Presidente chino anuncia mayor apertura comercial


Pekín. - El jefe de Estado chino, Xi Jinping, hizo hoy una serie de vagas promesas sobre la apertura económica de su país en medio del conflicto comercial que lo enfrenta con Estados Unidos, sin que sus palabras lograran convencer a los inversores extranjeros.



Xi Jinping
Xi Jinping
En el marco un discurso esperado con expectación en el Foro de Boao, en el sur de China -el equivalente asiático al de Davos- Xi prometió una mayor apertura de su país, menores aranceles a las importaciones y mejores condiciones para las inversiones extranjeras.
Como se trata de planes ya anunciados con anterioridad, los analistas no vieron ningún avance en la resolución del conflicto con Estados Unidos, si bien Xi Jinping evitó empeorar las cosas. Simultáneamente, Pekín presentó hoy una queja ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) contra Estados Unidos por los aranceles introducidos por este país al acero y al aluminio.
Fue la primera comparecencia del presidente chino desde que Estados Unidos anunciara que impondrá en total aranceles a las importaciones chinas por un valor de 150.000 millones de dólares. Como las primeras medidas entrarán en vigor dentro de dos meses, ambas partes tienen aún margen de negociación.
El presidente estadounidense, Donald Trump, se mostró optimista respecto de un posible acuerdo con "su amigo" Xi. Sin embargo, el portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Geng Shuang, aseguró que las negociaciones son "imposibles en las condiciones actuales".
El jefe de Estado chino no mostró sus cartas, sino que se limitó a subrayar la panacea de las reformas y la apertura para China y de una globalización que beneficie a todos. "La mentalidad de la Guerra Fría y de suma cero" ya no sirven en la época actual, dijo Xi en la conferencia en la isla tropical de Hainan. "Las puertas de la política de apertura china no se cerrarán, sino que seguirán abriéndose".
También anunció un Plan de Cuatro Puntos pero no concretó exactamente cómo se llevará a cabo. Después de que el primer ministro chino, Li Keqiang, ya anunciara en marzo que bajarían los aranceles, Xi Jinping aseguró hoy que las tasas a las importaciones de automóviles, que son en la actualidad de un 25 por ciento, se reducirán "significativamente" este año. Estos aranceles indignan especialmente a Trump, porque en Estados Unidos son apenas de una décima parte.
Xi Jinping también repitió anteriores anuncios acerca de que este año se ampliará la participación de inversiones extranjeras en bancos, empresas de cotización y aseguradoras. Se reducirán las barreras y se ampliarán los campos de negocio. Los observadores subrayan al respecto que en vista de la tensa situación en su sector financiero, China quiere atraer con urgencia capital extranjero.
Otra promesa fue la reducción "cuanto antes sea posible" de las limitaciones a la presencia extranjera en los sectores automotor, naviero y aeronáutico. Xi destacó sobre todo las automotrices pero no dio detalles. En la actualidad, los fabricantes tienen que sellar alianzas con compañías chinas para poder producir en el gigante asiático. Las industrias naviera y aeronáutica, que China considera estratégicas, están mucho más cerradas aún.
Ante las acusaciones estadounidenses sobre robo de propiedad intelectual, Xi prometió asimismo una mejor protección de estos derechos. Se mejorarán las condiciones para las compañías extranjeras, afirmó. Sin embargo, este tipo de declaraciones son tomadas con bastante escepticismo por las firmas extranjeras porque se repiten desde hace años sin demasiados cambios reales.
Tres cuartas partes de las empresas estadounidenses se sienten en la actualidad menos bienvenidas que antes. Esta sensación aumenta también entre las europeas, que denuncian discriminación, proteccionismo, inseguridad jurídica, robo de tecnología y censura y velocidad muy lenta en Internet. Debido a los problemas, las nuevas inversiones se están frenando.
Las primeras reacciones al discurso de Xi fueron frías. No se trata más que de una reedición de lo que dijo hace un año en el Foro de Davos, cuando Xi se presentó como el campeón del libre comercio frente al proteccionismo de Trump. "Y desde entonces no ha pasado nada", dijo Jörg Wuttke, ex presidente de la Cámara de Comercio de la Unión Europea (UE) en China. "Las empresas y mercados reaccionarán a los hechos, no a las palabras".
Entre Estados Unidos y China se desató un conflicto comercial a principios de mes. Después de que el presidente Donald Trump anunciara un 25 por ciento de aranceles sobre importaciones chinas por valor de 50.000 millones de dólares, China respondió con medidas que afectan a bienes estadounidenses por el mismo valor. Trump subió la apuesta con el anuncio de más aranceles sobre importaciones por valor de 100.000 millones de dólares.
China ha presentado dos quejas ante la OMC. La primera se refiere a los aranceles a una lista de 1.300 productos chinos por valor de 50.000 millones de dólares, sobre todo del sector tecnológico. Trump los impuso en base a una ley de 1974 que es polémica y se ha usado en pocas ocasiones.
La segunda protesta, presentada hoy, se refiere a los aranceles de un 25 por ciento al acero y de un diez por ciento a las importaciones de aluminio que ya habían sido anunciados por Estados Unidos con anterioridad.
Martes, 10 de Abril 2018
DPA (Deutsche Press Agency-Agencia de Prensa Alemana)
           


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