Como Violeta, de siete años, también las jóvenes sueñan con ser "princesa por un día", y algunas lo consiguen en centenares de certámenes de belleza que existen en casi todas las fiestas regionales del país sudamericano.
Pero el sueño del reinado propio está bajo amenaza. Un proyecto de ley quiere dejar sin cetro ni corona a las soberanas, mientras los populares concursos ya se han prohibido por "sexistas" en algunos distritos como en Chivilcoy, 200 km al oeste de la capital argentina.
Según la autora del proyecto, la diputada por el partido gobernante (Frente para la Victoria, FPV) Gloria Bidegain "no se trata de un mera discusión sobre la vigencia o no del título de reina".
"Toca temas mucho más importantes como la cosificación de la mujer, la mercantilización de su cuerpo, la hipersexualización de las niñas y los trastornos de alimentación" asociados a los cánones de belleza que las exigen altas, delgadas y, en lo posible, rubias.
Exigencias que según la legisladora constituyen "violencia simbólica" y son el puntapié para otras formas de agresión.
Pero reverenciar a "la más linda de la fiesta" remite a "tradiciones muy arraigadas en nuestra cultura que nos cuesta identificar como causas generadoras de violencia" contra la mujer, sostuvo Bidegain.
Las reinas de belleza argentinas han puesto el grito en el cielo y juntan firmas en Change.org, la plataforma que promueve solidaridad con diversas causas, para frenar lo que consideran "un atentado a la cultura de cada ciudad, cada pueblo y cada región".
"Los títulos de las señoritas electas que representan a sus lugares de origen, sus fiestas son mucho más que una banda, un cetro y una corona, es todo un pueblo, una ciudad que muestra su historia y su atractivo al mundo", reza la petición que ya cosechó 1.400 firmas.
Sin embargo el proyecto no busca eliminar las tradicionales fiestas regionales, atractivo turístico y económico, sino llamar la atención sobre la inclusión de jóvenes y niñas.
Los certámenes tienen en Argentina variantes infantiles donde un jurado de adultos designa a la reina entre niñas de apenas cinco años, como ocurre desde hace un cuarto de siglo en Escobar, 50 km al norte de Buenos Aires, en la fiesta anual de floricultores donde se corona a la "reina del capullo".
De prosperar la ley, los concursos infantiles de belleza serán prohibidos.
"Conocemos muchísimas historias de hombres importantes, pero no tantas de ellas", así se presenta la colección de cuentos infantiles "Antiprincesas", lanzada recientemente en Argentina por la editorial Sudestada.
Agregan los autores que saben las historias de "algunas princesas, es verdad, pero qué lejos están de nuestra realidad esas chicas que viven en castillos enormes y fríos".
En sus páginas se narra con coloridos diseños la vida de Frida Kahlo, Violeta Parra o Juana Azurduy, "mujeres que rompieron los moldes de la época, que no se conformaron con los lugares que la sociedad les imponía (o sus esposos, o sus padres, o sus hermanos mayores) y salieron a hacer sus propios caminos".
"La idea de las Antiprincesas es correrse de los estereotipos que se trata de imponer a las niñas para que cuenten con espejos más reales en los cuales mirarse", explicó a la AFP su autora, Nadia Fink.
En su opinión, las niñas consumen "princesas hasta en la sopa" cuyo denominador común es que en general son "europeas, de la realeza, blancas y planchadas, hermosas y perfectas, pero alejadas de la realidad que nos rodea".
"Alejarse de la perfección que se propone desde los cuentos de hadas o desde los concursos de belleza es aceptar la diversidad de la vida", apuntó.
En su opinión "esa es la violencia silenciosa que pone a las mujeres en lugares de objeto de admiración, cositas estáticas que no toman decisiones".
"Las antiprincesas son todo lo contrario: desalineadas, imperfectas, enojonas, creativas, inquietas y contradictorias, aunque somos todas un poco de cada cosa", afirmó Fink.
Pero el sueño del reinado propio está bajo amenaza. Un proyecto de ley quiere dejar sin cetro ni corona a las soberanas, mientras los populares concursos ya se han prohibido por "sexistas" en algunos distritos como en Chivilcoy, 200 km al oeste de la capital argentina.
Según la autora del proyecto, la diputada por el partido gobernante (Frente para la Victoria, FPV) Gloria Bidegain "no se trata de un mera discusión sobre la vigencia o no del título de reina".
"Toca temas mucho más importantes como la cosificación de la mujer, la mercantilización de su cuerpo, la hipersexualización de las niñas y los trastornos de alimentación" asociados a los cánones de belleza que las exigen altas, delgadas y, en lo posible, rubias.
Exigencias que según la legisladora constituyen "violencia simbólica" y son el puntapié para otras formas de agresión.
Pero reverenciar a "la más linda de la fiesta" remite a "tradiciones muy arraigadas en nuestra cultura que nos cuesta identificar como causas generadoras de violencia" contra la mujer, sostuvo Bidegain.
- Reinas en guerra -
Las reinas de belleza argentinas han puesto el grito en el cielo y juntan firmas en Change.org, la plataforma que promueve solidaridad con diversas causas, para frenar lo que consideran "un atentado a la cultura de cada ciudad, cada pueblo y cada región".
"Los títulos de las señoritas electas que representan a sus lugares de origen, sus fiestas son mucho más que una banda, un cetro y una corona, es todo un pueblo, una ciudad que muestra su historia y su atractivo al mundo", reza la petición que ya cosechó 1.400 firmas.
Sin embargo el proyecto no busca eliminar las tradicionales fiestas regionales, atractivo turístico y económico, sino llamar la atención sobre la inclusión de jóvenes y niñas.
Los certámenes tienen en Argentina variantes infantiles donde un jurado de adultos designa a la reina entre niñas de apenas cinco años, como ocurre desde hace un cuarto de siglo en Escobar, 50 km al norte de Buenos Aires, en la fiesta anual de floricultores donde se corona a la "reina del capullo".
De prosperar la ley, los concursos infantiles de belleza serán prohibidos.
- De Blancanieves a Frida: Antiprincesas -
"Conocemos muchísimas historias de hombres importantes, pero no tantas de ellas", así se presenta la colección de cuentos infantiles "Antiprincesas", lanzada recientemente en Argentina por la editorial Sudestada.
Agregan los autores que saben las historias de "algunas princesas, es verdad, pero qué lejos están de nuestra realidad esas chicas que viven en castillos enormes y fríos".
En sus páginas se narra con coloridos diseños la vida de Frida Kahlo, Violeta Parra o Juana Azurduy, "mujeres que rompieron los moldes de la época, que no se conformaron con los lugares que la sociedad les imponía (o sus esposos, o sus padres, o sus hermanos mayores) y salieron a hacer sus propios caminos".
"La idea de las Antiprincesas es correrse de los estereotipos que se trata de imponer a las niñas para que cuenten con espejos más reales en los cuales mirarse", explicó a la AFP su autora, Nadia Fink.
En su opinión, las niñas consumen "princesas hasta en la sopa" cuyo denominador común es que en general son "europeas, de la realeza, blancas y planchadas, hermosas y perfectas, pero alejadas de la realidad que nos rodea".
"Alejarse de la perfección que se propone desde los cuentos de hadas o desde los concursos de belleza es aceptar la diversidad de la vida", apuntó.
En su opinión "esa es la violencia silenciosa que pone a las mujeres en lugares de objeto de admiración, cositas estáticas que no toman decisiones".
"Las antiprincesas son todo lo contrario: desalineadas, imperfectas, enojonas, creativas, inquietas y contradictorias, aunque somos todas un poco de cada cosa", afirmó Fink.