Reporteros de la AFP vieron espesas columnas de humo sobre Donetsk, y se oyeron grandes explosiones así como disparos de armas automáticas.
El gobierno de Kiev acusa a los rebeldes de poner en peligro la tregua con una nueva ofensiva contra posiciones del ejército en esta región, castigada por cinco meses de un conflicto que ha dejado cerca de 2.700 víctimas.
Los combates del domingo se concentraban alrededor del aeropuerto de Donetsk, en manos del ejército, donde el viernes los militares ucranianos aseguraron haber frenado una ofensiva rebelde.
"Las acciones terroristas están amenazando la ejecución del plan de paz del presidente" Petro Poroshenko, indicó un portavoz del consejo nacional de seguridad y defensa, Volodymyr Polyovy.
Por su parte los rebeldes acusaron al ejército ucraniano de dispararles.
"De nuestro lado nadie está disparando pero ellos están rompiendo las reglas, todo el mundo lo sabe", afirmó un comandante rebelde en un puesto de control cerca del pueblo de Olenivka, al sur de Donetsk.
El alto el fuego declarado el 5 de septiembre ha rebajado la tensión en este conflicto -el más grave entre Rusia y los países occidentales desde el final de la Guerra Fría- y ha permitido el intercambio de prisioneros.
A pesar de ello el primer ministro ucraniano, Arseniy Yatsenyuk, acusó de nuevo el sábado al presidente ruso Vladimir Putin de querer "eliminar Ucrania como país independiente".
-- Sanciones económicas --
La crisis ha desatado además una guerra económica entre Rusia y los países occidentales.
El presidente Petro Poroshenko viaja esta semana a Washington donde se reunirá con Barack Obama para conseguir un "estatus especial" en su relación con Estados Unidos para alejarse de la órbita de Moscú.
Por el momento el presidente estadounidense ha rechazado una implicación militar directa pero anunció una serie de sanciones económicas que, junto a las que también ha declarado la Unión Europea, impiden el acceso de Rusia al capital occidental y afectan a la industria petrolera, clave para Moscú.
El ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, acusó el sábado a Estados Unidos de intentar usar el conflicto para "romper los lazos económicos entre la UE y Rusia y forzar a Europa a comprar gas estadounidense a precios más altos".
La UE, muy dependiente del gas ruso, decidió el viernes aplazar hasta 2015 la entrada en vigor de un acuerdo comercial con Ucrania que los dos parlamentos ratificarán el próximo martes, un gesto interpretado como una concesión a Moscú.
La tregua declarada a principios de mes puso fin a una contraofensiva rebelde que tenía, según los occidentales, el apoyo de paracaidistas y armamento ruso, aunque Moscú siempre ha negado la presencia de sus tropas en Ucrania.
La tensión aumentó el sábado con la llegada al territorio rebelde de un convoy de ayuda humanitaria rusa de 220 camiones. El contenido de los camiones no fue controlado en la frontera y las autoridades de Kiev denunciaron una "violación de los trámites fronterizos".