"El poder ejecutivo será conducido por un órgano de transición en un marco constitucional", afirmó el teniente coronel Zida, en un encuentro con el cuerpo diplomático, al que asistió un periodista de la AFP.
"Este órgano de transición será dirigido por una personalidad consensual designada por todos los actores de la vida nacional", declaró Zida, quien agregó que desea que eso se haga en el plazo "lo más breve posible".
Zida proseguía este lunes sus consultas con las fuerzas políticas y la comunidad internacional en Uagadugú, pues la población burkinesa exige un poder civil tras la caída el viernes del presidente Blaise Compaoré.
Compaoré fue obligado a dimitir el viernes por una insurrección popular, tras 27 años en el poder.
La jerarquía militar colocó entonces a la cabeza del poder a Zida, número dos de la guardia presidencial, pero la oposición, la sociedad civil y la población se echó el domingo a las calles para reclamar un gobierno civil.
La jornada del domingo estuvo marcada por la muerte de un joven que manifestaba delante de la sede de la televisión nacional. Murió al recibir una bala perdida, según el ejército, cuando los soldados trataban de dispersar la manifestación.
Zida, jefe del régimen de transición, mantuvo ya el domingo reuniones con la oposición y con los embajadores de Francia y de Estados Unidos, dos importantes aliados del país, máxime cuando la comunidad internacional ha condenado la toma del poder por los militares.
París "sigue con la mayor atención la situación en Burkina Faso", se limitó a declarar el lunes el ministerio de Relaciones Exteriores francés.
A diferencia de Washington, otro aliado privilegiado del país africano, que reclamó durante el fin de semana que se devolviera el poder a los civiles, París, que saludó el viernes la partida del presidente depuesto bajo la presión popular en las calles, se mantuvo en silencio.
Estados Unidos llamó al ejército "a entregar inmediatamente el poder a las autoridades civiles". No obstante, este lunes señaló que aún no decidió si suspenderá su ayuda a Uagadugú.
París "llama a todos los actores a continuar sus consultas y un jefe de Estado civil interino debe ser designado rápidamente para conducir al país a elecciones", declaró el lunes el jefe de la diplomacia francesa, Laurent Fabius.
Este lunes, las calles de Uagadugú habían recuperado su tráfico habitual, con el usual cortejo de motocicletas. También abrió el gran mercado de la capital, centro neurálgico del comercio --cerrado desde hace varios días debido a los acontecimientos en el país--, igual que los bancos, según constató una periodista de la AFP.
- Un único presidente desde 1987-
Desde 1987 Burkina Faso sólo ha conocido un presidente, Blaise Compaoré, participante en tres golpes de Estado. El último de ellos, ese año, le permitió llegar al poder tras el asesinato de su predecesor, Thomas Sankara, icono del panafricanismo.
El expresidente disfruta ahora de un refugio dorado en Yamusukro, en la vecina Costa de Marfil dirigida por su amigo Alassane Ouattara, donde está alojado desde el viernes en una lujosa residencia de Estado.
Por su parte, el teniente coronel Zida no ha dejado de reiterar su compromiso a conducir un proceso de transición concertado con todos los integrantes de la sociedad burkinesa.
"No nos interesa el poder; lo único que prima es el interés superior de la Nación", afirmó Zida en un comunicado este fin de semana.
"Se creará un órgano de transición con todos los integrantes" de la sociedad, cuya composición será objeto "de amplio consenso" y la duración de su tarea "será precisada", añadió.
La comunidad internacional condenó la toma de poder de facto por parte de los militares en este país africano.
Estados Unidos, importante aliado del país, condenó "el intento del ejército burkinés de imponer su voluntad al pueblo", y llamó a los militares "a entregar de inmediato el poder a las autoridades civiles".
Por su parte, la Unión Europea (UE) y la mediación internacional tripartita en Burkina, integrada por la ONU, la Unión Africana (UA) y la CEDEAO (organización regional de África occidental), condenaron la toma del poder por los militares.
La Unión Europea, por su parte, instó a los militares a respetar los derechos fundamentales de la población, entre ellos, el de manifestarse pacíficamente.
Por su parte, la Unión Africana (UA) instó el lunes al ejército de Burkina Faso a devolver el poder a los civiles en dos semanas, después de que los militares nombraran a un líder interino para sustituir al presidente derrocado Blaise Compaoré.
"Pedimos a las fuerzas armadas que transfieran el poder a las autoridades civiles, y el Consejo fijó un periodo de dos semanas" para hacerlo, dijo Simeon Oyono Esono, director del Consejo de Paz y Seguridad de la UA.