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"El mandato de negociación (para lanzar las negociaciones comerciales entre la Unión Europea y Estados Unidos) fue aprobado", indicó John Clancy, el portavoz del Comisario europeo encargado del Comercio, Karel De Gucht, en su cuenta Twitter.
Tras 13 horas de negociaciones, la ministra francesa de Comercio, Nicole Bricq, aseguró el viernes por la noche durante una rueda de prensa que "obtuvimos la exclusión de todo lo que afecta a lo audiovisual" en el mandato.
La ministra francesa celebró un "buen acuerdo" tanto para Francia como para sus socios europeos.
Sin embargo, a pesar de haber aceptado las demandas francesas, el compromiso final prevé que lo audiovisual pueda ser añadido "más tarde" en el mandato de negociaciones, indicó De Gucht, partidario de no excluir ningún ámbito de las negociaciones con Estados Unidos por temor a que hicieran lo mismo.
"El sector audiovisual no consta en el mandato por el momento, pero podría ser añadido más tarde", explicó De Gucht durante una conferencia de prensa
Por tanto, la Comisión se reserva la posibilidad de revisar los términos del mandato e incluir al sector audiovisual, un escenario en el que se requeriría la unanimidad.
"Entonces se necesitaría el mismo procedimiento: se volvería a pedir la opinión de Francia y una vez más diríamos que no", subrayó Bricq.
Reunidos en Luxemburgo, los ministros de Comercio de los 27 países debían ponerse de acuerdo sobre el mandato confiado a la Comisión Europea para negociar el mayor acuerdo comercial del mundo entre la Unión Europea (UE) y Estados Unidos.
Muy sensible al principio de la excepción cultural, Francia llegó a amenazar con el veto si el sector audiovisual se incluía en el mandato de negociaciones.
Francia temía que Estados Unidos trate de obtener la supresión de las cuotas de difusión de películas en los canales de televisión y de los subsidios o reglamentos discriminatorios según la nacionalidad de las productoras o de los capitales.
También temía que Estados Unidos reclame reglas específicas para los "nuevos servicios audiovisuales", como la televisión por internet y el vídeo a la demanda.
Francia contaba con el apoyo del Parlamento Europeo, de los ministros de Cultura de unos quince países del bloque y de numerosos artistas de gran prestigio, como Steven Spielberg y Costa-Gavras, pero pocas capitales mostraron claramente su apoyo a París.
Polonia, Italia, Bélgica, Rumania y Austria tienen preocupaciones similares a las de Francia, "pero ninguno de esos países está decidido a mostrar la misma determinación", admitió Bricq.
Por su parte, Washington había expresado su descontento frente a las reticencias europeas. Un responsable del comercio exterior de Estados Unidos afirmó el jueves que la exclusión del sector audiovisual "antes siquiera de que las negociaciones empiecen" no sería "bienvenida".
Se trata de un asunto sensible, ya que el acuerdo de libre comercio entre la UE y Estados Unidos impulsaría a las dos economías y proporcionaría unos 119.000 millones de euros al año al viejo continente y 95.000 millones de euros anuales a Estados Unidos, según estimaciones.
Un TLC entre la UE y Estados Unidos unificaría a dos mercados "que juntos representan un tercio de todos los bienes y servicios vendidos en el mundo y más del 50% de la totalidad de la producción económica mundial", como recordó el secretario de Estado norteamericano John Kerry durante una gira europea en marzo.
La idea de un TLC se evocó en muchas ocasiones, pero volvió a cobrar impulso como propuesta para dinamizar a los dos bloques golpeados por la crisis de 2008 y como alternativa al estancamiento de las negociaciones globales en el marco de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
Un fracaso de las negociaciones del viernes habría ensombrecido la reunión del G8 que se celebrará la semana que viene en Ulster. Las conversaciones para establecer un TLC entre la UE y Estados Unidos deberían anunciarse oficialmente entonces.
Tras 13 horas de negociaciones, la ministra francesa de Comercio, Nicole Bricq, aseguró el viernes por la noche durante una rueda de prensa que "obtuvimos la exclusión de todo lo que afecta a lo audiovisual" en el mandato.
La ministra francesa celebró un "buen acuerdo" tanto para Francia como para sus socios europeos.
Sin embargo, a pesar de haber aceptado las demandas francesas, el compromiso final prevé que lo audiovisual pueda ser añadido "más tarde" en el mandato de negociaciones, indicó De Gucht, partidario de no excluir ningún ámbito de las negociaciones con Estados Unidos por temor a que hicieran lo mismo.
"El sector audiovisual no consta en el mandato por el momento, pero podría ser añadido más tarde", explicó De Gucht durante una conferencia de prensa
Por tanto, la Comisión se reserva la posibilidad de revisar los términos del mandato e incluir al sector audiovisual, un escenario en el que se requeriría la unanimidad.
"Entonces se necesitaría el mismo procedimiento: se volvería a pedir la opinión de Francia y una vez más diríamos que no", subrayó Bricq.
Reunidos en Luxemburgo, los ministros de Comercio de los 27 países debían ponerse de acuerdo sobre el mandato confiado a la Comisión Europea para negociar el mayor acuerdo comercial del mundo entre la Unión Europea (UE) y Estados Unidos.
Muy sensible al principio de la excepción cultural, Francia llegó a amenazar con el veto si el sector audiovisual se incluía en el mandato de negociaciones.
Francia temía que Estados Unidos trate de obtener la supresión de las cuotas de difusión de películas en los canales de televisión y de los subsidios o reglamentos discriminatorios según la nacionalidad de las productoras o de los capitales.
También temía que Estados Unidos reclame reglas específicas para los "nuevos servicios audiovisuales", como la televisión por internet y el vídeo a la demanda.
Francia contaba con el apoyo del Parlamento Europeo, de los ministros de Cultura de unos quince países del bloque y de numerosos artistas de gran prestigio, como Steven Spielberg y Costa-Gavras, pero pocas capitales mostraron claramente su apoyo a París.
Polonia, Italia, Bélgica, Rumania y Austria tienen preocupaciones similares a las de Francia, "pero ninguno de esos países está decidido a mostrar la misma determinación", admitió Bricq.
Por su parte, Washington había expresado su descontento frente a las reticencias europeas. Un responsable del comercio exterior de Estados Unidos afirmó el jueves que la exclusión del sector audiovisual "antes siquiera de que las negociaciones empiecen" no sería "bienvenida".
Se trata de un asunto sensible, ya que el acuerdo de libre comercio entre la UE y Estados Unidos impulsaría a las dos economías y proporcionaría unos 119.000 millones de euros al año al viejo continente y 95.000 millones de euros anuales a Estados Unidos, según estimaciones.
Un TLC entre la UE y Estados Unidos unificaría a dos mercados "que juntos representan un tercio de todos los bienes y servicios vendidos en el mundo y más del 50% de la totalidad de la producción económica mundial", como recordó el secretario de Estado norteamericano John Kerry durante una gira europea en marzo.
La idea de un TLC se evocó en muchas ocasiones, pero volvió a cobrar impulso como propuesta para dinamizar a los dos bloques golpeados por la crisis de 2008 y como alternativa al estancamiento de las negociaciones globales en el marco de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
Un fracaso de las negociaciones del viernes habría ensombrecido la reunión del G8 que se celebrará la semana que viene en Ulster. Las conversaciones para establecer un TLC entre la UE y Estados Unidos deberían anunciarse oficialmente entonces.
