
No obstante, se trata de una puesta en circulación muy limitada, ya que las monedas de 50 centavos con la efigie del papa Benedicto XVI son entregadas en comercios que se encuentran en el propio Vaticano abiertos a muy pocas personas.
Hasta ahora, el Vaticano era el único que comercializaba las monedas que acuñaba, reservándolas a coleccionistas.
Se trata de una importante fuente de ingresos para la Santa Sede: la última serie, cuyo valor real es de 3,88 euros, se vende a 30 euros.
Según un convenio monetario de diciembre de 2009 entre el Vaticano y la Comisión Europea, "por lo menos 51%" de las monedas acuñadas por el Vaticano han de ser puestas en circulación a su valor nominal.
Al mismo tiempo, el Vaticano fue autorizado a acuñar dos veces más monedas (por lo menos 2,3 millones de euros en 2010, en lugar de poco más de un millón en 2009).
Hasta ahora, el Vaticano era el único que comercializaba las monedas que acuñaba, reservándolas a coleccionistas.
Se trata de una importante fuente de ingresos para la Santa Sede: la última serie, cuyo valor real es de 3,88 euros, se vende a 30 euros.
Según un convenio monetario de diciembre de 2009 entre el Vaticano y la Comisión Europea, "por lo menos 51%" de las monedas acuñadas por el Vaticano han de ser puestas en circulación a su valor nominal.
Al mismo tiempo, el Vaticano fue autorizado a acuñar dos veces más monedas (por lo menos 2,3 millones de euros en 2010, en lugar de poco más de un millón en 2009).