Cientos de creyentes de variadas edades y razas desafiaron la lluvia en Playa Baracoa, extremo oeste de la capital, con paraguas y girasoles para esperar a la Patrona Nacional, que culmina un peregrinaje de año y medio por todo el territorio de la isla, algo inédito desde que triunfó la revolución en 1959.
"Hasta aquí la virgen ha recorrido más de 28.000 kilómetros", dijo un religioso a la multitud, mientras que un creyente que ha seguido la imagen calcula que unos cinco millones de personas han salido a las calles para ver el paso de la imagen. La población de la isla es de 11,2 millones.
El cardenal Jaime Ortega, arzobispo de La Habana, dio la bienvenida a la estatuilla que durante 56 días recorrerá iglesias, plazas, pero también -insólito años antes- universidades, hospitales y prisiones estatales.
"Es un mérito del pueblo de Baracoa recibir aquí a la virgen", dijo a la AFP Juana Angulo, de 80 años, quien aseguró que "nunca antes" vio a la virgen peregrinar por toda Cuba.
Una urna de cristal de poco más de un metro de altura, sobre una parihuela de madera, guarda la imagen que peregrina por todo el país en un pequeño camión blanco, una suerte de Papa-móvil más pequeño.
Vestida de dorado y blanco, con un pequeño escudo nacional a la altura de los pies, esta advocación mariana es una mujer mulata, cuya primera imagen fue fabricada hace casi 400 años. La peregrinación rinde tributo a esa fecha.
Muchos de los presentes vestían prendas amarillas y portaban girasoles (flores) del mismo color.
Otros, de creencias yoruba, reconocen en la imagen a Oshum, deidad del amor, la fertilidad y los ríos, de gran sensibilidad, delicadeza, diosa de la felicidad, las aguas y el oro.
Católicos, sincréticos, agnósticos, como ya pasó en el resto de la isla, pedirán a "Cachita" salud, paz, amor, reconciliación, pues ese es su mensaje.
En Pinar del Río, extremo occidental, se celebró una misa en el estadio de béisbol Capitán San Luis con unos 15.000 asistentes. Cuatro jugadores cargaron la imagen en hombros, narró un testigo presencial.
El cardenal Ortega dijo a los congregados en Playa Baracoa que la "madre" viene a traer "caridad, paz y amor a nuestras familias que tanto lo necesitan", debido a su fragmentación por la emigración o las "misiones internacionalistas" que cumplen muchos cooperantes.
La peregrinación cuenta con amplio apoyo oficial, pues "instituciones y organismos estatales de todos los municipios y provincias del país" otorgaron "facilidades para su ejecución", dijo el sábado el diario oficial Granma.
Caridad Diego, jefa de la Oficina de Asuntos Religiosos del Partido Comunista (PCC, único), estaba entre los presentes en el recibimiento.
A la salida de Playa Baracoa grupos esperaron a la caravana a ambos lados de la calle, como hicieron durante la histórica visita de Juan Pablo II, en enero de 1998, estancia con la que comenzó una distensión tras cuatro décadas de tensiones entre la Iglesia y el gobierno comunista, relación que ahora parece vivir su mejor momento.
La ruta llevó a la virgen hasta la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM), donde desde 1998 jóvenes de 116 países de América Latina, Estados Unidos, África, Asia y Oceanía realizan estudios gratuitamente.
"No es una desconocida para ustedes, en todos nuestros países está presente María", dijo el cardenal a los estudiantes.
"Para mí es muy lindo que la virgencita venga, acá somos estudiantes latinoamericanos y muchos somos creyentes", declaró a la AFP la argentina Noelia Nieva, de 24 años de edad, quien estudia el segundo año de medicina.
En el barrio de Santa Fe, próxima escala de la caravana, Ofelia asistió a su vez en silencio a la ceremonia pues, dice, no es católica, "pero en la virgen sí creo, en la virgen creen todos los cubanos", asegura.
"Hasta aquí la virgen ha recorrido más de 28.000 kilómetros", dijo un religioso a la multitud, mientras que un creyente que ha seguido la imagen calcula que unos cinco millones de personas han salido a las calles para ver el paso de la imagen. La población de la isla es de 11,2 millones.
El cardenal Jaime Ortega, arzobispo de La Habana, dio la bienvenida a la estatuilla que durante 56 días recorrerá iglesias, plazas, pero también -insólito años antes- universidades, hospitales y prisiones estatales.
"Es un mérito del pueblo de Baracoa recibir aquí a la virgen", dijo a la AFP Juana Angulo, de 80 años, quien aseguró que "nunca antes" vio a la virgen peregrinar por toda Cuba.
Una urna de cristal de poco más de un metro de altura, sobre una parihuela de madera, guarda la imagen que peregrina por todo el país en un pequeño camión blanco, una suerte de Papa-móvil más pequeño.
Vestida de dorado y blanco, con un pequeño escudo nacional a la altura de los pies, esta advocación mariana es una mujer mulata, cuya primera imagen fue fabricada hace casi 400 años. La peregrinación rinde tributo a esa fecha.
Muchos de los presentes vestían prendas amarillas y portaban girasoles (flores) del mismo color.
Otros, de creencias yoruba, reconocen en la imagen a Oshum, deidad del amor, la fertilidad y los ríos, de gran sensibilidad, delicadeza, diosa de la felicidad, las aguas y el oro.
Católicos, sincréticos, agnósticos, como ya pasó en el resto de la isla, pedirán a "Cachita" salud, paz, amor, reconciliación, pues ese es su mensaje.
En Pinar del Río, extremo occidental, se celebró una misa en el estadio de béisbol Capitán San Luis con unos 15.000 asistentes. Cuatro jugadores cargaron la imagen en hombros, narró un testigo presencial.
El cardenal Ortega dijo a los congregados en Playa Baracoa que la "madre" viene a traer "caridad, paz y amor a nuestras familias que tanto lo necesitan", debido a su fragmentación por la emigración o las "misiones internacionalistas" que cumplen muchos cooperantes.
La peregrinación cuenta con amplio apoyo oficial, pues "instituciones y organismos estatales de todos los municipios y provincias del país" otorgaron "facilidades para su ejecución", dijo el sábado el diario oficial Granma.
Caridad Diego, jefa de la Oficina de Asuntos Religiosos del Partido Comunista (PCC, único), estaba entre los presentes en el recibimiento.
A la salida de Playa Baracoa grupos esperaron a la caravana a ambos lados de la calle, como hicieron durante la histórica visita de Juan Pablo II, en enero de 1998, estancia con la que comenzó una distensión tras cuatro décadas de tensiones entre la Iglesia y el gobierno comunista, relación que ahora parece vivir su mejor momento.
La ruta llevó a la virgen hasta la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM), donde desde 1998 jóvenes de 116 países de América Latina, Estados Unidos, África, Asia y Oceanía realizan estudios gratuitamente.
"No es una desconocida para ustedes, en todos nuestros países está presente María", dijo el cardenal a los estudiantes.
"Para mí es muy lindo que la virgencita venga, acá somos estudiantes latinoamericanos y muchos somos creyentes", declaró a la AFP la argentina Noelia Nieva, de 24 años de edad, quien estudia el segundo año de medicina.
En el barrio de Santa Fe, próxima escala de la caravana, Ofelia asistió a su vez en silencio a la ceremonia pues, dice, no es católica, "pero en la virgen sí creo, en la virgen creen todos los cubanos", asegura.