Al recibir al jesuita argentino de 78 años en los jardines de la mansión presidencial frente a miles de personas, Obama saludó su papel en el acercamiento entre Estados Unidos y Cuba.
"Estamos agradecidos por su invalorable apoyo a nuestro nuevo comienzo con el pueblo cubano, que promete mejores relaciones entre nuestros países", dijo el mandatario.
Bajo un cielo azul y despejado en la fresca mañana de la capital estadounidense, Obama elogió el "mensaje de amor y esperanza" del pontífice que "ha inspirado a muchas personas" alrededor del mundo.
"Como hijo de una familia de inmigrantes, me alegra estar en este país, que ha sido construido en gran parte por tales familias", respondió Francisco en inglés, aludiendo a la polémica política hacia la inmigración latina en Estados Unidos.
"Viva El Papa", surgió del enorme contingente de seguidores latinos congregados.
Sobre el cambio climático, prioridad del gobierno de Obama, ambos líderes reconocieron la urgencia para preservar el ambiente.
El papa "nos recuerda que tenemos una obligación sagrada con nuestro planeta, magnífico regalo de Dios para nosotros" dijo Obama, mientras el papa subrayó que "también a mí me parece evidente que el cambio climático es un problema que no se puede dejar a la próxima generación".
Y llamando a tomar conciencia de los excluidos del mundo, Francisco señaló que "todavía tenemos tiempo para hacer los cambios necesarios para lograr un desarrollo sostenible e integral".
Washington, usualmente indiferente a las caravanas de ilustres jerarcas que se desplazan por sus calles, se ha visto envuelta en una "papamanía" por Francisco, que realiza una visita de seis días por Estados Unidos.
Es la primera vez que Jorge Bergoglio visita Estados Unidos.
Una multitud -unos 11.000 invitados- estaba presente para recibir con gran pompa al papa, que arribó el martes proveniente de Cuba.
Desde tempranas horas de la mañana, la gente ya llegaba en bandadas a la capital, evidente en el congestionado metro capitalino.
"Solo una vez en la vida", se presenta semejante oportunidad, dijo a la AFP Katherine Gorman, quien estaba en el metro a las cinco de la madrugada (09H00 GMT).
Tras una reunión en el salón Oval con Obama, el pontífice saludará a la multitud en las calles aledañas desde el papamóvil -un Jeep con aberturas laterales propicias para el popular pontífice, dado a romper protocolo.
El efusivo recibimiento refleja las coincidencias entre Obama, de fe protestante, y este jesuita argentino de 78 años.
Aún así, la Casa Blanca busca evitar cualquier sugerencia de que recibe a un papa reverenciado por unos 70 millones de católicos en Estados Unidos para golpear a sus enemigos republicanos en el Congreso.
El objetivo del encuentro es reunir "a dos hombres que tienen muchos valores en común", dijo el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest.
Pero tras su papel en las negociaciones secretas entre La Habana y Washington y su posición de vanguardia en pro del ambiente, Francisco es un aliado político importante de Obama, en sus últimos meses en el poder.
El discurso más esperado de Francisco en la capital estadounidense será el jueves, ante las dos cámaras del Congreso.
Allí el Papa pretende ahondar en el medio ambiente y los riesgos que implica el cambio climático, tema que fue objeto de la encíclica "Laudato Si" y que divide las opiniones del conservador partido Republicano, que controla las dos cámaras del parlamento.
No es secreto que los sectores más conservadores -en su gran mayoría de fe protestante- no aceptan que un líder espiritual de la talla del papa venga al Congreso a expresar ideas que coinciden con las del presidente, a quien los republicanos combaten día y noche.
En el avión en que viajó desde Cuba, Francisco dijo a los periodistas que no planea hacer referencia explícita al bloqueo estadounidense contra Cuba en el Congreso, aunque hará una alusión general a acuerdos internacionales.
El embargo a Cuba solo puede ser desmontado por el Congreso y aunque Obama ha pedido que se elimine esa legislación, los Republicanos no muestran ninguna prisa en hacerlo.
Antes de viajar a Nueva York para la Asamblea General de la ONU y luego a Filadelfia, Francisco hablará sobre la protección y recepción de los inmigrantes; la defensa del medio ambiente, con un firme alegato a favor de una revolución energética radical y una desaceleración económica, según fuentes vaticanas.
Tampoco faltarán críticas a la "dictadura" de la tecnología y las finanzas, así como la denuncia de la responsabilidad de los vendedores de armas y las grandes potencias en la "tercera guerra mundial en cuotas" en curso, que denuncia sin cesar.
