa el jueves en donde pasaban mujeres en resistencia, obreros, estudiantes, campesinos, amas de casas de las colonias populares y el pueblo trabajador en general.
En cambio, la gran pregunta fue que si los uniformados si se habían gastado o estaban agotados por que solo dos camionetas aparecieron en las calles durante el largo camino hacia el Congreso Nacional.
Durante esa trayectoria entrevistamos con varios representantes populares, entrevistas que tienen un hilo común: El pueblo de Morazán no se rinde, comienza una nueva fase de la lucha para construir una Nueva Honduras.
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Luis Sosa: A defender la afiliación de Honduras al ALBA
Luis Sosa, dirigente del Frente Nacional de la Resistencia Popular (FNRP), defiende la afiliación al ALBA y rechaza los intentos del régimen de facto de derogar el tratado.
“El ALBA es el proyecto de aquellos que salieron a dar su vida por un sueño”
Hernán López y Ana Rosa Murillo, una familia hondureña pobre y típica hablan en nombres de los pobres que defienden el tratado de Honduras con el ALBA. Por que ALBA significa apoyo al campo, a la educación, erradicando el analfabetismo y el hambre en el tercer país más pobre del continente americano. Pero también significa que los jóvenes de las colonias, barrios y el campo de pobreza puedan, en el marco del ALBA, ir a estudiar en Cuba y Venezuela para realizar el sueño de ser médico. Estos derechos humanos y derechos de los pueblos quieren derogar los golpistas hondureños. En Honduras más de 150.000 analfabetos de una totalidad de 300.000 habían sido “alfabetizados” por maestros cubanos que fueron expulsados después el golpe de estado el 28 de junio de 2009. ¿Cuál es el miedo que los más humildes y oprimidos hondureños sepan leer y escribir? ¿Es entender las circunstancias que las rodean y los mantiene en la extrema pobreza?