La caravana salió de Managua y sumó en su camino a miles de manifestantes antigubernamentales que se agregaron a la espontánea demostración en demanda de “justicia, justicia” por más de medio centenar de muertos en las protestas de estudiantes universitarios que estallaron el 17 de abril.
La ciudad de 170.000 habitantes, ubicada a 25 kilómetros al sureste de Managua y considerada la “cuna del folclor” nacional, alberga el barrio indígena de Monimbó, que se levantó contra la dictadura de Anastasio Somoza en 1979 y que esta vez volvió a alzar barricadas.
La policía se replegó a la comisaría de la institución, en el centro de Masaya, como resultado de una tregua alcanzada la madrugada de hoy entre las autoridades, representantes de la Iglesia católica de la localidad y organismos de derechos humanos.
Los vecinos colocaron un pequeño altar con una cruz, flores y velas en honor a un hombre de 45 años que murió el sábado a causa de un impacto de bala en la cabeza. La sangre todavía podía observarse en el pavimento donde cayó.
Bismarck Conde, el sacerdote que participó en las negociaciones con los mandos de la Policía para la liberación de 24 detenidos y la tregua en los enfrentamientos la madrugada de hoy, declaró al canal 15 (independiente): “Pedimos tolerancia en la marcha, no provocar y no dejarnos provocar”.
Otra manifestación de estudiantes en Managua llegó hasta la Universidad Politécnica (UPOLI), en apoyo a decenas de jóvenes atrincherados en el recinto desde mediados de abril y que denuncian haber sido atacados por la policía y simpatizantes de la Juventud Sandinista, en repetidas ocasiones, con un saldo aún no aclarado de muertos y heridos.
Los jóvenes también mantienen tomadas las instalaciones de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua) que ha sido blanco de ataques, supuestamente también de fuerzas policiales.
La marcha de Masaya es la cuarta que se realiza en contra del Gobierno sandinista de Daniel Ortega, desde que estalló la crisis de gobernabilidad en el país centroamericano.
El conflicto crisis inició con una protesta de estudiantes contra una reforma al Seguro Social, que aumentaba los aportes de trabajadores y empresas. Pese a su posterior derogación, la situación derivó en grandes manifestaciones debido a la acción violenta de la Policía y de fuerzas de choque sandinistas.
El Gobierno ha confirmado 13 muertes a causa de las protestas, pero los universitarios dan cuenta de más de 66 fallecidos durante el conflicto y organismos de derechos humanos independientes contabilizan entre 42 y 59 muertos y más de 400 heridos.
La ciudad de 170.000 habitantes, ubicada a 25 kilómetros al sureste de Managua y considerada la “cuna del folclor” nacional, alberga el barrio indígena de Monimbó, que se levantó contra la dictadura de Anastasio Somoza en 1979 y que esta vez volvió a alzar barricadas.
La policía se replegó a la comisaría de la institución, en el centro de Masaya, como resultado de una tregua alcanzada la madrugada de hoy entre las autoridades, representantes de la Iglesia católica de la localidad y organismos de derechos humanos.
Los vecinos colocaron un pequeño altar con una cruz, flores y velas en honor a un hombre de 45 años que murió el sábado a causa de un impacto de bala en la cabeza. La sangre todavía podía observarse en el pavimento donde cayó.
Bismarck Conde, el sacerdote que participó en las negociaciones con los mandos de la Policía para la liberación de 24 detenidos y la tregua en los enfrentamientos la madrugada de hoy, declaró al canal 15 (independiente): “Pedimos tolerancia en la marcha, no provocar y no dejarnos provocar”.
Otra manifestación de estudiantes en Managua llegó hasta la Universidad Politécnica (UPOLI), en apoyo a decenas de jóvenes atrincherados en el recinto desde mediados de abril y que denuncian haber sido atacados por la policía y simpatizantes de la Juventud Sandinista, en repetidas ocasiones, con un saldo aún no aclarado de muertos y heridos.
Los jóvenes también mantienen tomadas las instalaciones de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua) que ha sido blanco de ataques, supuestamente también de fuerzas policiales.
La marcha de Masaya es la cuarta que se realiza en contra del Gobierno sandinista de Daniel Ortega, desde que estalló la crisis de gobernabilidad en el país centroamericano.
El conflicto crisis inició con una protesta de estudiantes contra una reforma al Seguro Social, que aumentaba los aportes de trabajadores y empresas. Pese a su posterior derogación, la situación derivó en grandes manifestaciones debido a la acción violenta de la Policía y de fuerzas de choque sandinistas.
El Gobierno ha confirmado 13 muertes a causa de las protestas, pero los universitarios dan cuenta de más de 66 fallecidos durante el conflicto y organismos de derechos humanos independientes contabilizan entre 42 y 59 muertos y más de 400 heridos.