Luis Posada Carriles.
De 83 años, Posada Carriles fue declarado inocente este viernes por un jurado de once cargos de perjurio y fraude migratorio en un juicio celebrado en el Paso, Texas, sur de Estados Unidos.
El activista anticastrista es prófugo de la justicia venezolana por la voladura de un avión comercial cubano que había despegado de Caracas, en 1976. La acción dejó 73 muertos.
La Habana, en tanto, le atribuye un largo rosario "terrorista", incluidos ataques con bombas a hoteles en esa ciudad en 1997, en los que murió un turista italiano.
Nacido en Cienfuegos, Cuba, el 15 de febrero de 1928, Posada Carriles se opuso al gobierno de la Revolución cubana desde su inicio y escapó de su país hacia Estados Unidos, donde adquiriría un papel clave entre el exilio cubano de Miami.
En 1961 se alistó como voluntario para invadir la isla por Bahía de Cochinos, en una acción auspiciada por la CIA, aunque no llegó a entrar en combate porque la invasión fue rápidamente impedida por las fuerzas cubanas.
Dos años después, ingresó al Ejército estadounidense, donde fue adiestrado en operaciones de inteligencia.
La CIA respaldaba entonces los esfuerzos de los exiliados cubanos para derrocar al gobierno comunista de Fidel Castro, pero ese apoyo se hizo menos decidido tras la frustrada invasión de Bahía de Cochinos, y de otros sucesos claves en la política estadounidense, como la Crisis de los Misiles con la Unión Soviética en 1962, y el asesinato del presidente John F. Kennedy en 1963.
No obstante, Posada Carriles siguió siendo por un largo período de la Guerra Fría un hombre importante para Estados Unidos y un factor de tensión permanente en la relación con Cuba.
Documentos estadounidenses demuestran que Posada Carriles trabajó para la CIA desde 1965 hasta junio de 1976.
Parte de la documentación desclasificada por la CIA, y difundida en agosto de 2009 por el Archivo de Seguridad Nacional estadounidense (NSA, por su sigla en inglés), indica que Posada Carriles ofreció a esa agencia en los años `60 sus servicios para dirigir a grupos de exiliados que llevarían a cabo acciones militares contra el gobierno cubano.
En una petición bajo el seudónimo "Pete", Posada detalla los armamentos y recursos obtenidos por varias agrupaciones del exilio cubano para realizar infiltraciones militares en Cuba.
Según documentación de la época, en 1967 el agente deja Miami rumbo a América Latina, y mientras mantiene sus vinculaciones con la CIA realiza trabajos en los 70 y 80 para los servicios secretos de Venezuela, Guatemala, El Salvador, Chile, Argentina, además de colaborar en armar a los Contras en la lucha con el gobierno izquierdista en Nicaragua.
Según el gobierno cubano, Posada planeó asesinar a Fidel Castro durante una visita de éste a Chile, en 1971.
Se trataba de un plan "cuidadosamente planeado" por el entonces agente de la CIA, que asesinaría a Castro con un revólver escondido en una cámara de cine, que portarían "dos testaferros de Posada", acreditados como periodistas venezolanos en Chile, según narró al semanario Granma Internacional el general (r) Fabián Escalante, entonces jefe de la Seguridad del Estado de la isla.
Protegido por sucesivas administraciones estadounidenses, Posada Carriles logró evadir durante años las acusaciones y pedidos de extradición de Cuba y Venezuela.
En 2005 fue detenido en Estados Unidos sospechoso de fraude migratorio y engaño para la obtención de la ciudadanía, cargos de los que finalmente fue absuelto el viernes.
El activista anticastrista es prófugo de la justicia venezolana por la voladura de un avión comercial cubano que había despegado de Caracas, en 1976. La acción dejó 73 muertos.
La Habana, en tanto, le atribuye un largo rosario "terrorista", incluidos ataques con bombas a hoteles en esa ciudad en 1997, en los que murió un turista italiano.
Nacido en Cienfuegos, Cuba, el 15 de febrero de 1928, Posada Carriles se opuso al gobierno de la Revolución cubana desde su inicio y escapó de su país hacia Estados Unidos, donde adquiriría un papel clave entre el exilio cubano de Miami.
En 1961 se alistó como voluntario para invadir la isla por Bahía de Cochinos, en una acción auspiciada por la CIA, aunque no llegó a entrar en combate porque la invasión fue rápidamente impedida por las fuerzas cubanas.
Dos años después, ingresó al Ejército estadounidense, donde fue adiestrado en operaciones de inteligencia.
La CIA respaldaba entonces los esfuerzos de los exiliados cubanos para derrocar al gobierno comunista de Fidel Castro, pero ese apoyo se hizo menos decidido tras la frustrada invasión de Bahía de Cochinos, y de otros sucesos claves en la política estadounidense, como la Crisis de los Misiles con la Unión Soviética en 1962, y el asesinato del presidente John F. Kennedy en 1963.
No obstante, Posada Carriles siguió siendo por un largo período de la Guerra Fría un hombre importante para Estados Unidos y un factor de tensión permanente en la relación con Cuba.
Documentos estadounidenses demuestran que Posada Carriles trabajó para la CIA desde 1965 hasta junio de 1976.
Parte de la documentación desclasificada por la CIA, y difundida en agosto de 2009 por el Archivo de Seguridad Nacional estadounidense (NSA, por su sigla en inglés), indica que Posada Carriles ofreció a esa agencia en los años `60 sus servicios para dirigir a grupos de exiliados que llevarían a cabo acciones militares contra el gobierno cubano.
En una petición bajo el seudónimo "Pete", Posada detalla los armamentos y recursos obtenidos por varias agrupaciones del exilio cubano para realizar infiltraciones militares en Cuba.
Según documentación de la época, en 1967 el agente deja Miami rumbo a América Latina, y mientras mantiene sus vinculaciones con la CIA realiza trabajos en los 70 y 80 para los servicios secretos de Venezuela, Guatemala, El Salvador, Chile, Argentina, además de colaborar en armar a los Contras en la lucha con el gobierno izquierdista en Nicaragua.
Según el gobierno cubano, Posada planeó asesinar a Fidel Castro durante una visita de éste a Chile, en 1971.
Se trataba de un plan "cuidadosamente planeado" por el entonces agente de la CIA, que asesinaría a Castro con un revólver escondido en una cámara de cine, que portarían "dos testaferros de Posada", acreditados como periodistas venezolanos en Chile, según narró al semanario Granma Internacional el general (r) Fabián Escalante, entonces jefe de la Seguridad del Estado de la isla.
Protegido por sucesivas administraciones estadounidenses, Posada Carriles logró evadir durante años las acusaciones y pedidos de extradición de Cuba y Venezuela.
En 2005 fue detenido en Estados Unidos sospechoso de fraude migratorio y engaño para la obtención de la ciudadanía, cargos de los que finalmente fue absuelto el viernes.