Interrogado sobre las consecuencias para los cristianos de las revueltas árabes de 2011, que provocaron la caída de varios dirigentes autoritarios (en Túnez, Egipto, Libia y Yemen), y sobre el conflicto en Siria, Louis Sako afirmó que estos cambios habían traído esperanza.
La Primavera Árabe comenzó con llamamientos a la libertad, a la democracia y al desarrollo, pero "desgraciadamente, estas reivindicaciones adquirieron una orientación partidista", declaró monseñor Sako a la AFP.
"Seguimos la situación en los países de la Primavera Árabe. ¿Dónde está la primavera? Hay enfrentamientos, tensiones, sangre, corrupción y un discurso radical", se lamentó.