Construido en el arrecife Subi, en el archipiélago de las Spratleys, el faro de 55 metros de altura está equipado con una tecnología que permite vigilar el pasaje de navíos, precisó más tarde la agencia.
Pekín reivindica los derechos de soberanía en casi la totalidad del mar de China Meridional y lleva a cabo enormes operaciones de terraplén entre las islas, transformando arrecifes coralinos en puertos, pistas de aterrizaje y otras infraestructuras.
Esta estrategia, muy criticada por Washington, exaspera los conflictos territoriales entre China y sus vecinos, como Vietnam, Filipinas, Malasia y Taiwán.
El año pasado, China transformó el arrecife Subi ("Zhubi" en chino) en una verdadera isla artificial para ganar casi 400 hectáreas de tierra al mar, según fotos satelitales.
El martes tuvo lugar una ceremonia oficial, en presencia de los responsables chinos de transporte, con la puesta en marcha del faro, precisó la agencia.
Para Pekín, que niega que busque aumentar las tensiones en la región, se trata de una estructura para usos pacíficos.
"China se comprometió a proveer más equipamientos públicos para garantizar la seguridad y la libertad de la navegación en el mar de China Meridional. Lo que hacemos favorecerá el comercio y el desarrollo económico de los países vecinos", aseguró el miércoles Lu Kang, portavoz del ministerio chino de Relaciones Exteriores.
Por otra parte, la agencia Xinhua informó el año pasado que China iba a construir dos faros de unos 50 metros de altura en los arrecifes de Cuarteron y de Johnson South, en el mismo archipiélago de las Spratleys.