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Attahiru Jega, jefe de la comisión electoral.
"Con el objetivo de preservar la integridad de las elecciones y mantener el control sobre el proceso electoral en su conjunto, la comisión tomó la muy difícil pero necesaria decisión de aplazar al lunes 4 de abril las elecciones a la Asamblea Nacional", afirmó a la prensa, Attahiru Jega, responsable de la comisión electoral.
La jornada, en la que se iban a elegir a 360 miembros de la Cámara de Representantes y a 109 senadores, se había visto empañada desde el inicio por problemas logísticos que obligaron a aplazar el voto en la capital, Abuja.
Los colegios debían abrir a las 08H00 (0700 GMT). Fue el caso en la ciudad norteña de Kano, pero no en otras regiones donde se registraron retrasos, tanto en la llegada del personal como del material necesario.
Cerca de 73,5 millones de personas estaban registradas para votar en estas elecciones, que abren este mes de abril un intenso periodo electoral en el país.
Los nigerianos, repartidos por igual entre musulmanes, mayoritarios en el norte, y cristianos, más numerosos en el sur, deben elegir a sus parlamentarios el lunes, al presidente de la República el 9 de abril, y a los gobernadores de 36 Estados de la federación y las asambleas legislativas regionales el próximo 16.
La corta jornada electoral del sábado había quedado ensombrecida por la muerte de al menos cincuenta personas en el incendio de un camión cisterna que volcó en un control policial en el centro del país.
El Partido Demócrata Popular (PDP) del presidente nigeriano Goodluck Jonathan, un cristiano del sur petrolífero candidato a su sucesión, ganó cada presidencial desde el retorno del país al régimen civil en 1999.
Goodluck Jonathan es el favorito en la presidencial del 9 de abril, pero se enfrenta al ex dirigente militar Muhammadu Buhari, un musulmán del norte que tiene un amplio apoyo en esta región.
Según algunos analistas, el PDP podría ver disminuir el número de escaños que posee en las dos cámaras del Parlamento, como también perder puestos de gobernador en varios Estados, lo que podría generar violencia postelectoral.
El gobierno nigeriano había ordenado el viernes el cierre de sus fronteras terrestres y restringido la circulación de vehículos para garantizar la seguridad durante las legislativas, según informó el ministerio del Interior en un comunicado.
Los observadores explican estas medidas por el riesgo de que se reanude la violencia durante el periodo electoral.
Asesinatos, atentados con bomba y otras manifestaciones de violencia marcaron ya la campaña electoral en varios Estados nigerianos. Además el país suele verse sacudido por estallidos de violencia de carácter étnico y religioso en el centro.
Primer productor de crudo de Africa, Nigeria está gangrenada por la corrupción y la mayoría de la población es pobre. Sin embargo se han registrado avances y luego de dos años de una política de saneamiento del sector bancario emprendida por el Banco Central, el crecimiento del PIB en 2011 debería ser de 7%.
Diplomáticos y observadores coinciden en estimar que no es realista esperar esta vez comicios totalmente transparentes, pero consideran que podría haber progresos.
En anteriores comicios, hubo políticos -- en particular en la región petrolífera del Delta del Níger-- que armaron a bandas para estimular el fraude e intimidar a los electores.
La jornada, en la que se iban a elegir a 360 miembros de la Cámara de Representantes y a 109 senadores, se había visto empañada desde el inicio por problemas logísticos que obligaron a aplazar el voto en la capital, Abuja.
Los colegios debían abrir a las 08H00 (0700 GMT). Fue el caso en la ciudad norteña de Kano, pero no en otras regiones donde se registraron retrasos, tanto en la llegada del personal como del material necesario.
Cerca de 73,5 millones de personas estaban registradas para votar en estas elecciones, que abren este mes de abril un intenso periodo electoral en el país.
Los nigerianos, repartidos por igual entre musulmanes, mayoritarios en el norte, y cristianos, más numerosos en el sur, deben elegir a sus parlamentarios el lunes, al presidente de la República el 9 de abril, y a los gobernadores de 36 Estados de la federación y las asambleas legislativas regionales el próximo 16.
La corta jornada electoral del sábado había quedado ensombrecida por la muerte de al menos cincuenta personas en el incendio de un camión cisterna que volcó en un control policial en el centro del país.
El Partido Demócrata Popular (PDP) del presidente nigeriano Goodluck Jonathan, un cristiano del sur petrolífero candidato a su sucesión, ganó cada presidencial desde el retorno del país al régimen civil en 1999.
Goodluck Jonathan es el favorito en la presidencial del 9 de abril, pero se enfrenta al ex dirigente militar Muhammadu Buhari, un musulmán del norte que tiene un amplio apoyo en esta región.
Según algunos analistas, el PDP podría ver disminuir el número de escaños que posee en las dos cámaras del Parlamento, como también perder puestos de gobernador en varios Estados, lo que podría generar violencia postelectoral.
El gobierno nigeriano había ordenado el viernes el cierre de sus fronteras terrestres y restringido la circulación de vehículos para garantizar la seguridad durante las legislativas, según informó el ministerio del Interior en un comunicado.
Los observadores explican estas medidas por el riesgo de que se reanude la violencia durante el periodo electoral.
Asesinatos, atentados con bomba y otras manifestaciones de violencia marcaron ya la campaña electoral en varios Estados nigerianos. Además el país suele verse sacudido por estallidos de violencia de carácter étnico y religioso en el centro.
Primer productor de crudo de Africa, Nigeria está gangrenada por la corrupción y la mayoría de la población es pobre. Sin embargo se han registrado avances y luego de dos años de una política de saneamiento del sector bancario emprendida por el Banco Central, el crecimiento del PIB en 2011 debería ser de 7%.
Diplomáticos y observadores coinciden en estimar que no es realista esperar esta vez comicios totalmente transparentes, pero consideran que podría haber progresos.
En anteriores comicios, hubo políticos -- en particular en la región petrolífera del Delta del Níger-- que armaron a bandas para estimular el fraude e intimidar a los electores.
