JOS, (AFP) - "Hasta ahora hemos rescatado 150 cuerpos, pero hay aún 60 personas desaparecidas", declaró Umar Baza, jefe del pueblo de Kuru Karama.
"Tenemos un inventario de la gente desplazada de nuestro pueblo, que se refugiaron en tres campamentos, y nos hemos dado cuenta que hay aún 60 personas que no aparecen", declaró Umar Baza por teléfono.
Decenas de miles de nigerianos huyeron el miércoles de los enfrentamientos entre cristianos y musulmanes en la región de Jos, donde durante cuatro días consecutivos extremistas de ambas religiones se enfrentaron con machetes y armas de fuego.
El jefe del equipo de socorristas musulmanes en el pueblo, Mohammed Shittu, confirmó el número de víctimas halladas en los pozos.
"Hay un total de 150 cuerpos retirados de los pozos desde el jueves. Vamos a regresar allá hoy para saber si hay otros cadáveres", declaró a la AFP.
"Según los relatos de los sobrevivientes las personas que habían huido de los ataques fueron asesinadas en emboscadas. Es por eso que vamos a ir allá para buscar otros cuerpos", añadió.
"Pensamos que hay otros cuerpos en los pozos, pero el nivel de descomposición hace difíciles las operaciones para extraerlos. Hemos decidido rellenar los pozos con arena", explicó por su parte Baza.
Un balance anterior dado a conocer el viernes por una organización de socorro islamista señalaba 62 cuerpos hallados.
Ningún balance oficial de los enfrentamientos ha sido publicado aún, pero según el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) al menos 180 personas murieron y otras 18.000 fueron desplazadas.
Los combates estallaron el pasado domingo en Jos, aparentemente a causa de un litigio por unas tierras entre dos propietarios, uno cristiano y otro musulmán, y se extendieron rápidamente a las comunidades vecinas.
Las autoridades federales enviaron tropas desde el martes a Jos, pero no a los alrededores de la ciudad.
En un discurso transmitido por televisión el jueves el vicepresidente nigeriano Goodluck Jonathan proimetió que el gobierno perseguirá a los autores de estas violencias.
"Quienes, mediante sus acciones o declaraciones, hayan estimulado o atizado las brasas de esta crisis, serán detenidos y procesados rápidamente", declaró.
Para evitar un ciclo de represalias, la seguridad ha sido reforzada en varias ciudades del norte (Kano, Kaduna, Maiduguri) una región de mayoría musulmana, dominada por la etnia hausa.
La precedente ola de violencia en Jos había causado entre 300 y 700 muertos a fines de 2008.
"Tenemos un inventario de la gente desplazada de nuestro pueblo, que se refugiaron en tres campamentos, y nos hemos dado cuenta que hay aún 60 personas que no aparecen", declaró Umar Baza por teléfono.
Decenas de miles de nigerianos huyeron el miércoles de los enfrentamientos entre cristianos y musulmanes en la región de Jos, donde durante cuatro días consecutivos extremistas de ambas religiones se enfrentaron con machetes y armas de fuego.
El jefe del equipo de socorristas musulmanes en el pueblo, Mohammed Shittu, confirmó el número de víctimas halladas en los pozos.
"Hay un total de 150 cuerpos retirados de los pozos desde el jueves. Vamos a regresar allá hoy para saber si hay otros cadáveres", declaró a la AFP.
"Según los relatos de los sobrevivientes las personas que habían huido de los ataques fueron asesinadas en emboscadas. Es por eso que vamos a ir allá para buscar otros cuerpos", añadió.
"Pensamos que hay otros cuerpos en los pozos, pero el nivel de descomposición hace difíciles las operaciones para extraerlos. Hemos decidido rellenar los pozos con arena", explicó por su parte Baza.
Un balance anterior dado a conocer el viernes por una organización de socorro islamista señalaba 62 cuerpos hallados.
Ningún balance oficial de los enfrentamientos ha sido publicado aún, pero según el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) al menos 180 personas murieron y otras 18.000 fueron desplazadas.
Los combates estallaron el pasado domingo en Jos, aparentemente a causa de un litigio por unas tierras entre dos propietarios, uno cristiano y otro musulmán, y se extendieron rápidamente a las comunidades vecinas.
Las autoridades federales enviaron tropas desde el martes a Jos, pero no a los alrededores de la ciudad.
En un discurso transmitido por televisión el jueves el vicepresidente nigeriano Goodluck Jonathan proimetió que el gobierno perseguirá a los autores de estas violencias.
"Quienes, mediante sus acciones o declaraciones, hayan estimulado o atizado las brasas de esta crisis, serán detenidos y procesados rápidamente", declaró.
Para evitar un ciclo de represalias, la seguridad ha sido reforzada en varias ciudades del norte (Kano, Kaduna, Maiduguri) una región de mayoría musulmana, dominada por la etnia hausa.
La precedente ola de violencia en Jos había causado entre 300 y 700 muertos a fines de 2008.