La manifestación de Karachi (sur), capital económica de Pakistán con 18 millones de habitantes, fue convocada por partidos radicales musulmanes.
Un alto jefe policial, Mohamad Ashfaq, dijo que se habían reunido más de 50.000 manifestantes. Otro jefe policial confirmó la cifra y agregó que 3.000 agentes estaban desplegados para guardar el orden.
La enmienda presentada por el ex ministro de Comunicaciones Sherry Rehman, del Partido Paquistaní del Pueblo (PPP, en el poder), despertó la ira de sectores religiosos conservadores, que el mes pasado movilizaron a miles de fieles en todas las grandes ciudades del país para protestar contra la medida.
El gobierno anticipó que no apoyará la reforma de la ley.
"Ya lo aclaré y el ministro de Asuntos Religiosos también lo dijo, que no tenemos intención de enmendar esta ley", dijo el primer ministro Yusuf Raza Gilani a la prensa este domingo en Islamabad.
El gobernador de la estratégica provincia de Punyab, Salman Taseer, de 66 años, uno de los pocos políticos del país que criticaba al islamismo, fue asesinado el martes por uno de sus guardaespaldas, que lo acribilló con 29 balas con un fusil de asalto, en un elegante barrio de la capital Islamabad.
El asesinato horrorizó al Partido del Pueblo Paquistaní, del cual Taseer era una de las principales figuras, pero fue saludado por los círculos religiosos conservadores, dejando en evidencia la precariedad de la situación política del país y del gobierno.
La controvertida ley fue el centro de atención en las últimas semanas, después de que una campesina cristiana, madre de cinco hijos, fuese condenada en noviembre a la pena de muerte por haber blasfemado al profeta Mahoma.
La mujer, Asia Bibi, apeló la sentencia y espera una decisión del alto tribunal en Lahore.
Numerosos países y organismos internacionales, así como el papa Benedicto XVI y diferentes políticos y asociaciones paquistaníes, presionaron al presidente Asif Ali Zardari para que la indulte.
A pesar de la existencia de la ley, ninguna persona fue ejecutada en Pakistán por blasfemia. En la mayoría de casos las sentencias fueron conmutadas en la apelación.
Alrededor del 3% de los 167 millones de paquistaníes siguen religiones diferentes al Islam, y con frecuencia se quejan de discriminación.
Un alto jefe policial, Mohamad Ashfaq, dijo que se habían reunido más de 50.000 manifestantes. Otro jefe policial confirmó la cifra y agregó que 3.000 agentes estaban desplegados para guardar el orden.
La enmienda presentada por el ex ministro de Comunicaciones Sherry Rehman, del Partido Paquistaní del Pueblo (PPP, en el poder), despertó la ira de sectores religiosos conservadores, que el mes pasado movilizaron a miles de fieles en todas las grandes ciudades del país para protestar contra la medida.
El gobierno anticipó que no apoyará la reforma de la ley.
"Ya lo aclaré y el ministro de Asuntos Religiosos también lo dijo, que no tenemos intención de enmendar esta ley", dijo el primer ministro Yusuf Raza Gilani a la prensa este domingo en Islamabad.
El gobernador de la estratégica provincia de Punyab, Salman Taseer, de 66 años, uno de los pocos políticos del país que criticaba al islamismo, fue asesinado el martes por uno de sus guardaespaldas, que lo acribilló con 29 balas con un fusil de asalto, en un elegante barrio de la capital Islamabad.
El asesinato horrorizó al Partido del Pueblo Paquistaní, del cual Taseer era una de las principales figuras, pero fue saludado por los círculos religiosos conservadores, dejando en evidencia la precariedad de la situación política del país y del gobierno.
La controvertida ley fue el centro de atención en las últimas semanas, después de que una campesina cristiana, madre de cinco hijos, fuese condenada en noviembre a la pena de muerte por haber blasfemado al profeta Mahoma.
La mujer, Asia Bibi, apeló la sentencia y espera una decisión del alto tribunal en Lahore.
Numerosos países y organismos internacionales, así como el papa Benedicto XVI y diferentes políticos y asociaciones paquistaníes, presionaron al presidente Asif Ali Zardari para que la indulte.
A pesar de la existencia de la ley, ninguna persona fue ejecutada en Pakistán por blasfemia. En la mayoría de casos las sentencias fueron conmutadas en la apelación.
Alrededor del 3% de los 167 millones de paquistaníes siguen religiones diferentes al Islam, y con frecuencia se quejan de discriminación.