La milicia, conocida como Huthis, pidió al Consejo de Seguridad que "respete la voluntad y la soberanía del pueblo yemení, y ser ponderada y objetiva", un día después de que la ONU la urgiera a ceder el poder y liberar a los líderes, y que se comprometa a reanudar las negociaciones.
También pidió al Consejo "no seguir el objetivo de los poderes regionales que buscan sin descanso eliminar la voluntad del pueblo yemení, en flagrante violación de las convenciones internacionales, que consideran delito inmiscuirse en los asuntos internos".
El comunicado del "Comité Supremo Revolucionario" hace referencia claramente a las vecinas monarquías del Golfo, que pidieron a la ONU actuar con fuerza contra los Huthis.
"La revolución no tiene como objetivo a los hermanos del Consejo de Cooperación del Golfo, ni ahora ni en el futuro", añadió el comunicado.
El sábado, los seis países vecinos del Golfo pidieron "al Consejo de Seguridad que tome una decisión según el capítulo 7 de la Carta de Naciones Unidas", que autoriza el uso de la fuerza militar si se viola la paz o hay actos de agresión.
El 6 de febrero, los Huthis derrocaron el gobierno y disolvieron el parlamento, y ofrecieron a todas las fuerzas políticas compartir el poder luego de que el presidente Abedrabbo Mansour, apoyado por occidente, ofreció renunciar en protesta por el avance de la milicia. El primer ministro también presentó su renuncia.