Los índices de malnutrición severa aguda, una situación en la que la vida corre peligro debido a un peso muy por debajo al estimado por la altura, una debilidad patente o la presencia del edema nutricional, han aumentado un 50 por ciento desde el año pasado en seis países, señaló Lowcock.
"Son niveles que no habíamos visto desde la crisis de 2012 y los meses más críticos están por llegar", añadió Lowcock.
La crisis de alimentos se ha visto agudizada por las escasas y erráticas lluvias en 2017, lo que derivó en una escasez de agua, cosechas y pastos, así como también en pérdidas en el ganado.
Millones de personas ya han agotado sus provisiones de alimentos, lo que obliga a las familias a no poder realizar todas las comidas, a retirar a los hijos de las escuelas y no poder realizar tratamientos esenciales para la salud con el fin de ahorrar un dinero que se dedica a comida, señala la ONU.
"Son niveles que no habíamos visto desde la crisis de 2012 y los meses más críticos están por llegar", añadió Lowcock.
La crisis de alimentos se ha visto agudizada por las escasas y erráticas lluvias en 2017, lo que derivó en una escasez de agua, cosechas y pastos, así como también en pérdidas en el ganado.
Millones de personas ya han agotado sus provisiones de alimentos, lo que obliga a las familias a no poder realizar todas las comidas, a retirar a los hijos de las escuelas y no poder realizar tratamientos esenciales para la salud con el fin de ahorrar un dinero que se dedica a comida, señala la ONU.