Adosado al muelle, bordeado de lujosos hoteles particulares construidos en el siglo XVIII con los ingresos generados por esta lucrativa actividad, el memorial es un largo recorrido por el borde del río Loira en el que unas 2.000 placas de vidrio, grabadas, invitan a un viaje en el tiempo.
Unas 1.710 placas recuerdan, con el nombre del buque y su fecha de partida, cada una de las expediciones negreras organizadas desde esta ciudad, un 43% del total de las expediciones francesas, mientras que las otras 290 evocan los puertos negreros y de escala y venta.
Una placa de vidrio monumental simboliza la ruptura de la abolición de la esclavitud en esta siniestra letanía.
En el corazón de la explanada una escalera da acceso a un pasaje subterráneo de 90 metros de largo, muy cerca del agua del río. Según el deseo del creador polaco del memorial, Krzysztof Wodiczko, "los visitantes se enfrentan al encierro que resentían los esclavos durante sus transportes marítimos".
Una serie de citas sobre la abolición, la esclavitud, la libertad invitan a la meditación. Un espacio histórico ofrece referencias geográficas e históricas sobre la historia de la trata.
Pero este lugar de vocación conmemorativa no reemplaza las salas específicamente dedicadas a la historia de la trata de negros y de la esclavitud del museo situado en el castillo de los Duques de Bretaña.
Entre el memorial y el castillo un recorrido de 1,5 km balizado con once carteles señalan los lugares emblemáticos de la actividad negrera, tanto para el funcionamiento de la trata como para sus ingresos económicos.
El alcalde de Nantes, el diputado socialista Jean-Marc Ayrault, principal impulsor de la idea del memorial en 1998 en ocasión de los 150 años de la abolición, rechaza el término "arrepentimiento".
"Abrir los ojos" sobre el odioso comercio de esclavos
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Para Ayrault, "la grandeza de un pueblo se mide por su capacidad para asumir su historia. La de una sociedad capaz de confesar sus crimenes de los que lleva sus rastros. La de Nantes, que supo abrir los ojos sobre su rol en el odioso comercio triangular, base de una parte importante de su riqueza".
Unos once millones de cautivos se vieron directamente afectados por el comercio transatlántico de esclavos organizado por los europeos desde el siglo XV hasta el siglo XIX con destino de América, las Antillas y las islas del Atlántico. "9,6 millones llegaron, los otros murieron en la travesía", señala un documento de presentación del Memorial.
"La cantidad de víctimas directas e indirectas de este comercio criminal sería probablemente de 55 millones de personas en cuatro siglos", agrega.
El puerto de Nantes organizó el 43% de las expediciones francesas lo que representa en este comercio triangular, según el memorial, entre 5 y 6% de la trata de negros atlántica organizada por los europeos.
Entre 1848 y principios de los años 1980, Nantes promovió una amnesia activa, reforzada por una relativa depresión económica, al punto que los historiadores como Didier Guyvarc'h hablan de un verdadero "complejo negrero" que asocia la nostalgia de una "edad de oro" y el sentimiento de vergüenza.
El primer intento de conmemoración, con la creación de la asociación "Nantes 85, del Código Negro a la abolición de la esclavitud", en 1983, generó controversia en un primer momento y el rechazo de una subvención de la municipalidad de entonces.
Las conmemoraciones de la abolición en Francia, cada 10 de mayo desde 2006, con manifestaciones oficiales y "marcha de esclavos" -una reconstitución de época con un desfile de esclavos-, reinscribieron poco a poco esta historia en el espíritu de los habitantes de Nantes.
En diciembre de 2011, antes que la inauguración del memorial fuese aplazada por imprevistos durante los trabajos, se podía leer en carteles pegados en los muros de Nantes: "¿Lo sabía? En el siglo XVIII las expediciones negreras de Nantes deportaron más de 450.000 africanos".
