Vestido con un traje oscuro, una camisa blanca y una corbata azul, el presidente se mostró más dicharachero y suelto de lo habitual en las entrevistas que concede en la prensa. Su lenguaje corporal era incluso distinto: sentado con las piernas cruzadas, y los brazos estirados, apoyados sobre la parte superior del típico sofá amarillo del programa.
Su aparición en un programa como 'The View' suscitó las críticas de algunos analistas, e incluso del gobernador de Pennsylvania, Ed Rendell, por considerar que rebajaba la institución presidencial. Sin embargo, al lado de preguntas sobre su familia, y alguna otra de liviana sobre Lindsay Lohan, las presentadoras se interesaron sobre todo por los principales temas de la actualidad política del país, como la situación de la economía o la guerra de Afganistán.
"Estaba intentando encontrar un programa que Michelle realmente mire", bromeó Obama al principio de la entrevista cuando le recordaron lo histórico de su visita. "En los otros programas de noticias que me entrevistan, Michelle se aburre y acaba cambiando de canal".
El presidente aprovechó la oportunidad que le brindó el programa para defender los logros de su presidencia, a pesar de que las encuestas no lo reflejen y su popularidad continúe a la baja. Joy Behar, de las cinco presentadoras, la que responde a un perfil progresista, le preguntó a Obama que dónde está su perro de presa que es capaz de atacar a los medios conservadores que dominan el debate público. "Ése es tu trabajo", respondió Obama con una sonrisa y arrancando una vez más aplausos de un público entregado.
En sus respuestas políticas, Obama no ofreció ninguna novedad. Reiteró por enésima vez que el paquete de estímulo económico fue útil para salvar millones de trabajos, se quejó de que la prensa esté más interesada en cubrir polémicas estériles en lugar de los debates trascendentales que afronta el país, y aseguró que aún falta trabajo por hacer en Afganistán, pero que el compromiso del país no puede ser ilimitado.
Además, Obama resaltó durante la entrevista que "sigue habiendo discriminación y racismo en Estados Unidos, pero que estamos progresando" para que la situación cambie.
En cambio, no es tan habitual que Obama responda preguntas sobre temas más livianos, sobre su asistencia a la boda de Chelsea Clinton. El presidente reveló que no asistiría, y que de hecho, no fue invitado, una decisión que comprende perfectamente. "Ya es difícil tener un presidente en la boda... no quieres tener dos", dijo el presidente, alegando que sería engorroso para los invitados pasar por un detector de metales, y saber que todos los servicios secretos deberían desenvolver todos los regalos.
"Creo que Bill y Hillary Clinton, correctamente, han querido que esto se centre en Chelsea y su marido ... Ellos han sido unos padres magníficos, que siempre han intentado que Chelsea tenga una vida lo más normal posible. Y nosotros tenemos esta misma actitud con nuestras hijas", añadió el inquilino de la Casa Blanca.
En la parte de las preguntas que calificaron de "difíciles", el presidente aseguró saber que Lindsay Lohan está en la cárcel, no quiso pronunciar sobre si Mel Gibson debería recibir una terapia para controlar su ira, y reconoció que no sabe quién es Snooki, una de las concursantes del reality show 'Jersey Shore'. Por lo visto, Obama pasó la prueba, pues su examinadora le confesó que quizás era mejor que no lo supiera, y dedicara el tiempo a otros asuntos más importantes.
Su aparición en un programa como 'The View' suscitó las críticas de algunos analistas, e incluso del gobernador de Pennsylvania, Ed Rendell, por considerar que rebajaba la institución presidencial. Sin embargo, al lado de preguntas sobre su familia, y alguna otra de liviana sobre Lindsay Lohan, las presentadoras se interesaron sobre todo por los principales temas de la actualidad política del país, como la situación de la economía o la guerra de Afganistán.
"Estaba intentando encontrar un programa que Michelle realmente mire", bromeó Obama al principio de la entrevista cuando le recordaron lo histórico de su visita. "En los otros programas de noticias que me entrevistan, Michelle se aburre y acaba cambiando de canal".
El presidente aprovechó la oportunidad que le brindó el programa para defender los logros de su presidencia, a pesar de que las encuestas no lo reflejen y su popularidad continúe a la baja. Joy Behar, de las cinco presentadoras, la que responde a un perfil progresista, le preguntó a Obama que dónde está su perro de presa que es capaz de atacar a los medios conservadores que dominan el debate público. "Ése es tu trabajo", respondió Obama con una sonrisa y arrancando una vez más aplausos de un público entregado.
En sus respuestas políticas, Obama no ofreció ninguna novedad. Reiteró por enésima vez que el paquete de estímulo económico fue útil para salvar millones de trabajos, se quejó de que la prensa esté más interesada en cubrir polémicas estériles en lugar de los debates trascendentales que afronta el país, y aseguró que aún falta trabajo por hacer en Afganistán, pero que el compromiso del país no puede ser ilimitado.
Además, Obama resaltó durante la entrevista que "sigue habiendo discriminación y racismo en Estados Unidos, pero que estamos progresando" para que la situación cambie.
En cambio, no es tan habitual que Obama responda preguntas sobre temas más livianos, sobre su asistencia a la boda de Chelsea Clinton. El presidente reveló que no asistiría, y que de hecho, no fue invitado, una decisión que comprende perfectamente. "Ya es difícil tener un presidente en la boda... no quieres tener dos", dijo el presidente, alegando que sería engorroso para los invitados pasar por un detector de metales, y saber que todos los servicios secretos deberían desenvolver todos los regalos.
"Creo que Bill y Hillary Clinton, correctamente, han querido que esto se centre en Chelsea y su marido ... Ellos han sido unos padres magníficos, que siempre han intentado que Chelsea tenga una vida lo más normal posible. Y nosotros tenemos esta misma actitud con nuestras hijas", añadió el inquilino de la Casa Blanca.
En la parte de las preguntas que calificaron de "difíciles", el presidente aseguró saber que Lindsay Lohan está en la cárcel, no quiso pronunciar sobre si Mel Gibson debería recibir una terapia para controlar su ira, y reconoció que no sabe quién es Snooki, una de las concursantes del reality show 'Jersey Shore'. Por lo visto, Obama pasó la prueba, pues su examinadora le confesó que quizás era mejor que no lo supiera, y dedicara el tiempo a otros asuntos más importantes.