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Max Davis, que refuta las acusaciones, es el primer obispo australiano perseguido por pederastia.
El prelado católico está acusado de haber agredido sexualmente a un alumno en 1969, cuando daba clases en el colegio San Benito cerca de Perth (oeste), dos años antes de su ordenación. La policía no dio más detalles.
El obispo, de 68 años, lo "desmiente categóricamente", precisó la Iglesia.
Las fuerzas de defensa australianas indicaron también que Max Davis no ejercerá las funciones de su cargo, que desempeña desde 2003, durante la instrucción.
El obispo debería comparecer ante la justicia en las próximas semanas.
En abril de 2013, Australia abrió una investigación pública sobre los abusos sexuales cometidos con niños colocados en instituciones religiosas, asociativas o públicas. Unas 5.000 presuntas víctimas declaran actualmente.
La Iglesia católica está sacudida desde hace unos años por una serie de escándalos de pederastia, sobre todo en Austria, Bélgica, Irlanda, Alemania y Estados Unidos.
En Australia, el cardenal George Pell, máximo responsable católico del país, admitió hace un año que la Iglesia quiso proteger su reputación encubriendo las acusaciones de pederastia desde los años treinta.