"Estamos agradecidos por su invalorable apoyo a nuestro nuevo comienzo con el pueblo cubano, que promete mejores relaciones entre nuestros países", dijo el mandatario.
Bajo un cielo azul y despejado en la fresca mañana de la capital estadounidense, Obama elogió el "mensaje de amor y esperanza" del pontífice que "ha inspirado a muchas personas" alrededor del mundo.
"Como hijo de una familia de inmigrantes, me alegra estar en este país, que ha sido construido en gran parte por tales familias", respondió Francisco en inglés, aludiendo a la polémica política hacia la inmigración latina en Estados Unidos.
"Viva El Papa", surgió del enorme contingente de seguidores latinos congregados.
Sobre el cambio climático, prioridad del gobierno de Obama, ambos líderes reconocieron la urgencia para preservar el ambiente.
El papa "nos recuerda que tenemos una obligación sagrada con nuestro planeta, magnífico regalo de Dios para nosotros" dijo Obama, mientras el papa subrayó que "también a mí me parece evidente que el cambio climático es un problema que no se puede dejar a la próxima generación".
Y llamando a tomar conciencia de los excluidos del mundo, Francisco señaló que "todavía tenemos tiempo para hacer los cambios necesarios para lograr un desarrollo sostenible e integral".
Washington, usualmente indiferente a las caravanas de ilustres jerarcas que se desplazan por sus calles, se ha visto envuelta en una "papamanía" por Francisco, que realiza una visita de seis días por Estados Unidos.
Es la primera vez que Jorge Bergoglio visita Estados Unidos.
- Multitudinario -
Una multitud -unos 11.000 invitados- estaba presente para recibir con gran pompa al papa, que arribó el martes proveniente de Cuba.
Desde tempranas horas de la mañana, la gente ya llegaba en bandadas a la capital, evidente en el congestionado metro capitalino.
"Solo una vez en la vida", se presenta semejante oportunidad, dijo a la AFP Katherine Gorman, quien estaba en el metro a las cinco de la madrugada (09H00 GMT).
Tras una reunión en el salón Oval con Obama, el pontífice saludará a la multitud en las calles aledañas desde el papamóvil -un Jeep con aberturas laterales propicias para el popular pontífice, dado a romper protocolo.
El efusivo recibimiento refleja las coincidencias entre Obama, de fe protestante, y este jesuita argentino de 78 años.
Aún así, la Casa Blanca busca evitar cualquier sugerencia de que recibe a un papa reverenciado por unos 70 millones de católicos en Estados Unidos para golpear a sus enemigos republicanos en el Congreso.
El objetivo del encuentro es reunir "a dos hombres que tienen muchos valores en común", dijo el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest.
Pero tras su papel en las negociaciones secretas entre La Habana y Washington y su posición de vanguardia en pro del ambiente, Francisco es un aliado político importante de Obama, en sus últimos meses en el poder.
- Temas candentes -
El discurso más esperado de Francisco en la capital estadounidense será el jueves, ante las dos cámaras del Congreso.
Allí el Papa pretende ahondar en el medio ambiente y los riesgos que implica el cambio climático, tema que fue objeto de la encíclica "Laudato Si" y que divide las opiniones del conservador partido Republicano, que controla las dos cámaras del parlamento.
No es secreto que los sectores más conservadores -en su gran mayoría de fe protestante- no aceptan que un líder espiritual de la talla del papa venga al Congreso a expresar ideas que coinciden con las del presidente, a quien los republicanos combaten día y noche.
En el avión en que viajó desde Cuba, Francisco dijo a los periodistas que no planea hacer referencia explícita al bloqueo estadounidense contra Cuba en el Congreso, aunque hará una alusión general a acuerdos internacionales.
El embargo a Cuba solo puede ser desmontado por el Congreso y aunque Obama ha pedido que se elimine esa legislación, los Republicanos no muestran ninguna prisa en hacerlo.
Antes de viajar a Nueva York para la Asamblea General de la ONU y luego a Filadelfia, Francisco hablará sobre la protección y recepción de los inmigrantes; la defensa del medio ambiente, con un firme alegato a favor de una revolución energética radical y una desaceleración económica, según fuentes vaticanas.
Tampoco faltarán críticas a la "dictadura" de la tecnología y las finanzas, así como la denuncia de la responsabilidad de los vendedores de armas y las grandes potencias en la "tercera guerra mundial en cuotas" en curso, que denuncia sin cesar.