Más de 320.000 habían huido tras el inicio de una gran ofensiva del Gobierno de Bashar al Assad, apoyado por Rusia, contra los rebeldes de Daraa, uno de los últimos bastiones que quedaba en manos de la oposición y cuna de las protestas de 2011 que desembocaron en la actual guerra civil. Decenas de miles de desplazados están varados y desprotegidos cerca de la frontera con Jordania.
Entre los rebeldes de Daraa hay diversos grupos y organizaciones, entre ellos Al Qaida en Siria-An Nusra-, el estado islámico y otros grupos fundamentalistas, cada uno con un patrocinador diferente, Arabia Saudí, Qatar, Emiratos, Estados Unidos o Israel. El Ejército sirio justificaba su ofensiva como una lucha contra "terroristas".
El viernes los rebeldes acordaron la entrega de sus armas, lo que supone una gran victoria para Al Assad. El acuerdo se asemeja a otros alcanzados previamente por el Gobierno, que recupera así antiguos feudos tras ofensivas militares apoyadas por Rusia.
Poco después de que se alcanzase el pacto, las fuerzas de Al Assad tomaron el cruce de Nassib, en la frontera con Jordania, que los rebeldes controlaban desde hace más de tres años. La captura de Nassib en abril de 2015 supuso un gran golpe para la economía siria, pues gran parte de las exportaciones pasaban por allí.
Según la agencia SANA, ahora se desplegaron soldados del Ejército en el cruce, el principal nexo de Siria con Jordania, y se izaron banderas sirias. También se dirigen allí vehículos del Ejército, informó el Observatorio.
Desde la medianoche del viernes se mantiene el alto el fuego, que también garantiza el regreso seguro de los habitantes desplazados en las últimas semanas.
El acuerdo también prevé la salida segura de los rebeldes que no quieran permanecer en Daraa hacia zonas controladas por los insurgentes en el norte de Siria.
Por otro lado, cientos de refugiados en el vecino Líbano fueron repatriados hoy a su país, informó la agencia SANA. Se trata sobre todo de mujeres y niños sirios que volvieron de la ciudad de Arsal, en el noreste de Líbano, a través del paso de Al Zamrani.
Los retornados fueron trasladados después en autobús a zonas gobernadas por el Gobierno en la región de Qalamoun, a las afueras de Damasco, explicó SANA. Según la agencia oficial libanesa, LNA, el grupo estaba compuesto por 400 personas que volvieron voluntariamente.
El mes pasado otros 400 sirios regresaron desde Arsal, donde hay más de 60.000 refugiados sirios en campamentos informales. Líbano acoge en total a un millón de sirios que huyeron de la guerra civil.
En junio las autoridades libanesas congelaron la renovación de los permisos de residencia del personal de la agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR), en medio de una disputa por el regreso de sirios.
El ministro de Exteriores libanés, Yibran Bassil, acusó a ACNUR de disuadir a los sirios de volver a su país. Beirut ha insistido en varias ocasiones en el lastre que ha supuesto para su economía la llegada masiva de refugiados sirios.
Entre los rebeldes de Daraa hay diversos grupos y organizaciones, entre ellos Al Qaida en Siria-An Nusra-, el estado islámico y otros grupos fundamentalistas, cada uno con un patrocinador diferente, Arabia Saudí, Qatar, Emiratos, Estados Unidos o Israel. El Ejército sirio justificaba su ofensiva como una lucha contra "terroristas".
El viernes los rebeldes acordaron la entrega de sus armas, lo que supone una gran victoria para Al Assad. El acuerdo se asemeja a otros alcanzados previamente por el Gobierno, que recupera así antiguos feudos tras ofensivas militares apoyadas por Rusia.
Poco después de que se alcanzase el pacto, las fuerzas de Al Assad tomaron el cruce de Nassib, en la frontera con Jordania, que los rebeldes controlaban desde hace más de tres años. La captura de Nassib en abril de 2015 supuso un gran golpe para la economía siria, pues gran parte de las exportaciones pasaban por allí.
Según la agencia SANA, ahora se desplegaron soldados del Ejército en el cruce, el principal nexo de Siria con Jordania, y se izaron banderas sirias. También se dirigen allí vehículos del Ejército, informó el Observatorio.
Desde la medianoche del viernes se mantiene el alto el fuego, que también garantiza el regreso seguro de los habitantes desplazados en las últimas semanas.
El acuerdo también prevé la salida segura de los rebeldes que no quieran permanecer en Daraa hacia zonas controladas por los insurgentes en el norte de Siria.
Por otro lado, cientos de refugiados en el vecino Líbano fueron repatriados hoy a su país, informó la agencia SANA. Se trata sobre todo de mujeres y niños sirios que volvieron de la ciudad de Arsal, en el noreste de Líbano, a través del paso de Al Zamrani.
Los retornados fueron trasladados después en autobús a zonas gobernadas por el Gobierno en la región de Qalamoun, a las afueras de Damasco, explicó SANA. Según la agencia oficial libanesa, LNA, el grupo estaba compuesto por 400 personas que volvieron voluntariamente.
El mes pasado otros 400 sirios regresaron desde Arsal, donde hay más de 60.000 refugiados sirios en campamentos informales. Líbano acoge en total a un millón de sirios que huyeron de la guerra civil.
En junio las autoridades libanesas congelaron la renovación de los permisos de residencia del personal de la agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR), en medio de una disputa por el regreso de sirios.
El ministro de Exteriores libanés, Yibran Bassil, acusó a ACNUR de disuadir a los sirios de volver a su país. Beirut ha insistido en varias ocasiones en el lastre que ha supuesto para su economía la llegada masiva de refugiados sirios.