Putin y Erdogan asistieron por videoconferencia al inicio de la construcción de la planta en Mersin, en el sur de Turquía. El proyecto, de 20.000 millones de dólares (16.200 millones de euros), está a cargo principalmente de la empresa estatal rusa Rosatom. La primera piedra se puso en 2015, los primeros reactores comenzarán a funcionar en 2023 y la planta estará a pleno rendimiento en 2025.
Según Erdogan, que se refirió a Putin como su "querido amigo", el proyecto ruso-turco es "histórico" para las relaciones entre ambos países. "Hoy no sólo asistimos a la construcción de la primera planta nuclear turca, sino que también sentamos las bases para la industria atómica en Turquía. Hoy fundamos un nuevo sector", afirmó por su parte Putin.
Un grupo de detractores de la energía atómica se manifestó hoy ante el Parlamento, en Ankara. Los medioambientalistas critican desde hace tiempo el proyecto y aluden, entre otros, al riesgo de terremotos en la zona.
Además, Erdogan anunció hoy tras el encuentro con Putin en Ankara que Turquía quiere aumentar el comercio con Rusia y atraer a más turistas rusos al país. De acuerdo con el presidente turco, el volumen comercial entre los dos países aumentó el año pasado en un 32 por ciento a 22.000 millones de dólares. El objetivo es aumentar este volumen a 100.000 millones de dólares, aunque no precisó un plazo para ello.
El presidente turco señaló que el año pasado viajaron a Turquía más de 4,7 millones de turistas rusos, con lo que representaron el mayor grupo de viajeros. Añadió que se espera poder aumentar este número a seis millones.
Se trata del primer viaje de Putin al extranjero desde su reelección como presidente el mes pasado. En 2017 se reunió con Erdogan en ocho ocasiones, en medio de una mejora de las relaciones entre Rusia y Turquía, con cooperación en proyectos energéticos y en Siria. En medio de las tensiones con Occidente, Erdogan se ha acercado cada vez más a Moscú.
En la cumbre sobre Siria del miércoles, Putin y Erdogan se reunirán con el presidente iraní, Hassan Rohani, para debatir sobre cómo poner fin a la guerra civil desatada en el país en 2011, que dejó unos 500.000 muertos, cinco millones de refugiados y seis millones de desplazados.
Rusia e Irán apoyan al presidente sirio, Bashar al Assad, mientras que Turquía respalda a la oposición y lucha contra las milicias kurdas en el norte de Siria. Las tres naciones son garantes en el proceso de Astaná, que tiene como objetivo alcanzar treguas.
Según una fuente del Gobierno turco, las conversaciones del miércoles se centrarán en la creación de zonas para reducir el conflicto y en asuntos humanitarios.
Un asesor de Erdogan explicó el fin de semana a CNN Turk que Rusia abrió el espacio aéreo sirio para permitir los ataques de Turquía contra los kurdos en Afrin. Sin Rusia, "no podríamos haber volado ni un vehículo no tripulado. Nos posibilitaron mucho", explicó Ilnur Cevik.
Según Erdogan, que se refirió a Putin como su "querido amigo", el proyecto ruso-turco es "histórico" para las relaciones entre ambos países. "Hoy no sólo asistimos a la construcción de la primera planta nuclear turca, sino que también sentamos las bases para la industria atómica en Turquía. Hoy fundamos un nuevo sector", afirmó por su parte Putin.
Un grupo de detractores de la energía atómica se manifestó hoy ante el Parlamento, en Ankara. Los medioambientalistas critican desde hace tiempo el proyecto y aluden, entre otros, al riesgo de terremotos en la zona.
Además, Erdogan anunció hoy tras el encuentro con Putin en Ankara que Turquía quiere aumentar el comercio con Rusia y atraer a más turistas rusos al país. De acuerdo con el presidente turco, el volumen comercial entre los dos países aumentó el año pasado en un 32 por ciento a 22.000 millones de dólares. El objetivo es aumentar este volumen a 100.000 millones de dólares, aunque no precisó un plazo para ello.
El presidente turco señaló que el año pasado viajaron a Turquía más de 4,7 millones de turistas rusos, con lo que representaron el mayor grupo de viajeros. Añadió que se espera poder aumentar este número a seis millones.
Se trata del primer viaje de Putin al extranjero desde su reelección como presidente el mes pasado. En 2017 se reunió con Erdogan en ocho ocasiones, en medio de una mejora de las relaciones entre Rusia y Turquía, con cooperación en proyectos energéticos y en Siria. En medio de las tensiones con Occidente, Erdogan se ha acercado cada vez más a Moscú.
En la cumbre sobre Siria del miércoles, Putin y Erdogan se reunirán con el presidente iraní, Hassan Rohani, para debatir sobre cómo poner fin a la guerra civil desatada en el país en 2011, que dejó unos 500.000 muertos, cinco millones de refugiados y seis millones de desplazados.
Rusia e Irán apoyan al presidente sirio, Bashar al Assad, mientras que Turquía respalda a la oposición y lucha contra las milicias kurdas en el norte de Siria. Las tres naciones son garantes en el proceso de Astaná, que tiene como objetivo alcanzar treguas.
Según una fuente del Gobierno turco, las conversaciones del miércoles se centrarán en la creación de zonas para reducir el conflicto y en asuntos humanitarios.
Un asesor de Erdogan explicó el fin de semana a CNN Turk que Rusia abrió el espacio aéreo sirio para permitir los ataques de Turquía contra los kurdos en Afrin. Sin Rusia, "no podríamos haber volado ni un vehículo no tripulado. Nos posibilitaron mucho", explicó Ilnur Cevik.