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Política
"El Mossad no está en desacuerdo con Estados Unidos sobre el programa de armamento" nuclear iraní, afirmó un exagente de los servicios de inteligencia estadounidenses, citado bajo el anonimato por el diario.
"No hay muchos puntos de divergencia entre los servicios de inteligencia estadounidenses e israelíes", añadió.
Las dieciséis agencias estadounidenses de inteligencia estiman en el reporte NIE (Informe Nacional de Inteligencia, por su sigla en inglés), realizado a inicios de 2011 y que representa el consenso de su posición, que las autoridades iraníes están divididas sobre el hecho de dotarse o no de armas nucleares, y que hasta el momento no han adoptado la decisión de fabricarlas, pese a que continúan con su controvertido programa.
Israel ha amenazado con atacar las plantas nucleares de Irán para impedir irreversibles progresos hacia el arma atómica, mientras Teherán insiste sobre el carácter pacífico de su programa nuclear.
Un exjefe del Mossad, Meir Dagan, dijo a inicios de marzo que se oponía a eventuales ataques contra las plantas iraníes, alineánsose así con el punto de vista del presidente estadounidense, Barack Obama, quien privilegia la vía diplomática y las sanciones internacionales para convencer a Teherán.
"No hay muchos puntos de divergencia entre los servicios de inteligencia estadounidenses e israelíes", añadió.
Las dieciséis agencias estadounidenses de inteligencia estiman en el reporte NIE (Informe Nacional de Inteligencia, por su sigla en inglés), realizado a inicios de 2011 y que representa el consenso de su posición, que las autoridades iraníes están divididas sobre el hecho de dotarse o no de armas nucleares, y que hasta el momento no han adoptado la decisión de fabricarlas, pese a que continúan con su controvertido programa.
Israel ha amenazado con atacar las plantas nucleares de Irán para impedir irreversibles progresos hacia el arma atómica, mientras Teherán insiste sobre el carácter pacífico de su programa nuclear.
Un exjefe del Mossad, Meir Dagan, dijo a inicios de marzo que se oponía a eventuales ataques contra las plantas iraníes, alineánsose así con el punto de vista del presidente estadounidense, Barack Obama, quien privilegia la vía diplomática y las sanciones internacionales para convencer a Teherán.
