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El asalto gubernamental comenzó al amanecer con una operación simultánea en los barrios El Edén, Larreynaga, Costa Rica y Ducualí, donde policías y civiles armados con fusiles AK-47 incursionaron disparando contra personas y viviendas.
“La Policía entró en camionetas y a pie disparando contra los que se encontraban en las barricadas en el puente El Paraisito y detrás venían las ‘turbas’ (paramilitares) desalojando las barricadas”, dijo a dpa un vecino que pidió el anonimato.
“La gente había levantado barricadas con adoquines para frenar el acoso nocturno de los paramilitares que se mueven en camionetas", comentó uno de los pobladores “autoconvocados” que participan en protestas contra el Gobierno de Daniel Ortega.
Aunque la Policía no ha confirmado los hechos, el canal 15 de televisión transmitió imágenes de las redadas, en las que al menos diez personas fueron detenidas.
Desde hace varios días, desconocidos a bordo de camionetas blancas incursionan por las noches en los barrios de la capital disparando con armas de guerra contra personas que se movilicen a pie o en motocicletas.
A la violencia en Managua precedieron, la noche del domingo, violentos disturbios en los alrededores de Chinandega (noroeste), Boaco (centro) y Sébaco (norte), donde policías y paramilitares atacaron a manifestantes que habían colocado “tranques” (retenes en carreteras).
La prensa local informó que los atacantes persiguieron a balazos a los manifestantes en los barrios de Sébaco, 100 kilómetros al norte de Managua y en las localidades de Las Maderas y Las Banderas, donde se reportó un muerto y una cantidad no precisada de heridos.
Por su parte, el portal oficial "EL 19" reportó un ataque de "delincuentes fuertemente armados" contra el cuartel policial en Sébaco y aseguró que dos agentes policiales resultaron heridos. Aseguró que la Policía "utilizará los medios necesarios para defender sus delegaciones".
El obispo de Managua, monseñor Silvio Báez, uno de los cinco miembros de la Conferencia Episcopal (CEN) que participan como mediadores en un diálogo nacional, rechazó la violencia en un mensaje publicado este lunes en su cuenta de Twitter:
“El jueves en el encuentro con la CEN le dije al presidente Ortega que usando sólo el lenguaje de la represión en Nicaragua, se aleja cada vez más de la realidad, agrava la crisis política y el dolor del pueblo, y se esfuerza en destruir el diálogo nacional”, tuiteó monseñor Báez.
La crisis en Nicaragua se inició en abril con una protesta de estudiantes contra una reforma al Seguro Social, que afectaba a miles de trabajadores y jubilados. La protesta se multiplicó por el país tras la violenta acción de las fuerzas gubernamentales.
Según el no gubernamental Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), la cifra de muertos asciende ya a 139, en su gran mayoría varones y jóvenes. El Gobierno sólo reconoce 42 fallecidos.
“La Policía entró en camionetas y a pie disparando contra los que se encontraban en las barricadas en el puente El Paraisito y detrás venían las ‘turbas’ (paramilitares) desalojando las barricadas”, dijo a dpa un vecino que pidió el anonimato.
“La gente había levantado barricadas con adoquines para frenar el acoso nocturno de los paramilitares que se mueven en camionetas", comentó uno de los pobladores “autoconvocados” que participan en protestas contra el Gobierno de Daniel Ortega.
Aunque la Policía no ha confirmado los hechos, el canal 15 de televisión transmitió imágenes de las redadas, en las que al menos diez personas fueron detenidas.
Desde hace varios días, desconocidos a bordo de camionetas blancas incursionan por las noches en los barrios de la capital disparando con armas de guerra contra personas que se movilicen a pie o en motocicletas.
A la violencia en Managua precedieron, la noche del domingo, violentos disturbios en los alrededores de Chinandega (noroeste), Boaco (centro) y Sébaco (norte), donde policías y paramilitares atacaron a manifestantes que habían colocado “tranques” (retenes en carreteras).
La prensa local informó que los atacantes persiguieron a balazos a los manifestantes en los barrios de Sébaco, 100 kilómetros al norte de Managua y en las localidades de Las Maderas y Las Banderas, donde se reportó un muerto y una cantidad no precisada de heridos.
Por su parte, el portal oficial "EL 19" reportó un ataque de "delincuentes fuertemente armados" contra el cuartel policial en Sébaco y aseguró que dos agentes policiales resultaron heridos. Aseguró que la Policía "utilizará los medios necesarios para defender sus delegaciones".
El obispo de Managua, monseñor Silvio Báez, uno de los cinco miembros de la Conferencia Episcopal (CEN) que participan como mediadores en un diálogo nacional, rechazó la violencia en un mensaje publicado este lunes en su cuenta de Twitter:
“El jueves en el encuentro con la CEN le dije al presidente Ortega que usando sólo el lenguaje de la represión en Nicaragua, se aleja cada vez más de la realidad, agrava la crisis política y el dolor del pueblo, y se esfuerza en destruir el diálogo nacional”, tuiteó monseñor Báez.
La crisis en Nicaragua se inició en abril con una protesta de estudiantes contra una reforma al Seguro Social, que afectaba a miles de trabajadores y jubilados. La protesta se multiplicó por el país tras la violenta acción de las fuerzas gubernamentales.
Según el no gubernamental Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), la cifra de muertos asciende ya a 139, en su gran mayoría varones y jóvenes. El Gobierno sólo reconoce 42 fallecidos.
