Inicio
Política
Soldados sirios
Se estima que 99.569 personas se han desplazado desde el sur de Idlib y el norte de Hama desde el 1 de diciembre hasta el martes, dijo Tom.
A fines de la semana pasada, la ONU cifraba los desplazados de esas regiones en 70.000.
Idlib es la única provincia siria que sigue siendo opuesta al gobierno, en su mayoría en manos de grupos ligados a Al Qaeda.
El Alto Comisionado de la ONU para derechos humanos, Said Raad al Hussein, se mostró extremadamente preocupado por la situación en el enclave insurgente de Guta Este, cerca de Damasco. "El sufrimiento de las personas en Siria no tiene fin", dijo. Los ataques por tierra y los bombardeos desde el aire, añadió, ponen en peligro la seguridad de cientos de miles de civiles.
La provincia de Idlib es la única que ha estado hasta ahora dominada por insurgentes, en su mayoría grupos ligados a Al Qaeda.
Rusia e Irán, como aliados del Gobierno, así como Turquía, que apoya a algunos grupos opositores, declararon el año pasado la provincia como una de las zonas de distensión. Los grupos daesh y Al Qaida estaban fuera de esa distensión.
Por eso las fuerzas del Gobierno han reanudado últimamente los ataques, de forma que ha aumentado la violencia, como también ocurre en Guta Este. El Ejército sirio y sus aliados se hicieron con el aeropuerto militar estratégicamente importante de Abu as Suhur, en el este de Idlib.
Los activistas informan en los últimos días que se han intensificado los bombardeos rusos y hubo más víctimas entre los milicianos. Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, en el noroeste de Siria la gente huye por temor a quedar atrapada por las tropas del Gobierno.
"Se trata de una de las mayores oleadas de gente huyendo", dijo el portavoz de la organización humanitaria Violet Syria, Nur Awad. La situación de los expulsados es muy mala. "Huyen con lo puesto". Según Awad, lo que falta sobre todo son albergues, especialmente ahora que en las noches de invierno las temperaturas son muy frías.
También la OCHA dijo que la situación en Idlib es "extremadamente mala". La mayoría de campamentos de desplazados han llegado al máximo de ocupación. Asimismo, las organizaciones humanitarias tienen problemas para cubrir la creciente necesidad de bienes. "Esa nueva situación se ha dado rápidamente el mes pasado", dijo un trabajador de una organización humanitaria extranjera. La situación ya era difícil antes de la nueva oleada de refugiados.
Según la ONU, una gran parte de los refugiados se dirige a la frontera turca. Los analistas temen que podrían intentar llegar al país, si la violencia se extiende a otras zonas. En la región junto a la frontera con Turquía viven, según datos de la ONU, más de 2,5 millones de personas, entre ellos más de un millón de desplazados. Desde el inicio de la guerra civil en el país hace casi siete años, cerca de 5,5 millones de sirios han huido a los países vecinos.
A raíz del incremento de la violencia en Idlib, Turquía instó a Rusia e Irán a detener la ofensiva siria. "Irán y Rusia tienen que cumplir con sus compromisos", dijo Mevlüt Cavusoglu. Como potencias garantes deberían detener al Gobierno, agregó.
En tanto, al menos tres soldados murieron y varias personas más resultaron heridas al estallar un depósito de municiones en el oeste de Siria, informaron hoy fuentes militares sirias.
La explosión, cuya causa se desconoce, se produjo en la localidad de Slinfa, al este de la ciudad portuaria de Latakia. La región, situada junto al Mediterráneo, es un feudo de los seguidores del presidente Bashar al Assad.
A fines de la semana pasada, la ONU cifraba los desplazados de esas regiones en 70.000.
Idlib es la única provincia siria que sigue siendo opuesta al gobierno, en su mayoría en manos de grupos ligados a Al Qaeda.
El Alto Comisionado de la ONU para derechos humanos, Said Raad al Hussein, se mostró extremadamente preocupado por la situación en el enclave insurgente de Guta Este, cerca de Damasco. "El sufrimiento de las personas en Siria no tiene fin", dijo. Los ataques por tierra y los bombardeos desde el aire, añadió, ponen en peligro la seguridad de cientos de miles de civiles.
La provincia de Idlib es la única que ha estado hasta ahora dominada por insurgentes, en su mayoría grupos ligados a Al Qaeda.
Rusia e Irán, como aliados del Gobierno, así como Turquía, que apoya a algunos grupos opositores, declararon el año pasado la provincia como una de las zonas de distensión. Los grupos daesh y Al Qaida estaban fuera de esa distensión.
Por eso las fuerzas del Gobierno han reanudado últimamente los ataques, de forma que ha aumentado la violencia, como también ocurre en Guta Este. El Ejército sirio y sus aliados se hicieron con el aeropuerto militar estratégicamente importante de Abu as Suhur, en el este de Idlib.
Los activistas informan en los últimos días que se han intensificado los bombardeos rusos y hubo más víctimas entre los milicianos. Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, en el noroeste de Siria la gente huye por temor a quedar atrapada por las tropas del Gobierno.
"Se trata de una de las mayores oleadas de gente huyendo", dijo el portavoz de la organización humanitaria Violet Syria, Nur Awad. La situación de los expulsados es muy mala. "Huyen con lo puesto". Según Awad, lo que falta sobre todo son albergues, especialmente ahora que en las noches de invierno las temperaturas son muy frías.
También la OCHA dijo que la situación en Idlib es "extremadamente mala". La mayoría de campamentos de desplazados han llegado al máximo de ocupación. Asimismo, las organizaciones humanitarias tienen problemas para cubrir la creciente necesidad de bienes. "Esa nueva situación se ha dado rápidamente el mes pasado", dijo un trabajador de una organización humanitaria extranjera. La situación ya era difícil antes de la nueva oleada de refugiados.
Según la ONU, una gran parte de los refugiados se dirige a la frontera turca. Los analistas temen que podrían intentar llegar al país, si la violencia se extiende a otras zonas. En la región junto a la frontera con Turquía viven, según datos de la ONU, más de 2,5 millones de personas, entre ellos más de un millón de desplazados. Desde el inicio de la guerra civil en el país hace casi siete años, cerca de 5,5 millones de sirios han huido a los países vecinos.
A raíz del incremento de la violencia en Idlib, Turquía instó a Rusia e Irán a detener la ofensiva siria. "Irán y Rusia tienen que cumplir con sus compromisos", dijo Mevlüt Cavusoglu. Como potencias garantes deberían detener al Gobierno, agregó.
En tanto, al menos tres soldados murieron y varias personas más resultaron heridas al estallar un depósito de municiones en el oeste de Siria, informaron hoy fuentes militares sirias.
La explosión, cuya causa se desconoce, se produjo en la localidad de Slinfa, al este de la ciudad portuaria de Latakia. La región, situada junto al Mediterráneo, es un feudo de los seguidores del presidente Bashar al Assad.
