Salim al Juburi efectuó esta petición después de que el gobierno anunciara el domingo que impulsará un proyecto para reformar el funcionamiento del Estado, que incluye suprimir varios cargos de alto rango, entre ellos los puestos de los tres viceprimeros ministros y los tres vicepresidentes, recortes en los sueldos de los funcionarios y una mejora de los servicios públicos.
Luego de que el primer ministro, Haider al Abadi, anunciara el plan de reformas, fuertemente presionado por las movilizaciones populares, el parlamento tiene previsto discutir el proyecto el martes y votarlo en una fecha que no fue precisada.
La forma más drástica propuesta el domingo por al Abadi, es la supresión del cargo de vicepresidente, que ocupa actualmente Nuri al Maliki, que ejerció antes como primer ministro y es su principal rival.
El gobierno de Al Maliki, que pasó ocho años en el poder, se vio empañado por varias acusaciones de corrupción, además críticas de ser demasiado autoritario y de alienación de la minoría sunita. Sin embargo, Al Maliki apoyó las reformas y dijo que este proyecto "es necesario".
El plan apuesta por imponer cambios profundos en la estructura del Estado, suprimiendo cargos importantes, recortando el tren de vida de los funcionarios y mejorando los servicios públicos. Esta reforma se da en un contexto de pugnas entre las distintas comunidades religiosas y de la violencia de grupos yihadistas.
"Pedimos al primer ministro que destituya de sus funciones a los ministros que son claramente culpables de faltas, negligencias y de corrupción", indicó Juburi en una declaración a la televisión, tras una reunión con los distintos partidos políticos en Bagdad.
El líder del parlamento no citó nombres, pero una fuente del legislativo indicó que los ministros de Electricidad y de Recursos Hídricos fueron mencionados. En Irak, donde las temperaturas pueden superar los 50º son frecuentes los cortes de electricidad.
Juburi pidió a los bloques parlamentarios que adopten las reformas propuestas por el gobierno y destacó que son necesarias también enmiendas complementarias al proyecto del ejecutivo y que estas serán abordadas el lunes.
Estas reformas están destinadas a responder al descontento de la población, tras una serie de manifestaciones que se extienden desde hace varias semanas en Bagdad y en el sur del país, para protestar contra la corrupción que afirman que está extendida a toda la clase política, a la cual también acusan de mala gestión.
Los cambios incluirán también una revisión de los mecanismos de elección de los altos funcionarios, en un país donde las comunidades juegan un rol importante.
En Irak, donde la comunidad chiita es mayoritaria, el jefe del Estado es kurdo, el primer ministro es chiita y el jefe del parlamento es sunita, en virtud de un acuerdo no escrito de cuotas.
Durante la dictadura de Sadam Husein, tanto los chiitas como los kurdos fueron oprimidos. Nueve años después de la ejecución de Husein, esta comunidad, a la cual pertenecía el dictador, dice estar marginada.
Estas divisiones fueron aprovechadas por el grupo yihadista sunita Estado Islámico (EI), que tomó grandes extensiones de territorio en junio de 2014, en una ofensiva rápida, que en algunas regiones contó con el apoyo de comunidades sunitas.
Entre las reformas, que requieren cambios en la constitución, se contemplan reducciones del personal de seguridad que acompaña a los funcionarios, supresiones de las "provisiones especiales" destinadas a los altos cargos y recortes de sus sueldos, en respuesta al descontento popular en un momento en que el país enfrenta problemas financieros por la caída de los precios del petróleo y la subida del gasto militar.
En esta jornada, al menos 33 personas murieron en tres ataques, dos de los cuales fueron cometidos por suicidas con coches bomba y reivindicados por el EI, en la provincia de Diyala al norte de Irak, indicaron la policía y los servicios de socorro.
