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Política
Hablando en cadena de radio y televisión, Ortega dijo que la decisión busca "facilitar la discusión y el diálogo amplio" entre el Gobierno, trabajadores, empleadores y "que se restablezca la paz".
Tras el discurso del presidente, que compareció acompañado por inversionistas extranjeros de zonas francas, estudiantes realizaron una nueva manifestación en Managua, donde exigieron la liberación de al menos 43 jóvenes arrestados por la Policía.
Portando cartulinas con los nombres de los muertos en las protestas (diez de acuerdo con el Gobierno y al menos 26 según organismos de derechos humanos), los manifestantes detuvieron el tráfico en una céntrica zona de la capital y dijeron que seguirán saliendo a las calles hasta que los detenidos sean excarcelados.
La reforma al Seguro Social, que preveía un aumento de las cuotas de trabajadores y patronales hasta en 22,5 por ciento y gravar con un 5 por ciento las pensiones de los jubilados, provocó un fuerte rechazo y protestas en todo el país, sobre todo tras la violenta reacción policial.
Ortega instó al diálogo pero rechazó la posición del sector privado que lo condicionó al cese de la represión policial contra universitarios. "Un diálogo no se puede condicionar", les advirtió.
En cambio, invitó a formar parte de las conversaciones al cardenal Leopoldo Brenes, presidente de la Conferencia Episcopal, en vista de que el papa Francisco se unió hoy al clamor de los obispos nicaragüenses para que cese la violencia.
Ortega no dijo si retirará a las tropas antimotines de las calles y, por el contrario, anunció que se procesará a las personas detenidas durante los disturbios, incluyendo supuestos pandilleros que habrían saqueado una veintena de tiendas y supermercados en Managua y en el interior en las últimas horas.
Tampoco se refirió a las dos marchas previstas para el lunes en Managua, una convocada por empresarios y otra por el opositor Partido Liberal Constitucionalista.
Las protestas comenzaron el martes protagonizadas por universitarios y se extendieron a varias ciudades del país, donde fueron atacados por fuerzas de choque del Gobierno y por tropas antimotines de la Policía, que los dispersaron a balazos y con bombas lacrimógenas.
La violencia en Nicaragua llamó la atención del papa Francisco, que hoy en la plaza San Pedro del Vaticano se declaró "preocupado" y pidió "que se evite un derramamiento inútil de sangre".
"Manifiesto mi cercanía con la oración por este amado país y me uno a los obispos para pedir que cese toda violencia, se evite un derramamiento inútil de sangre y que las cuestiones abiertas se resuelvan pacíficamente, con sentido de responsabilidad", afirmó.
Mientras, en Madrid, donde mañana lunes recibirá el Premio Cervantes de Literatura, el escritor Sergio Ramírez demandó al Gobierno de Nicaragua que "devuelva la libertad y la democracia" a sus ciudadanos, al asistir a una nutrida manifestación en la céntrica Puerta del Sol de Madrid.
Ramírez estuvo acompañado por la poeta Gioconda Belli, quien elogió "la valentía de los jóvenes" durante las protestas. "Este es el primer paso para lograr un cambio" en el país, expresó Belli.
En Managua, decenas de tiendas y comercios fueron destruidos y saqueados, mientras las estaciones de gasolina lucían abarrotadas por temor a una eventual escasez de combustibles.
El gerente de Walmart Nicaragua, Germán Brenes, informó que al menos 14 tiendas de la cadena estadounidense fueron afectadas por saqueos el fin de semana. Líderes estudiantiles han culpado del vandalismo a grupos movilizados por el Gobierno.
Tras supuestas amenazas de ataque al hospital "Solidaridad", el Ejército desplegó en Managua soldados con fusiles y cascos de guerra, según imágenes transmitidas por el oficialista canal 4 de televisión.
Si bien las cifras de muertos y heridos difieren entre los datos oficiales y los de organismos humanitarios, el Gobierno confirmó el asesinato de un periodista abatido de un tiro en la cabeza mientras cubría una protesta el sábado en la ciudad de Bluefields (surcaribe).
