
"La riada barrió más de 40 pueblos y mató al menos a 10 personas, y muchas otras están desaparecidas", añadió Shadrach Daniel.
"Actualmente hay unas 20.000 personas desplazadas, alojadas en campamentos temporales, que necesitan desesperadamente comida, agua, ropa y mantas", detalló.
El responsable explicó que aunque las autoridades camerunesas advirtieron de la apertura de la presa hace semanas, "la gente que vivía a lo largo del río Benue (...) no hizo caso de la advertencia".
"La inundación destruyó miles de hectáreas de cultivos y casas", añadió Shadrach Daniel.