"La duodécima evaluación ha sido superada, lo que abre la vía a la conclusión del programa" de ayuda, se congratuló el viceprimer ministro portugués Paulo Portas, al presentar a la prensa las conclusiones de la misión.
"Portugal podrá recuperar parte de la soberanía que le faltaba", añadió Portas, reconociendo que los portugueses habían hecho "esfuerzos muy dolorosos".
La misión de la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional), que se inició el 22 de abril, terminó el jueves por la noche tras largas negociaciones.
"La conclusión del programa está en buena vía" afirmaron UE, BCE y FMI en un comunicado conjunto. "Es el resultado de una aplicación rigurosa, que a veces supuso inevitables sacrificios para la población portuguesa", añaden.
El visto bueno de los acreedores de Portugal abre la vía a la entrega de un último cheque de 2.600 millones de euros, tramo final de los 78.000 millones otorgados en el plan de rescate al país, en mayo de 2011, a cambio de un duro programa de austeridad y reformas.
Ahora, Portugal saldrá del programa de recuperación financiera, lo que está previsto oficialmente el 17 de mayo. Lisboa debe anunciar su estrategia de salida del plan de ayuda, y su retorno a los mercados sin recurrir a una línea de crédito precautoria, como ya lo hiciera Irlanda en diciembre pasado.
"Estamos en condiciones de mostrar a los portugueses que el camino recorrido hasta aquí nos permite avanzar con nuestros propios medios a partir de ahora", declaró el jueves el primer ministro portugués Pedro Passos Coelho.
Todo ello se produce en un contexto de mejoría económica del país. Para este año, el gobierno prevé un crecimiento de 1,2%, después de una recesión de 1,4% en 2013, menos severa de lo esperado. Otra señal alentadora es que el déficit público fue reducido a 4,9% del PIB, muy por debajo del comprometido 5,5%.
Sin embargo, la salida de la troika no significará el fin de la austeridad. El gobierno presentó el miércoles su estrategia presupuestaria hasta el año 2018, que confirma que se mantendrá la política de rigor, aunque el esfuerzo pedido a los jubilados y a los funcionarios ha sido un poco aligerado.
"En el curso de los tres últimos años, las evaluaciones positivas de la troika y del gobierno se tradujeron siempre en más austeridad" criticó Eurico Brilhante Dias, portavoz del Partido socialista, principal formación de oposición al gobierno de centro derecha.
Por su lado, a fines de marzo, el presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Barroso, había recordado que hace tres años, antes de recibir la ayuda internacional, "Portugal estaba al borde del precipicio, el país tenía apenas 300 millones de euros en caja, insuficiente para pagar a los funcionarios hasta fines de 2011".