La policía descubrió el lunes por la tarde el cadáver en avanzado estado de descomposición de Gareth Williams, de 30 años, dentro de una bolsa de viaje en el ático que ocupaba en un edificio cercano a la sede del MI6, la agencia de inteligencia exterior del Reino Unido para la que el empleado del servicio de escuchas del gobierno (GCHQ) trabajó durante el último año.
Los investigadores creen que podía llevar dos semanas muerto.
Una primera autopsia llevada a cabo el miércoles no permitió determinar las causas de su muerte, por lo que las autoridades llevaban a cabo este jueves nuevas pruebas para tratar de aclarar el misterio.
Aunque inicialmente se especuló que el asesinato podría estar relacionado con su trabajo, los investigadores creen ahora que la clave puede estar en la vida privada de este hombre soltero adicto al ciclismo y al gimnasio que sus familiares describen como una persona sumamente reservada.
El hecho de que la puerta del apartamento no fue forzada hace pensar a la policía que la víctima conocía a su asesino.
"La sugerencia de que existen vínculos con el terrorismo o la seguridad nacional con este caso está bastante baja en la lista de probabilidades", declaró a la prensa una fuente cercana a la investigación.
Los detectives están examinando su teléfono móvil y sus cuentas bancarias, así como las imágenes captadas por las cámaras de seguridad públicas y privadas de la zona de Pimlico, y han interrogado a los vecinos.
Los padres de Gareth Williams, que viven habitualmente en Gales y se encontraban de vacaciones en Norteamérica cuando ocurrieron los hechos, llegaron este jueves a Londres.
Un primo de la víctima, William Hughes, dijo a los reporteros que no ha hablado todavía directamente con ellos pero que están "profundamente conmocionados" por lo ocurrido.
Hughes describió a su primo como persona "brillante", "siempre tranquila" y "muy reservada" que nunca había llevado a una novia o pareja a las reuniones familiares que les permitían verse regularmente, la última vez hace unos meses.
Los investigadores creen que podía llevar dos semanas muerto.
Una primera autopsia llevada a cabo el miércoles no permitió determinar las causas de su muerte, por lo que las autoridades llevaban a cabo este jueves nuevas pruebas para tratar de aclarar el misterio.
Aunque inicialmente se especuló que el asesinato podría estar relacionado con su trabajo, los investigadores creen ahora que la clave puede estar en la vida privada de este hombre soltero adicto al ciclismo y al gimnasio que sus familiares describen como una persona sumamente reservada.
El hecho de que la puerta del apartamento no fue forzada hace pensar a la policía que la víctima conocía a su asesino.
"La sugerencia de que existen vínculos con el terrorismo o la seguridad nacional con este caso está bastante baja en la lista de probabilidades", declaró a la prensa una fuente cercana a la investigación.
Los detectives están examinando su teléfono móvil y sus cuentas bancarias, así como las imágenes captadas por las cámaras de seguridad públicas y privadas de la zona de Pimlico, y han interrogado a los vecinos.
Los padres de Gareth Williams, que viven habitualmente en Gales y se encontraban de vacaciones en Norteamérica cuando ocurrieron los hechos, llegaron este jueves a Londres.
Un primo de la víctima, William Hughes, dijo a los reporteros que no ha hablado todavía directamente con ellos pero que están "profundamente conmocionados" por lo ocurrido.
Hughes describió a su primo como persona "brillante", "siempre tranquila" y "muy reservada" que nunca había llevado a una novia o pareja a las reuniones familiares que les permitían verse regularmente, la última vez hace unos meses.