Premiada actriz cubana Yahima Torres en París por "Venus negra"

Yahima estaba feliz en los salones del Ayuntamiento de París, donde tuvo lugar la ceremonia, por este primer premio que recibe por su trabajo.
Representa "el comienzo de una carrera que espero poder seguir, encontrar la pasión de algo que antes nunca había pensado que podía llegar", expresaba radiante a la AFP esta cubana treintañera, entre agradecimientos atropellados al equipo y en particular a su director por "la confianza tan grande".
Kechiche se ha distinguido por descubrir en cada una de las películas que ha hecho a nuevos intérpretes, en especial en "L'esquive", "La graine et le mulet" y ahora no ha sido menos en "Venus Negra".
Yahima Torres casi tiene que hacer memoria antes de explicar que ella viajó a París en 2003 "simplemente para enseñar español a los niños de amigos franceses y cubanos" y el cineasta la descubrió caminando por una calle del popular barrio parisino de Belleville, donde ella vive.
"Yo soy muy diferente del rol que yo interpreto pero él vio en mí algo, es su ojo de realizador. Nos encontramos dos veces por azar", recuerda.
Eso fue en 2004. Cuatro años más tarde, Yahima pasaba el casting para protagonizar "Venus negra", la historia real de Saartje Baartman, una joven surafricana negra de nalgas voluminosas que se exhíbia desnuda como una atracción de feria por sus descomunales labios vaginales.
El Museo del Hombre de París expuso el cuerpo de Saartje disecado a su muerte, y su órgano genital fue conservado en formol y también expuesto.
Yahima tiene pensado seguir viviendo en Francia, donde ya se ha buscado un agente artístico y espera "nuevos proyectos para continuar".
La más pequeña de tres hermanas tuvo que convencer a sus padres, y sobre todo a su progenitor, marino de largas distancias, de la importancia de mostrarse desnuda. Su madre, directora de escuela jubilada, viajó a París.
El trabajo de la debutante ha sido alabado por la prensa. "Esta actriz, casi átona, es fascinante", resumía el semario Le Nouvel Observateur.
Con este primer papel "he aprendido muchas cosas de cine, escena y danza que me van a servir en un futuro", reconoce, ha recibido ya propuestas "de teatro y otras cosas" pero también quiere seguir estudiando, interpretación, también inglés "porque quiero ser trilingue", exclama ahogando entre risas su inconfundible acento caribeño.
"Estoy dispuesta a trabajar donde sea, con tal de que la historia me llegue", decía Yahima en septiembre pasado en el Festival de Venecia, donde la película compitió en la sección oficial.
Sin duda, no quiere defraudar. "Todos mis amigos, en Cuba y en todo el mundo me han llamado, están todos muy contentos, porque una cubana así no se ve todos los días", dice con orgullo. "Yo represento la voz de los cubanos aquí en París", agrega con pasión apenas contenida.
Los 16 Premios Lumières de la prensa extranjera en Francia coronaron "De hombres y dioses", de Xavier Beauvois, como mejor película francesa del año, y a Michael Lonsdale como mejor actor por su personaje de monje en la misma película.
En esta categoría estaba nominado el actor venezolano Edgard Ramírez, por su interpretación del terrorista Ilich Ramírez Sánchez en "Carlos" de Olivier Assayas.
También figuraba entre los finalistas de la noche el actor argentino Nahuel Pérez Biscayart, éste como joven promesa por su labor en "Au fond des bois", de Benoit Jacquot.
El cineasta franco-polaco Roman Polanski fue el invitado de honor de la prensa extranjera en Francia, que le rindió homenaje con un premio por su medio siglo de carrera artística.
Polanski, de 77 años, se llevó además dos de los Premios Lumières en juego, como director y coguionista de su última película, "The Ghost Writer".