El crimen contra Angel Eduardo Gahona quedó registrado en dos impactantes videos que se compartieron en las redes sociales.
Tras el discurso del presidente, que compareció acompañado por inversionistas extranjeros de zonas francas, estudiantes realizaron una nueva manifestación en Managua, donde exigieron la liberación de al menos 43 jóvenes arrestados por la Policía.
Portando cartulinas con los nombres de los muertos en las protestas (diez de acuerdo con el Gobierno y al menos 26 según organismos de derechos humanos), los manifestantes detuvieron el tráfico en una céntrica zona de la capital y dijeron que seguirán saliendo a las calles hasta que los detenidos sean excarcelados.
La reforma al Seguro Social, que preveía un aumento de las cuotas de trabajadores y patronales hasta en 22,5 por ciento y gravar con un 5 por ciento las pensiones de los jubilados, provocó un fuerte rechazo y protestas en todo el país, sobre todo tras la violenta reacción policial.
Ortega instó al diálogo pero rechazó la posición del sector privado que lo condicionó al cese de la represión policial contra universitarios. "Un diálogo no se puede condicionar", les advirtió.
En cambio, invitó a formar parte de las conversaciones al cardenal Leopoldo Brenes, presidente de la Conferencia Episcopal, en vista de que el papa Francisco se unió hoy al clamor de los obispos nicaragüenses para que cese la violencia.
Ortega no dijo si retirará a las tropas antimotines de las calles y, por el contrario, anunció que se procesará a las personas detenidas durante los disturbios, incluyendo supuestos pandilleros que habrían saqueado una veintena de tiendas y supermercados en Managua y en el interior en las últimas horas.
Tampoco se refirió a las dos marchas previstas para el lunes en Managua, una convocada por empresarios y otra por el opositor Partido Liberal Constitucionalista.
Las protestas comenzaron el martes protagonizadas por universitarios y se extendieron a varias ciudades del país, donde fueron atacados por fuerzas de choque del Gobierno y por tropas antimotines de la Policía, que los dispersaron a balazos y con bombas lacrimógenas.
La violencia en Nicaragua llamó la atención del papa Francisco, que hoy en la plaza San Pedro del Vaticano se declaró "preocupado" y pidió "que se evite un derramamiento inútil de sangre".
"Manifiesto mi cercanía con la oración por este amado país y me uno a los obispos para pedir que cese toda violencia, se evite un derramamiento inútil de sangre y que las cuestiones abiertas se resuelvan pacíficamente, con sentido de responsabilidad", afirmó.
Mientras, en Madrid, donde mañana lunes recibirá el Premio Cervantes de Literatura, el escritor Sergio Ramírez demandó al Gobierno de Nicaragua que "devuelva la libertad y la democracia" a sus ciudadanos, al asistir a una nutrida manifestación en la céntrica Puerta del Sol de Madrid.
Ramírez estuvo acompañado por la poeta Gioconda Belli, quien elogió "la valentía de los jóvenes" durante las protestas. "Este es el primer paso para lograr un cambio" en el país, expresó Belli.
En Managua, decenas de tiendas y comercios fueron destruidos y saqueados, mientras las estaciones de gasolina lucían abarrotadas por temor a una eventual escasez de combustibles.
El gerente de Walmart Nicaragua, Germán Brenes, informó que al menos 14 tiendas de la cadena estadounidense fueron afectadas por saqueos el fin de semana. Líderes estudiantiles han culpado del vandalismo a grupos movilizados por el Gobierno.
Tras supuestas amenazas de ataque al hospital "Solidaridad", el Ejército desplegó en Managua soldados con fusiles y cascos de guerra, según imágenes transmitidas por el oficialista canal 4 de televisión.
Si bien las cifras de muertos y heridos difieren entre los datos oficiales y los de organismos humanitarios, el Gobierno confirmó el asesinato de un periodista abatido de un tiro en la cabeza mientras cubría una protesta el sábado en la ciudad de Bluefields (surcaribe).
El crimen contra Angel Eduardo Gahona quedó registrado en dos impactantes videos que se compartieron en las redes sociales.
