Di Maio, de 31 años, es el nuevo rostro del M5S. Fue elegido el año pasado para reemplazar al fundador del partido Beppe Grillo, un comediante de stand-up grosero y desaliñado, que creó la agrupación en 2009.
"Los partidos xenófobos o extremistas que aparecieron en los últimos años son una amenaza para la Unión Europea. Nosotros somos una oportunidad", sostuvo Di Maio en la entrevista que se realizó por escrito. "Le puedo decir con certeza que estamos a años luz de la AfD (la formación germana Alternativa para Alemania)".
Como candidato a primer ministro, Di Maio podría convertirse en el jefe de Gobierno más joven después del austríaco Sebastian Kurz. Asegura que no quiere sacar a Italia de la OTAN o del euro, ideas con las que el partido jugó en el pasado, pero sigue teniendo sus reservas con las alianzas.
La AfD (Alternativa para Alemania), el partido anti-inmigración de extrema derecha comparte grupo político con el M5S en el Parlamento Europeo, así como con el partido antieuropeista británico UKIP.
En Italia, el M5S suma, según las encuestas, cerca del 30 por ciento del apoyo, más que cualquier otro partido en solitario, pero eso no es suficiente para ganar la mayoría parlamentaria. Además, se estima que una alianza multipartita conservadora encabezada por el ex primer ministro Silvio Berlusconi gane más votos.
Analistas señalan que el M5S puede intentar unirse a la extrema derecha, con la Liga, euroescéptica, o a la coalición izquierdista Libres e Iguales. Pero cuando se le preguntó al respecto a Di Maio, respondió: "Haremos las consideraciones apropiadas el día posterior a las elecciones":
Confirmó que la principal política del M5S será una renta básica para sacar a "9 millones" de italianos de la pobreza y rechazó las críticas que indican que esa reforma, que costará 17.000 millones de euros (unos 21.000 millones de dólares) al año, sería un regalo extravagante a los que viven del estado de bienestar.
"Esto es para hacer frente a la pobreza y reavivar el mercado de trabajo. No le daremos dinero a aquellos que están tirados en el sofá", agregó. "¿Por qué siempre nos preocupamos por los fondos para la renta básica y nunca por cómo se financian los beneficios para los políticos?".
Si llega a jefe de Gobierno, Di Maio asegura que buscará una "relación leal" con la canciller alemana, Angela Merkel, el campeón europeo de disciplina fiscal. Pero también insistirá en abordar la elevada deuda pública italiana, una de las más abultadas de la Unión Europea a pesar de las inversiones .
La lógica -que ponen en duda numerosos economistas y la Comisión Europea- es que esas inversiones estimularán la economía de manera que la deuda, cuando se la mida en proporción al Producto Bruto Interno, se contraerá.
El M5S está comprometida a cambiar "radicalmente" las estructuras de gobernanza económica europea, "que ahora están basadas en la supremacía del mercado y el cumplimiento de las reglas que son estrictas, injustificadas y económica y socialmente insostenibles", dijo Di Maio.
Con respecto a la migración, sorpresivamente negó haber acusado a grupos de ayuda a inmigrates de actuar como "taxis del Mediterráneo", conspirando con traficantes de personas para traer migrantes a Europa, a pesar de las numerosas declaraciones públicas sobre el tema.
"Nunca dije que las ONGs sean taxis marinos. Tras escuchar los argumentos y las investigaciones de algunos fiscales, dije que faltaba transparencia en algunas ONG y que deberíamos verificar si están salvando o transportando migrantes, que es muy diferente", puntualizó Di Maio.
En política exterior, se mostró partidario de levantar las sanciones impuestas a Rusia y de seguir comprometido con la OTAN -a pesar de que el M5S habló en el pasado de replegarse de Afganistán e Irak. A lo que sí se resistirá es a las demandas de la alianza militar de incrementar los gastos en defensa hasta llegar al 2 por ciento del PBI.
Aunque al partido se le reprochan falta de claridad y conexiones secretas con el Kremlin, Di Maio insiste en que "todo es muy claro y transparente" en su formación y rechazó la idea de que Rusia esté interfiriendo en la campaña italiana para ayudar al M5S. "Esa es una noticia falsa del (ex primer ministro Matteo) Renzi y (su) Partido Democrático", señaló.
Y pese a su falta experiencia en gestión pública y títulos académicos -dejó la carrera de derecho y muchas veces es objeto de burla por sus errores gramaticales- muchos italianos tienen sus esperanzas puestas en Di Maio tras años de gobiernos corruptos e ineficientes.
"La adopción de una línea más moderada y la simultánea marginación de Grillo apuntan a dar un impulso a las posibilidades del partido de cara a las elecciones", señaló Wolfango Piccoli, co-presidente de la asesora Teneo Intelligence, la semana pasada.
Queda por ver si Di Maio puede transformar un partido que en su momento fue radical en una fuerza de gobierno creíble. Los antecedentes del M5S en gobiernos locales, en ciudades grandes como Roma y Turín, no son alentadores.
También está luchando para convencer a las bases del M5S de que acepten los compromisos necesarios que vienen con las obligaciones de gobernar. El miércoles, una encuesta de Tecne señaló que un 52,2 por ciento de los votantes del partido preferiría seguir en la oposición incluso si el M5S sale primero en las elecciones.
