Pese al olvido, el sur de Italia será decisivo en las elecciones


Crotone/San Ferdinando, Italia. - Domenico Blasco ya ha cumplido los 40 pero su futuro está lejos de su casa en la localidad italiana de Crotone, en la suela de la bota italiana. Trabaja como obrero de la construcción en Alemania.



Estudiantes protestando por el mal estado de las escuelas en Crotone
Estudiantes protestando por el mal estado de las escuelas en Crotone
"Es mejor que aquí. Aquí no hay nada. ¿Qué voy a hacer aquí?", se pregunta antes de subirse al autobús en el que pasará las próximas 24 horas para recorrer los 1.600 kilómetros que lo separan de su destino: la ciudad alemana de Augsburgo.
Crotone, una localidad de 65.000 personas situada en la sureña región de Calabria, registra las tasas de desempleo más altas de Italia y también de Europa, en términos comparativos. La desocupación alcanza casi el 20 por ciento, es decir casi tres veces la media del país. Y el desempleo juvenil alcanza incluso el 56 por ciento.
Esta localidad también acudirá a votar el 4 de marzo para elegir el nuevo Gobierno de Italia. Las regiones del sur como Calabria, Apulia Sicilia o Campania son de especial interés, según los analistas demoscópicos, ya que la alianza de derechas que encabeza Silvio Berlusconi y el movimiento antisistema Cinco Estrellas van casi iguales en las encuestas. El sur sería el fiel de la balanza.
Pero aquí la frustración domina el panorama. Cuando se habla de los políticos con la gente, o bien se escuchan risas o palabras de desprecio, sobre todo para los políticos locales. "No me siento representado por ninguno (de los políticos). No voy a votar", asegura Domenico. "Los políticos aquí tan sólo roban. Todos, todos, todos", agrega su madre.
La población se siente olvidada. Uno de los servicios que mejor funciona en la ciudad son los buses que marchan a Alemania. Son muchos los que han emigrado. "Sobre todo los jóvenes se van. Es dramático", asegura el conductor de autobús Salvatore Sinopoli. 
Recientemente un instituto demográfico habló de un "tsunami demográfico" lo que estaba sucediendo en Crotone, donde falta toda una generación de jóvenes, gente formada. También son escasos los niños. La tasa de natalidad es tan baja como en casi ninguna otra provincia en Italia.
Y eso que la región tiene potencial, sobre todo desde el punto de vista turístico. Crotone tiene la mayor cantidad de horas de sol por año. Al menos un récord positivo.
"La gente no saca partido al potencial. Llora y espera", asegura Loris Rossetto, profesor de idiomas, que señala asimismo que muchos votarán a los partidos que prometen una revolución o sencillamente a formaciones de protesta. El Movimiento Cinco Estrellas es especialmente fuerte en el sur, donde prácticamente nadie habla bien de los socialdemócratas, actualmente en el Gobierno.
Calabria es además el hogar de la 'Ndrangheta, una de las organizaciones mafiosas más poderosas del mundo. Allí es omnipresente la asociación de sociedad y mafia, de política y mafia, de Iglesia y mafia.
Y la mafia también gana dinero, y mucho, con la inmigración que llega al país. La inmigración es uno de los temas con los que los partidos de derecha esperan ganar votos. En Crotone, por ejemplo, se encuentra uno de los principales campamentos de inmigrantes de Italia.
En mayo del año pasado salió a la luz que el centro Sant'Anna, dirigido por la Iglesia católica y financiado con dinero de la UE, estaba en manos de la 'Ndrangheta, que recibía dinero del Estado por los inmigrantes, pero éstos no veían casi nada de esos euros.
A día de hoy el campamento sigue todavía donde estaba, justo frente al aeropuerto de Crotone, del que no aterriza ni despega ningún avión y tan sólo es buen ejemplo de la decadencia en la que se encuentra la región.
