NOVO OGAREVO, 7 julio 2009 (AFP) - Putin y Obama trataron de proyectar una imagen de cordialidad compartiendo un desayuno en la terraza de la residencia de campo del primer ministro ruso, a las afueras de Moscú.
El presidente estadounidense había causado polémica la semana pasada al afirmar en una entrevista previa a su primera visita a Rusia desde su llegada a la Casa Blanca que Putin tenía "un pie en el viejo estilo de manejar los asuntos y uno en el nuevo".
Ese comentario fue interpretado por algunos sectores rusos como un intento de provocar divisiones entre Putin y Medvedev, a quien el actual jefe de gobierno impulsó a la Presidencia en 2008.
Putin y Obama se presentaron ante la prensa en Novo Ogaredo vestidos con trajes oscuros y corbatas grises y en medio de un tenso silencio, antes de darse la mano muy formalmente.
"Estoy contento de verle, de tener la oportunidad de conocerle", dijo Putin sin mirar a su interlocutor.
Obama, sin embargo, dejó de lado los cumplidos y felicitó directamente a Putin "por su extraordinario trabajo como presidente (2000-2008) en el pasado y en su actual cargo como primer ministro".
"Asociamos su nombre con la esperanza de desarrollar nuestras relaciones", le respondió Putin, quien antes de entrar en política fue un agente de los ex servicios secretos soviéticos (KGB).
"La historia de las relaciones ruso-estadounidenses conoció matices. Hubo años de prosperidad absoluta, pero también hubo bastantes días grises e incluso de confrontación", agregó sin precisar si se refería a la época soviética o a los últimos años.
"Le hemos preparado un desayuno al estilo ruso", prosiguió, en un esfuerzo por distender la atmósfera.
"Le agradezco el buen tiempo", respondió Obama en referencia al martes soleado en Moscú, en contraste con la lluvia y el frío de la víspera.
También señaló que sus conversaciones son una "excelente oportunidad de sentar bases más sólidas en las relaciones ruso-estadounidenses", aunque reconoció que, "quizás, no estamos de acuerdo en todo".
A continuación, se fueron a desayunar caviar negro, blinis, beluga (esturión) y ravioles rellenos de carne, entre otros manjares, servidos por camareros con trajes típicos. Bailarines y músicos aderezaron el encuentro.
Obama estuvo acompañado por el consejero de seguridad nacional, Jim Jones, el consejero de asuntos rusos, Michael McFaul, y el subsecretario de Estado, William Burns.
El primer ministro ruso estuvo flanqueado por el ministro de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov.
Las dos horas de desayuno -media hora más de lo previsto- parecieron haber dado sus frutos.
"La atmósfera fue sincera y abierta, la discusión filosófica y conceptual", aseguró por su parte el consejero diplomático de Putin, Yuri Uchakov.
El presidente estadounidense está "convencido de que el primer ministro (ruso) es un hombre de hoy, que tiene la mirada firmemente vuelta hacia el futuro", se encargó de afirmar el martes, tras el encuentro Obama-Putin, un alto responsable de la Casa Blanca.
bur-sjw-adc/cb/cll/gc
© 1994-2009 Agence France-Presse
El presidente estadounidense había causado polémica la semana pasada al afirmar en una entrevista previa a su primera visita a Rusia desde su llegada a la Casa Blanca que Putin tenía "un pie en el viejo estilo de manejar los asuntos y uno en el nuevo".
Ese comentario fue interpretado por algunos sectores rusos como un intento de provocar divisiones entre Putin y Medvedev, a quien el actual jefe de gobierno impulsó a la Presidencia en 2008.
Putin y Obama se presentaron ante la prensa en Novo Ogaredo vestidos con trajes oscuros y corbatas grises y en medio de un tenso silencio, antes de darse la mano muy formalmente.
"Estoy contento de verle, de tener la oportunidad de conocerle", dijo Putin sin mirar a su interlocutor.
Obama, sin embargo, dejó de lado los cumplidos y felicitó directamente a Putin "por su extraordinario trabajo como presidente (2000-2008) en el pasado y en su actual cargo como primer ministro".
"Asociamos su nombre con la esperanza de desarrollar nuestras relaciones", le respondió Putin, quien antes de entrar en política fue un agente de los ex servicios secretos soviéticos (KGB).
"La historia de las relaciones ruso-estadounidenses conoció matices. Hubo años de prosperidad absoluta, pero también hubo bastantes días grises e incluso de confrontación", agregó sin precisar si se refería a la época soviética o a los últimos años.
"Le hemos preparado un desayuno al estilo ruso", prosiguió, en un esfuerzo por distender la atmósfera.
"Le agradezco el buen tiempo", respondió Obama en referencia al martes soleado en Moscú, en contraste con la lluvia y el frío de la víspera.
También señaló que sus conversaciones son una "excelente oportunidad de sentar bases más sólidas en las relaciones ruso-estadounidenses", aunque reconoció que, "quizás, no estamos de acuerdo en todo".
A continuación, se fueron a desayunar caviar negro, blinis, beluga (esturión) y ravioles rellenos de carne, entre otros manjares, servidos por camareros con trajes típicos. Bailarines y músicos aderezaron el encuentro.
Obama estuvo acompañado por el consejero de seguridad nacional, Jim Jones, el consejero de asuntos rusos, Michael McFaul, y el subsecretario de Estado, William Burns.
El primer ministro ruso estuvo flanqueado por el ministro de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov.
Las dos horas de desayuno -media hora más de lo previsto- parecieron haber dado sus frutos.
"La atmósfera fue sincera y abierta, la discusión filosófica y conceptual", aseguró por su parte el consejero diplomático de Putin, Yuri Uchakov.
El presidente estadounidense está "convencido de que el primer ministro (ruso) es un hombre de hoy, que tiene la mirada firmemente vuelta hacia el futuro", se encargó de afirmar el martes, tras el encuentro Obama-Putin, un alto responsable de la Casa Blanca.
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