"Los partidos xenófobos o extremistas que aparecieron en los últimos años son una amenaza para la Unión Europea. Nosotros somos una oportunidad", sostuvo Di Maio en la entrevista que se realizó por escrito. "Le puedo decir con certeza que estamos a años luz de la AfD (la formación germana Alternativa para Alemania)".
Como candidato a primer ministro, Di Maio podría convertirse en el jefe de Gobierno más joven después del austríaco Sebastian Kurz. Asegura que no quiere sacar a Italia de la OTAN o del euro, ideas con las que el partido jugó en el pasado, pero sigue teniendo sus reservas con las alianzas.
La AfD (Alternativa para Alemania), el partido anti-inmigración de extrema derecha comparte grupo político con el M5S en el Parlamento Europeo, así como con el partido antieuropeista británico UKIP.
En Italia, el M5S suma, según las encuestas, cerca del 30 por ciento del apoyo, más que cualquier otro partido en solitario, pero eso no es suficiente para ganar la mayoría parlamentaria. Además, se estima que una alianza multipartita conservadora encabezada por el ex primer ministro Silvio Berlusconi gane más votos.
Analistas señalan que el M5S puede intentar unirse a la extrema derecha, con la Liga, euroescéptica, o a la coalición izquierdista Libres e Iguales. Pero cuando se le preguntó al respecto a Di Maio, respondió: "Haremos las consideraciones apropiadas el día posterior a las elecciones":
Confirmó que la principal política del M5S será una renta básica para sacar a "9 millones" de italianos de la pobreza y rechazó las críticas que indican que esa reforma, que costará 17.000 millones de euros (unos 21.000 millones de dólares) al año, sería un regalo extravagante a los que viven del estado de bienestar.
"Esto es para hacer frente a la pobreza y reavivar el mercado de trabajo. No le daremos dinero a aquellos que están tirados en el sofá", agregó. "¿Por qué siempre nos preocupamos por los fondos para la renta básica y nunca por cómo se financian los beneficios para los políticos?".
Si llega a jefe de Gobierno, Di Maio asegura que buscará una "relación leal" con la canciller alemana, Angela Merkel, el campeón europeo de disciplina fiscal. Pero también insistirá en abordar la elevada deuda pública italiana, una de las más abultadas de la Unión Europea a pesar de las inversiones .
La lógica -que ponen en duda numerosos economistas y la Comisión Europea- es que esas inversiones estimularán la economía de manera que la deuda, cuando se la mida en proporción al Producto Bruto Interno, se contraerá.
El M5S está comprometida a cambiar "radicalmente" las estructuras de gobernanza económica europea, "que ahora están basadas en la supremacía del mercado y el cumplimiento de las reglas que son estrictas, injustificadas y económica y socialmente insostenibles", dijo Di Maio.
Con respecto a la migración, sorpresivamente negó haber acusado a grupos de ayuda a inmigrates de actuar como "taxis del Mediterráneo", conspirando con traficantes de personas para traer migrantes a Europa, a pesar de las numerosas declaraciones públicas sobre el tema.
"Nunca dije que las ONGs sean taxis marinos. Tras escuchar los argumentos y las investigaciones de algunos fiscales, dije que faltaba transparencia en algunas ONG y que deberíamos verificar si están salvando o transportando migrantes, que es muy diferente", puntualizó Di Maio.
En política exterior, se mostró partidario de levantar las sanciones impuestas a Rusia y de seguir comprometido con la OTAN -a pesar de que el M5S habló en el pasado de replegarse de Afganistán e Irak. A lo que sí se resistirá es a las demandas de la alianza militar de incrementar los gastos en defensa hasta llegar al 2 por ciento del PBI.
Aunque al partido se le reprochan falta de claridad y conexiones secretas con el Kremlin, Di Maio insiste en que "todo es muy claro y transparente" en su formación y rechazó la idea de que Rusia esté interfiriendo en la campaña italiana para ayudar al M5S. "Esa es una noticia falsa del (ex primer ministro Matteo) Renzi y (su) Partido Democrático", señaló.
Y pese a su falta experiencia en gestión pública y títulos académicos -dejó la carrera de derecho y muchas veces es objeto de burla por sus errores gramaticales- muchos italianos tienen sus esperanzas puestas en Di Maio tras años de gobiernos corruptos e ineficientes.
"La adopción de una línea más moderada y la simultánea marginación de Grillo apuntan a dar un impulso a las posibilidades del partido de cara a las elecciones", señaló Wolfango Piccoli, co-presidente de la asesora Teneo Intelligence, la semana pasada.
Queda por ver si Di Maio puede transformar un partido que en su momento fue radical en una fuerza de gobierno creíble. Los antecedentes del M5S en gobiernos locales, en ciudades grandes como Roma y Turín, no son alentadores.
También está luchando para convencer a las bases del M5S de que acepten los compromisos necesarios que vienen con las obligaciones de gobernar. El miércoles, una encuesta de Tecne señaló que un 52,2 por ciento de los votantes del partido preferiría seguir en la oposición incluso si el M5S sale primero en las elecciones.