Al menos diez niños fueron heridos a machetazos en el atroz incidente. Todos ellos fueron hospitalizados en Bangui.
"Se ve muy frecuentemente gente herida de un machetazo, como nunca antes", dijo consternado un enfermero del hospital.
Según una fuente militar en el país africano, la masacre se produjo la madrugada del martes en un campamento a unos 100 km al norte de Bangui. Las víctimas, de la minoría étnica peul (ganaderos nómadas musulmanes), fueron abatidas a machetazos por integrantes de una milicia campesina de autodefensa de confesión cristiana, denominada "antibalaka" ("antimachetes").
"Los asaltantes fueron vistos cerca del campamento, y volvieron por la noche para atacar con arma blanca a los ganaderos [en su mayoría musulmanes] que estaban allí", refirió la fuente.
"Entre las víctimas hay niños y una mujer embarazada a la que le abrieron el vientre. Algunos han logrado escapar y hay más de diez heridos", añadió.
Un testigo dijo que los asaltantes dispararon primero y luego atacaron con machetes.
La milicia acusada del ataque dice luchar contra la exrebelión Seleka, de mayoría musulmana, que tomó el poder en marzo y ha cometido numerosos atropellos contra civiles.
Los 'antibalaka' están implantados en el noroeste del país, donde desde septiembre murieron al menos 150 personas de forma violenta. Los enfrentamientos en esa zona dieron pie a un círculo vicioso de ataques y represalias, con decenas de miles de desplazados, tanto cristianos como musulmanes.
En Damara, a unos 80 km al este de la capital, sus aproximadamente 30.000 habitantes abandonaron la ciudad en los últimos días aterrorizados por los "Seleka". Estas milicias se han integrado a las nuevas fuerzas de seguridad de Michel Djotodia, quien en marzo derrocó al presidente François Bozizé, llegado al poder una década atrás mediante un golpe de Estado.
La matanza ocurrió en vísperas del voto el jueves de una resolución del Consejo de Seguridad, impulsada por París, para autorizar una intervención militar internacional con fuerte participación francesa.
La resolución de la ONU autorizaría a la fuerza africana (MISCA) a desplegarse "durante un periodo de doce meses para proteger a los civiles y reestablecer el orden y la seguridad mediante métodos apropiados".
También las fuerzas francesas en la República Centroafricana podrán "tomar todas las medidas necesarias para apoyar a la MISCA en el desempeño de su mandato".
La resolución prevé igualmente la creación de una Comisión de investigación sobre los Derechos Humanos, un embargo de armas y la amenaza de sanciones a los responsables de atrocidades.
Según el embajador francés ante las Naciones Unidas, el contingente francés se encargará de restablecer el orden en Bangui y de garantizar "la seguridad en las carreteras para permitir el acceso de la ayuda humanitaria".
Unos 600 soldados franceses ya se encuentran en Bangui, cuyo aeropuerto controlan desde 2002, y están preparados para una eventual evacuación de ciudadanos europeos.
El ejército francés bautizó su operativo "Sangaris", nombre de una pequeña mariposa roja.