Políticos como Berlusconi, que prometen expulsar de inmediato a cerca de 600.000 inmigrantes ilegales, no se han dejado ver hasta ahora en Crotone. Matteo Salvini, que con su partido ultraderechista y xenófobo La Liga espera cosechar un buen puñado de votos en el sur, tan sólo fue una vez a Reggio Calabria, a dos horas y media de Crotone.
Y además evitó la peor miseria. Cerca de Reggio Calabria, en la localidad de San Ferdinando, se encuentra un enorme gueto de inmigrantes, algo así como el "Calais del Sur".
En el lugar llegaron a vivir hasta 2.500 inmigrantes, aunque tal vez se debería decir malvivir, pues con unos plásticos montaban un refugio en el que guarecerse y dar la impresión de tener un techo bajo el que cerrar los ojos. No hay agua corriente ni electricidad. Viven en medio de la basura.
San Ferdinando es sólo un ejemplo de la miseria. Según Médicos Sin Fronteras en Italia viven en esas condiciones inhumanas unos 10.000 solicitantes de asilo y refugiados reconocidos bajo ese estatus.
A fines de enero se quemó parte de esa zona de infraviviendas y una mujer murió. Pero los inmigrantes siguen allí.
Andrea Tripodi es el alcalde de la población. Lleva año y medio en el cargo después de que las autoridades disolvieran la administración del municipio por la infiltración de la mafia. Tripodi construyó un campamento de tiendas de campaña junto a las infraviviendas donde al menos cuentan con agua y un par de policías procuran que haya orden. No hay comida ni ningún lugar donde cocinar, sólo máquinas expendedoras de chocolatinas.
"Falta una política clara, falta dinero, para poder atajar el problema. Se trata de una cifra enorme para una pequeña comunidad como la nuestra", afirma Tripodi. Cerca de 4.500 personas viven en San Ferdinando junto con unos 2.500 inmigrantes dejados a su suerte. Un cóctel explosivo.
La mayoría de inmigrantes en San Ferdinando y alrededores son refugiados económicos. No tienen derecho a asilo. Es una crisis internacional, pero ni los destacados políticos de la UE ni los de Italia se dejan ver en la zona. El ministro del Interior, el responsable en materia de inmigración, nunca visitó el lugar, apunta el alcalde Tripodi. Y eso que Marco Minniti es de la ciudad de Reggio Calabria, que no queda lejos. El ministro concurre en los comicios por su ciudad natal.
Es un sistema que funciona ignorando la situación, mirando a otra parte. Pero también unos se sirven de otros. Los inmigrantes trabajan por un salario de miseria en los campos de los agricultores de la región, algo en lo que también está implicada la mafia. En invierno se dedican a la cosecha de mandarinas, naranjas o limones que se venden en el norte de Italia o en el extranjero. En verano se van a la Apulia y Campania para la cosecha de los tomates", señala el alcalde.
Son esclavos modernos, víctimas de estructuras mafiosas en la agricultura. Son explotados por los otros perdedores de la globalización, los agricultores calabreses, pues con las plantaciones de naranja ya no se gana dinero. Desde hace tiempo llegan cítricos mucho más económicos de Túnez o Brasil a Europa, según recuerda el alcalde. Y eso ocurre paradójicamente en el enorme puerto de containers que se construyó hace un tiempo en San Ferdinando y que sobre todo sirve a la 'Ndrangheta como plataforma para su negocio mundial del tráfico de droga.
¿Europa, Roma, elecciones? Todo eso juega un papel secundario en San Ferdinando, donde la gente se interesa poco o nada por Europa, sino porque por las noches haya luz en la calle o que finalmente recojan la basura. Los residentes de la localidad ya están hartos de miseria, emigran en dirección al norte y se van en autobuses a Milán, Génova, Turín o incluso Alemania. Sólo los inmigrantes que no pueden seguir se quedan en San Ferdinando y Crotone y ellos no votan en las elecciones del 4 de marzo.
Lunes, 26 de Febrero 2018
DPA (Deutsche Press Agency-Agencia de Prensa Alemana)
           


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