Francia abolió definitivamente la esclavitud en 1848. Nantes abandonó la actividad en 1830, según el memorial, el puerto francés de Le Havre (norte) lo hizo en 1847.
Unas 1.710 placas recuerdan, con el nombre del buque y su fecha de partida, cada una de las expediciones negreras organizadas desde esta ciudad, un 43% del total de las expediciones francesas, mientras que las otras 290 evocan los puertos negreros y de escala y venta.
Una placa de vidrio monumental simboliza la ruptura de la abolición de la esclavitud en esta siniestra letanía.
En el corazón de la explanada una escalera da acceso a un pasaje subterráneo de 90 metros de largo, muy cerca del agua del río. Según el deseo del creador polaco del memorial, Krzysztof Wodiczko, "los visitantes se enfrentan al encierro que resentían los esclavos durante sus transportes marítimos".
Una serie de citas sobre la abolición, la esclavitud, la libertad invitan a la meditación. Un espacio histórico ofrece referencias geográficas e históricas sobre la historia de la trata.
Pero este lugar de vocación conmemorativa no reemplaza las salas específicamente dedicadas a la historia de la trata de negros y de la esclavitud del museo situado en el castillo de los Duques de Bretaña.
Entre el memorial y el castillo un recorrido de 1,5 km balizado con once carteles señalan los lugares emblemáticos de la actividad negrera, tanto para el funcionamiento de la trata como para sus ingresos económicos.
El alcalde de Nantes, el diputado socialista Jean-Marc Ayrault, principal impulsor de la idea del memorial en 1998 en ocasión de los 150 años de la abolición, rechaza el término "arrepentimiento".
"Abrir los ojos" sobre el odioso comercio de esclavos
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Para Ayrault, "la grandeza de un pueblo se mide por su capacidad para asumir su historia. La de una sociedad capaz de confesar sus crimenes de los que lleva sus rastros. La de Nantes, que supo abrir los ojos sobre su rol en el odioso comercio triangular, base de una parte importante de su riqueza".
Unos once millones de cautivos se vieron directamente afectados por el comercio transatlántico de esclavos organizado por los europeos desde el siglo XV hasta el siglo XIX con destino de América, las Antillas y las islas del Atlántico. "9,6 millones llegaron, los otros murieron en la travesía", señala un documento de presentación del Memorial.
"La cantidad de víctimas directas e indirectas de este comercio criminal sería probablemente de 55 millones de personas en cuatro siglos", agrega.
El puerto de Nantes organizó el 43% de las expediciones francesas lo que representa en este comercio triangular, según el memorial, entre 5 y 6% de la trata de negros atlántica organizada por los europeos.
Entre 1848 y principios de los años 1980, Nantes promovió una amnesia activa, reforzada por una relativa depresión económica, al punto que los historiadores como Didier Guyvarc'h hablan de un verdadero "complejo negrero" que asocia la nostalgia de una "edad de oro" y el sentimiento de vergüenza.
El primer intento de conmemoración, con la creación de la asociación "Nantes 85, del Código Negro a la abolición de la esclavitud", en 1983, generó controversia en un primer momento y el rechazo de una subvención de la municipalidad de entonces.
Las conmemoraciones de la abolición en Francia, cada 10 de mayo desde 2006, con manifestaciones oficiales y "marcha de esclavos" -una reconstitución de época con un desfile de esclavos-, reinscribieron poco a poco esta historia en el espíritu de los habitantes de Nantes.
En diciembre de 2011, antes que la inauguración del memorial fuese aplazada por imprevistos durante los trabajos, se podía leer en carteles pegados en los muros de Nantes: "¿Lo sabía? En el siglo XVIII las expediciones negreras de Nantes deportaron más de 450.000 africanos".
Francia abolió definitivamente la esclavitud en 1848. Nantes abandonó la actividad en 1830, según el memorial, el puerto francés de Le Havre (norte) lo hizo en 1847.