Un primer atentado suicida con coche bomba provocó al menos 20 muertos en el mercado de Hwayder. Un segundo ataque similar mató al menos a 10 personas en Kanan, y otro con bomba costó la vida a tres personas en Wathba, según estas fuentes. Los atentados tuvieron lugar cerca de Baquba, capital de Diyala.
Luego de que el primer ministro, Haider al Abadi, anunciara el plan de reformas, fuertemente presionado por las movilizaciones populares, el parlamento tiene previsto discutir el proyecto el martes y votarlo en una fecha que no fue precisada.
La forma más drástica propuesta el domingo por al Abadi, es la supresión del cargo de vicepresidente, que ocupa actualmente Nuri al Maliki, que ejerció antes como primer ministro y es su principal rival.
El gobierno de Al Maliki, que pasó ocho años en el poder, se vio empañado por varias acusaciones de corrupción, además críticas de ser demasiado autoritario y de alienación de la minoría sunita. Sin embargo, Al Maliki apoyó las reformas y dijo que este proyecto "es necesario".
El plan apuesta por imponer cambios profundos en la estructura del Estado, suprimiendo cargos importantes, recortando el tren de vida de los funcionarios y mejorando los servicios públicos. Esta reforma se da en un contexto de pugnas entre las distintas comunidades religiosas y de la violencia de grupos yihadistas.
"Pedimos al primer ministro que destituya de sus funciones a los ministros que son claramente culpables de faltas, negligencias y de corrupción", indicó Juburi en una declaración a la televisión, tras una reunión con los distintos partidos políticos en Bagdad.
El líder del parlamento no citó nombres, pero una fuente del legislativo indicó que los ministros de Electricidad y de Recursos Hídricos fueron mencionados. En Irak, donde las temperaturas pueden superar los 50º son frecuentes los cortes de electricidad.
- Una oportunidad para EI -
Juburi pidió a los bloques parlamentarios que adopten las reformas propuestas por el gobierno y destacó que son necesarias también enmiendas complementarias al proyecto del ejecutivo y que estas serán abordadas el lunes.
Estas reformas están destinadas a responder al descontento de la población, tras una serie de manifestaciones que se extienden desde hace varias semanas en Bagdad y en el sur del país, para protestar contra la corrupción que afirman que está extendida a toda la clase política, a la cual también acusan de mala gestión.
Los cambios incluirán también una revisión de los mecanismos de elección de los altos funcionarios, en un país donde las comunidades juegan un rol importante.
En Irak, donde la comunidad chiita es mayoritaria, el jefe del Estado es kurdo, el primer ministro es chiita y el jefe del parlamento es sunita, en virtud de un acuerdo no escrito de cuotas.
Durante la dictadura de Sadam Husein, tanto los chiitas como los kurdos fueron oprimidos. Nueve años después de la ejecución de Husein, esta comunidad, a la cual pertenecía el dictador, dice estar marginada.
Estas divisiones fueron aprovechadas por el grupo yihadista sunita Estado Islámico (EI), que tomó grandes extensiones de territorio en junio de 2014, en una ofensiva rápida, que en algunas regiones contó con el apoyo de comunidades sunitas.
Entre las reformas, que requieren cambios en la constitución, se contemplan reducciones del personal de seguridad que acompaña a los funcionarios, supresiones de las "provisiones especiales" destinadas a los altos cargos y recortes de sus sueldos, en respuesta al descontento popular en un momento en que el país enfrenta problemas financieros por la caída de los precios del petróleo y la subida del gasto militar.
En esta jornada, al menos 33 personas murieron en tres ataques, dos de los cuales fueron cometidos por suicidas con coches bomba y reivindicados por el EI, en la provincia de Diyala al norte de Irak, indicaron la policía y los servicios de socorro.
Un primer atentado suicida con coche bomba provocó al menos 20 muertos en el mercado de Hwayder. Un segundo ataque similar mató al menos a 10 personas en Kanan, y otro con bomba costó la vida a tres personas en Wathba, según estas fuentes. Los atentados tuvieron lugar cerca de Baquba, capital de Diyala.