Miguel Ángel Moratinos
Moratinos, de 58 años, veterano diplomático curtido en varias plazas, con fama de hábil negociador y buscador de consensos, es canciller del socialista José Luis Rodríguez Zapatero desde 2004.
Diplomático de carrera, es también un especialista en Oriente Medio, ya que entre 1996 y 2003 fue enviado de la Unión Europea (UE) para el proceso de paz en esa región.
En estos seis años como ministro de Exteriores, a este hombre de aspecto bonachón --se ganó el apodo de "Buda feliz"--, le ha tocado recomponer las relaciones del gobierno español con Estados Unidos y Marruecos, tras la difícil etapa entre estos países y el ejecutivo del conservador José María Aznar.
También ha liderado el acercamiento de España y la Unión Europea a Cuba, después de que el gobierno de Aznar y la UE rompieran relaciones con La Habana, tras la ola de detenciones de disidentes de la "primavera negra" de 2003.
A partir de 2004, no sólo ha contribuido al acercamiento Madrid-La Habana sino también al de los 27 con la isla, y en los últimos años ha tratado de convencer a sus pares de la UE de suprimir la llamada posición común europea sobre Cuba, donde se pide democracia, y sustituirla por un acuerdo de cooperación.
Durante su viaje a La Habana de julio, la Iglesia católica y el régimen cubano anunciaron la liberación en cuatro meses de 52 presos políticos, de los cuales 38 ya se encuentran en España.
Moratinos, licenciado en derecho y ciencias políticas y europeísta convencido, ha asegurado en los últimos meses en varias ocasiones que las autoridades cubanas liberarán a todos los presos políticos y que van a avanzar "en materia de reformas económicas y sociales".
El lunes está prevista una reunión de ministros de Asuntos Exteriores de la UE en Luxemburgo para debatir la revisión de la posición común.
El ministro saliente también ha tenido que hacer frente a varios contenciosos relacionados con Venezuela, empezando por la famosa frase del Rey de España al presidente Hugo Chávez "¿Por qué no te callas?", en la cumbre iberoamericana de 2007.
En marzo, un juez español ordenó la detención de otros 12 miembros de ETA y las FARC --entre ellos el ex presunto etarra Arturo Cubillas-- en el marco de una investigación sobre la supuesta colaboración entre ambos grupos.
El juez dijo entonces que esa colaboración contó con la "cooperación gubernamental" venezolana, lo que el presidente Hugo Chávez niega.
Y en las últimas semanas, la confesión de dos presuntos etarras detenidos en España sobre unos cursillos que hicieron en Venezuela de la mano de Cubillas volvió a desatar la polémica en el país caribeño.
Con el vecino Marruecos, tras recomponer las malas relaciones entre el gobierno de Aznar y Rabat, Moratinos tuvo que convencer a las autoridades vecinas de que readmitieran a la activista saharaui Aminatu Haidar, expulsada a las islas Canarias, donde cumplió una huelga de hambre que centró la atención internacional.
Todo ello en el marco de una política de mano tendida a muchos países que ha sido criticada, tanto por partidos de oposición como por asociaciones de derechos humanos.
En su carrera diplomática, Moratinos, casado con una francesa y padre de tres hijos, ha trabajado además en las legaciones españoles en Belgrado y Rabat.
Entre 1987 y 1991, subdirector en la cancillería, tuvo a su cargo la política para Africa del Norte. Participó en 1991 en la preparación de la Conferencia de Paz para Oriente Medio de Madrid, y fue embajador en Israel durante seis meses en 1996.
Diplomático de carrera, es también un especialista en Oriente Medio, ya que entre 1996 y 2003 fue enviado de la Unión Europea (UE) para el proceso de paz en esa región.
En estos seis años como ministro de Exteriores, a este hombre de aspecto bonachón --se ganó el apodo de "Buda feliz"--, le ha tocado recomponer las relaciones del gobierno español con Estados Unidos y Marruecos, tras la difícil etapa entre estos países y el ejecutivo del conservador José María Aznar.
También ha liderado el acercamiento de España y la Unión Europea a Cuba, después de que el gobierno de Aznar y la UE rompieran relaciones con La Habana, tras la ola de detenciones de disidentes de la "primavera negra" de 2003.
A partir de 2004, no sólo ha contribuido al acercamiento Madrid-La Habana sino también al de los 27 con la isla, y en los últimos años ha tratado de convencer a sus pares de la UE de suprimir la llamada posición común europea sobre Cuba, donde se pide democracia, y sustituirla por un acuerdo de cooperación.
Durante su viaje a La Habana de julio, la Iglesia católica y el régimen cubano anunciaron la liberación en cuatro meses de 52 presos políticos, de los cuales 38 ya se encuentran en España.
Moratinos, licenciado en derecho y ciencias políticas y europeísta convencido, ha asegurado en los últimos meses en varias ocasiones que las autoridades cubanas liberarán a todos los presos políticos y que van a avanzar "en materia de reformas económicas y sociales".
El lunes está prevista una reunión de ministros de Asuntos Exteriores de la UE en Luxemburgo para debatir la revisión de la posición común.
El ministro saliente también ha tenido que hacer frente a varios contenciosos relacionados con Venezuela, empezando por la famosa frase del Rey de España al presidente Hugo Chávez "¿Por qué no te callas?", en la cumbre iberoamericana de 2007.
En marzo, un juez español ordenó la detención de otros 12 miembros de ETA y las FARC --entre ellos el ex presunto etarra Arturo Cubillas-- en el marco de una investigación sobre la supuesta colaboración entre ambos grupos.
El juez dijo entonces que esa colaboración contó con la "cooperación gubernamental" venezolana, lo que el presidente Hugo Chávez niega.
Y en las últimas semanas, la confesión de dos presuntos etarras detenidos en España sobre unos cursillos que hicieron en Venezuela de la mano de Cubillas volvió a desatar la polémica en el país caribeño.
Con el vecino Marruecos, tras recomponer las malas relaciones entre el gobierno de Aznar y Rabat, Moratinos tuvo que convencer a las autoridades vecinas de que readmitieran a la activista saharaui Aminatu Haidar, expulsada a las islas Canarias, donde cumplió una huelga de hambre que centró la atención internacional.
Todo ello en el marco de una política de mano tendida a muchos países que ha sido criticada, tanto por partidos de oposición como por asociaciones de derechos humanos.
En su carrera diplomática, Moratinos, casado con una francesa y padre de tres hijos, ha trabajado además en las legaciones españoles en Belgrado y Rabat.
Entre 1987 y 1991, subdirector en la cancillería, tuvo a su cargo la política para Africa del Norte. Participó en 1991 en la preparación de la Conferencia de Paz para Oriente Medio de Madrid, y fue embajador en Israel durante seis meses en 1996.