PÚBLICO.ES / AGENCIAS - Madrid - A partir de ahora el LHC funcionará constantemente a energías de 7 teraelectronvoltios (TeV), tras la colisión de las dos partículas, que 'viajaban' a una velocidad de 3,5 TeV cada una. El plan será entrar en fase de toma de datos continua por un periodo de entre 18 y 24 meses, con una breve parada técnica a finales de 2010.
Pocos minutos después de las 13.00 hora local (11.00 GMT), los cuatro detectores gigantes del Gran Colisionador de Hadrones -el Atlas, Alice, CMA y LHCb, repartidos en distintos puntos del túnel de 27 kilómetros de largo que forma el acelerador- fueron registrando los choques de los haces de partículas inyectados en sentido opuesto.
El director general del CERN, Rolf Heuer, expresó su gran alegría y excitación por lo que calificó de "principio de una nueva era para la física moderna", en declaraciones transmitidas por videoconferencia desde Japón, donde se encuentra de visita.
"Con esta experiencia se abre una ventana para obtener nuevos conocimientos del Universo y del microcosmos, aunque esto no será inmediato", señaló el director general.
"Es impresionante que el detector pueda ver las colisiones, pero también mostrarlas en cuestión de segundos", dijo a Efe el español Juan Alcaraz, investigador del CIMAT (Centro para la Investgación Interdisciplinaria Avanzada en Ciencias de los Materiales), y uno de los coordinadores del detector CMS.
"Sabíamos que podía registrarlo, pero verlo es magnífico. Ahora lo que nos preocupa es que la máquina funcione correctamente y eso lo veremos en los próximos días", añadió en referencia a que comenzará la recogida de datos e informaciones proporcionadas por el mini Big Bang recreado con los choques de partículas.
"Después de casi 20 años, ahora vamos a explorar un nuevo territorio", dijo el científico sueco Erik Johansson, al explicar que acelerando y chocando los protones a esa energía esperan resolver secretos como la materia oscura, que forma la mayor parte del Universo, descubrir la antimateria o el famoso bosón de Higgs.
Pocos minutos después de las 13.00 hora local (11.00 GMT), los cuatro detectores gigantes del Gran Colisionador de Hadrones -el Atlas, Alice, CMA y LHCb, repartidos en distintos puntos del túnel de 27 kilómetros de largo que forma el acelerador- fueron registrando los choques de los haces de partículas inyectados en sentido opuesto.
El director general del CERN, Rolf Heuer, expresó su gran alegría y excitación por lo que calificó de "principio de una nueva era para la física moderna", en declaraciones transmitidas por videoconferencia desde Japón, donde se encuentra de visita.
"Con esta experiencia se abre una ventana para obtener nuevos conocimientos del Universo y del microcosmos, aunque esto no será inmediato", señaló el director general.
Felicidad y satisfacción
La alegría de los científicos en las salas de control de los cuatro detectores era palpable."Es impresionante que el detector pueda ver las colisiones, pero también mostrarlas en cuestión de segundos", dijo a Efe el español Juan Alcaraz, investigador del CIMAT (Centro para la Investgación Interdisciplinaria Avanzada en Ciencias de los Materiales), y uno de los coordinadores del detector CMS.
"Sabíamos que podía registrarlo, pero verlo es magnífico. Ahora lo que nos preocupa es que la máquina funcione correctamente y eso lo veremos en los próximos días", añadió en referencia a que comenzará la recogida de datos e informaciones proporcionadas por el mini Big Bang recreado con los choques de partículas.
"Después de casi 20 años, ahora vamos a explorar un nuevo territorio", dijo el científico sueco Erik Johansson, al explicar que acelerando y chocando los protones a esa energía esperan resolver secretos como la materia oscura, que forma la mayor parte del Universo, descubrir la antimateria o el famoso bosón de Higgs.