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Federico García Lorca
El viernes, en la sede neoyorquina del Instituto Cervantes, se presentó una nueva edición del célebre poemario escrito por Lorca durante su breve paso por la ciudad entre 1929 y 1930, y que ha sido preparada por uno de los mejores hispanistas actuales, el británico Andrew Anderson.
"Quizás la diferencia más importante es la inclusión de todos los poemas que Lorca quería, en la posición que Lorca quería", explicó Anderson en charla con el público al referirse al trabajo casi arqueológico que llevó a cabo para preparar el libro.
El flamante volumen de "Poeta en Nueva York" refleja "un original, a medias manuscrito y mecanografiado, de cuya existencia y paradero se tenían hasta hace pocos años noticias inciertas", según sus editores.
Al presentar a su editor la primera versión del poemario neoyorquino en 1936, semanas antes de su asesinato, Lorca había dejado además indicaciones para incluir poemas que no estaban en sus manos, pero habían aparecido en revistas.
"Poeta en Nueva York" fue publicado de manera póstuma en 1940 sin seguir los deseos expresos de Lorca y luego el original "desapareció" durante décadas hasta ser redescubierto en 1999.
Adquirido por la Fundación García Lorca cuatro años más tarde, constituye la joya de una exposición de manuscritos, fotos y dibujos que se presenta actualmente en la Biblioteca Pública de Nueva York situada en la Quinta avenida, en el corazón de Manhattan.
La muestra se llama "Vuelvo mañana", tal como rezaba la nota que dejó García Lorca a su editor cuando le entregó el manuscrito.
Entre las múltiples actividades y homenajes del festival "Lorca en Nueva York, una celebración", que comenzó el 5 de abril y se extenderá hasta el 21 de julio, destacan además conciertos, lecturas y paseos temáticos.
Símbolo del alcance de este homenaje neoyorquino, uno de los íconos de la ciudad, la poetisa y cantante Patti Smith, ofrecerá el miércoles 5 de junio un "concierto de cumpleaños" para Lorca, en coincidencia con el 115º aniversario de su natalicio.
Smith, una ferviente admiradora de Lorca, ya había organizado en 2010 un concierto en la casa del poeta en Huerta de San Vicente, Granada (sur de España). Esta vez, se presenta con músicos y poetas amigos en una sala de rock del sur de Manhattan.
El mismo 5 de junio se llevará a cabo una nueva edición de "La Ruta de Lorca en Nueva York", una caminata temática por lugares vinculados con el paso del poeta por la Gran Manzana en torno a la Univeridad de Columbia, en el Upper East Side, a la que había llegado para estudiar inglés.
La experiencia neoyorquina de García Lorca estuvo marcada por una crisis personal que traía de España y el golpe con la modernidad y la sociedad tecnológica estadounidense, lo que generó una mezcla de dolor y sorpresa reflejada en ese poemario que rompe con su estilo tradicional.
Lorca, que ya era un autor conocido en su país tras la publicación de Canciones (1927) y Primer romancero gitano (1928), nunca logró aprender inglés, pero aprovechó su estadía en Nueva York para explorar un mundo desconocido para él, con una especial atención en el jazz y la música negra de Harlem, barrio vecino a la Universidad de Columbia.
Para los lorquianos, Nueva York es una de la cinco ciudades que marcaron la vida del poeta, junto a Granada, Madrid, La Habana y Buenos Aires.
"Quizás la diferencia más importante es la inclusión de todos los poemas que Lorca quería, en la posición que Lorca quería", explicó Anderson en charla con el público al referirse al trabajo casi arqueológico que llevó a cabo para preparar el libro.
El flamante volumen de "Poeta en Nueva York" refleja "un original, a medias manuscrito y mecanografiado, de cuya existencia y paradero se tenían hasta hace pocos años noticias inciertas", según sus editores.
Al presentar a su editor la primera versión del poemario neoyorquino en 1936, semanas antes de su asesinato, Lorca había dejado además indicaciones para incluir poemas que no estaban en sus manos, pero habían aparecido en revistas.
"Poeta en Nueva York" fue publicado de manera póstuma en 1940 sin seguir los deseos expresos de Lorca y luego el original "desapareció" durante décadas hasta ser redescubierto en 1999.
Adquirido por la Fundación García Lorca cuatro años más tarde, constituye la joya de una exposición de manuscritos, fotos y dibujos que se presenta actualmente en la Biblioteca Pública de Nueva York situada en la Quinta avenida, en el corazón de Manhattan.
La muestra se llama "Vuelvo mañana", tal como rezaba la nota que dejó García Lorca a su editor cuando le entregó el manuscrito.
Entre las múltiples actividades y homenajes del festival "Lorca en Nueva York, una celebración", que comenzó el 5 de abril y se extenderá hasta el 21 de julio, destacan además conciertos, lecturas y paseos temáticos.
Símbolo del alcance de este homenaje neoyorquino, uno de los íconos de la ciudad, la poetisa y cantante Patti Smith, ofrecerá el miércoles 5 de junio un "concierto de cumpleaños" para Lorca, en coincidencia con el 115º aniversario de su natalicio.
Smith, una ferviente admiradora de Lorca, ya había organizado en 2010 un concierto en la casa del poeta en Huerta de San Vicente, Granada (sur de España). Esta vez, se presenta con músicos y poetas amigos en una sala de rock del sur de Manhattan.
El mismo 5 de junio se llevará a cabo una nueva edición de "La Ruta de Lorca en Nueva York", una caminata temática por lugares vinculados con el paso del poeta por la Gran Manzana en torno a la Univeridad de Columbia, en el Upper East Side, a la que había llegado para estudiar inglés.
La experiencia neoyorquina de García Lorca estuvo marcada por una crisis personal que traía de España y el golpe con la modernidad y la sociedad tecnológica estadounidense, lo que generó una mezcla de dolor y sorpresa reflejada en ese poemario que rompe con su estilo tradicional.
Lorca, que ya era un autor conocido en su país tras la publicación de Canciones (1927) y Primer romancero gitano (1928), nunca logró aprender inglés, pero aprovechó su estadía en Nueva York para explorar un mundo desconocido para él, con una especial atención en el jazz y la música negra de Harlem, barrio vecino a la Universidad de Columbia.
Para los lorquianos, Nueva York es una de la cinco ciudades que marcaron la vida del poeta, junto a Granada, Madrid, La Habana y Buenos Aires.
