Los representantes de los estados del Consejo
Al término de su cumbre anual en Manama, los dirigentes del Consejo de Cooperación del Golfo(CCG, Arabia Saudí, Bahréin, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Omán y Catar) llamaron a Irán a "detener inmediatamente y definitivamente" sus injerencias en sus asuntos internos.
En la nota, de tono bastante duro, exigen a Teherán que renuncie a "todas las medidas que aticen las tensiones y amenacen la seguridad y la estabilidad de la región".
El CCG denunció además la continuación de "la ocupación iraní de tres islas de los Emiratos Árabes Unidos en el Golfo" y lamentó la negativa de Irán a negociar o a aceptar un arbitraje internacional sobre este contencioso.
Irán considera que la isla de Abu Musa y los islotes de Tomb Mayor y Tomb Menor pertenecen a su territorio, pero los Emiratos Árabes Unidos también reivindican su soberanía.
Sobre el programa nuclear iraní, el CCG llama a Teherán a cooperar con la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) y le piden que garantice la seguridad del reactor de Bushehr en el Golfo para evitar un accidente nuclear.
Las monarquías del CCG aportaron su apoyo al régimen sunita de Bahréin, confrontado a una contestación de chiitas, mayoritarios en el país.
Irán es sospechoso de favorecer, de forma soterrada, esta contestación, y también la de la minoría chiita en el este de Arabia Saudí.
Sobre la crisis siria, el CCG dijo estar "profundamente triste" por la violencia que ha causado 44.000 muertos en 21 meses y recalcó que "el proceso de transición política debe acelerarse".
Además llamó a la comunidad internacional a "actuar rápidamente para poner fin a estas matanzas" y brindar asistencia humanitaria a los civiles sirios.
"Conferencia de donantes en enero en Kuwait"
En este contexto, se celebrará una conferencia internacional de donantes el próximo 30 de enero en Kuwait con el fin de movilizar ayuda humanitaria para los civiles sirios, según el comunicado.
El CCG expresa, además, su apoyo al emisario internacional Lakhdar Brahimi y espera que su misión contribuya a llegar a "un acuerdo en el Consejo de Seguridad de la ONU".
Hace alusión a Rusia y a China, aliados del régimen sirio que opusieron su veto a tres proyectos de resolución contra el régimen de Bashar al Asad desde el comienzo de la revuelta en marzo de 2011.
Los países miembros del CCG, muy críticos con el régimen de Bashar al Asad, también aportaron su apoyo a la coalición nacional siria, calificándola de "representante legítimo del pueblo sirio".
Respecto a Yemen, el CCG saludó la reestructuración del ejército y deseó "la participación de todos los componentes del pueblo yemení" en el diálogo nacional, previsto por el acuerdo de transición de 2011.
La cumbre de Manama se celebró en ausencia de cuatro de los seis jefes de Estado de los países miembros, como el rey Abdalá de Arabia Saudí, convaleciente tras haber sido operado de la espalda en noviembre.
En ella también se decidió acelerar el proceso de integración económica entre sus Estados miembros, se aprobó un tratado de seguridad y se anunció la creación de un comando militar unificado.
En la nota, de tono bastante duro, exigen a Teherán que renuncie a "todas las medidas que aticen las tensiones y amenacen la seguridad y la estabilidad de la región".
El CCG denunció además la continuación de "la ocupación iraní de tres islas de los Emiratos Árabes Unidos en el Golfo" y lamentó la negativa de Irán a negociar o a aceptar un arbitraje internacional sobre este contencioso.
Irán considera que la isla de Abu Musa y los islotes de Tomb Mayor y Tomb Menor pertenecen a su territorio, pero los Emiratos Árabes Unidos también reivindican su soberanía.
Sobre el programa nuclear iraní, el CCG llama a Teherán a cooperar con la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) y le piden que garantice la seguridad del reactor de Bushehr en el Golfo para evitar un accidente nuclear.
Las monarquías del CCG aportaron su apoyo al régimen sunita de Bahréin, confrontado a una contestación de chiitas, mayoritarios en el país.
Irán es sospechoso de favorecer, de forma soterrada, esta contestación, y también la de la minoría chiita en el este de Arabia Saudí.
Sobre la crisis siria, el CCG dijo estar "profundamente triste" por la violencia que ha causado 44.000 muertos en 21 meses y recalcó que "el proceso de transición política debe acelerarse".
Además llamó a la comunidad internacional a "actuar rápidamente para poner fin a estas matanzas" y brindar asistencia humanitaria a los civiles sirios.
"Conferencia de donantes en enero en Kuwait"
En este contexto, se celebrará una conferencia internacional de donantes el próximo 30 de enero en Kuwait con el fin de movilizar ayuda humanitaria para los civiles sirios, según el comunicado.
El CCG expresa, además, su apoyo al emisario internacional Lakhdar Brahimi y espera que su misión contribuya a llegar a "un acuerdo en el Consejo de Seguridad de la ONU".
Hace alusión a Rusia y a China, aliados del régimen sirio que opusieron su veto a tres proyectos de resolución contra el régimen de Bashar al Asad desde el comienzo de la revuelta en marzo de 2011.
Los países miembros del CCG, muy críticos con el régimen de Bashar al Asad, también aportaron su apoyo a la coalición nacional siria, calificándola de "representante legítimo del pueblo sirio".
Respecto a Yemen, el CCG saludó la reestructuración del ejército y deseó "la participación de todos los componentes del pueblo yemení" en el diálogo nacional, previsto por el acuerdo de transición de 2011.
La cumbre de Manama se celebró en ausencia de cuatro de los seis jefes de Estado de los países miembros, como el rey Abdalá de Arabia Saudí, convaleciente tras haber sido operado de la espalda en noviembre.
En ella también se decidió acelerar el proceso de integración económica entre sus Estados miembros, se aprobó un tratado de seguridad y se anunció la creación de un comando militar unificado.