Jean-Marc Ayrault y Frank-Walter Steinmeier, que realizan una visita sorpresa de unas horas a la capital libia, tenían previsto ir a la base naval donde el gobierno de unión dirigido por Fayez al-Sarraj tiene su sede temporal.
Su visita se produce luego de la del ministro de Relaciones Exteriores italiano Paolo Gentiloni, el primer alto responsable europeo en ir a Trípoli desde los episodios de violencia del verano de 2014.
Además, se desarrolla dos días antes de una sesión crucial en el Parlamento libio, que debe decidir si otorga su confianza al nuevo ejecutivo de unión.
"Nuestra visita común con nuestros amigos franceses en Trípoli es una señal: la comunidad internacional está de acuerdo en que el camino hacia la paz y la estabilidad pasa por la aplicación del acuerdo de paz y por el gobierno de unión nacional", declaró Steinmeier.
Libia, un país petrolero, cayó en el caos tras la invasión de la OTAN que derrocó y mató a Muamar Gadafi en 2011 debido a disputas entre milicias armadas.
En el verano de 2014 el país tenía dos "gobiernos" rivales, luego de que una coalición de milicias, algunas de las cuales islamistas, tomara Trípoli.
La ONU, los países europeos, Estados Unidos y los países vecinos de Libia esperan que el gobierno de unión ayude a luchar más eficazmente contra los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI) que se han aprovechado del caos para reforzar sus posiciones en el país, a 300 km de las costas europeas.
Para el primer ministro designado del gobierno de unión nacional el apoyo internacional es importante para asentar su autoridad, aún frágil un mes después de la entrada en funciones autoproclamada de este gobierno.