Quinua
Agustín, de 46 años y padre de cuatro hijos, vive en Cotimbora, una comarca casi perdida en el suroeste de Bolivia, cercano al Salar de Uyuni, el lago salino más alto del mundo. Representa a la tercera generación de su familia que cultiva quinua en la zona, práctica que nace en épocas preincaicas.
"Cuando nos cansamos, cuando todo el día trabajas, hacemos refresquito (bebida) del pito (polvillo molido) de quinua y te hace reaccionar", dice a la AFP el campesino que vive en una casa de adobe, privada de agua y alcantarilla, aunque con luz eléctrica, en este poblado a 3.700 m de altitud, cuyo único camino de tierra está sembrado de baches.
A despecho de esas dificultades, Agustín asegura que su situación sería peor, si él, su familia y sus parientes no consumieran en sopas o comidas, la quinua, que también se llama "grano de oro", "madre de todos los granos", "alimento de los dioses incas" o "alimento del futuro".
"Su alta calidad de proteínas mejora la digestión en niños (..), su buen balance de ácidos grasos Omega 3 previene inflamaciones, patologías reumatoides y cánceres, el gluten hipoalergénico de la quinua es adecuada para personas con problemas celiacos (intolerancia a las proteínas del gluten)", explica el investigador Rubén Ramiro Miranda.
Además "su contenido de vitamina E, B2, ácido pantoteico ayudan al desarrollo neuronal y producción de leche materna, su alto contenido de potasio y otros minerales, previene el sobrepeso evitando la hipertensión, anemia y embolias y tiene acción antioxidante", explica.
Un informe de la organización privada gremial Asociación de Productores de Quinua (Anapqui) sostiene que este alimento tiene "más proteína y fibra" que el arroz, el maíz, el trigo y la cebada y menos carbohidrato que éstos. También más de 10 tipos de aminoácidos (unidades que contienen proteínas, claves para la vida humana), que los otros granos.
Según el director de Anapqui, Epifanio Muraña, la quinua se ha convertido, "por su alto valor nutritivo en un alimento del futuro" y que "investigadores de la NASA la consideran como un alimento excepcionalmente completo y balanceado, muy útil para ser utilizado por los astronautas".
Sin embargo, un estudio científico franco-boliviano sobre la quinua, bajo auspicio del Instituto (francés) de Investigación para el Desarrollo (IRD), estimó que "una intensificación de la producción tan vertiginosa no puede hacerse sin profundas alteraciones medioambientales y socioeconómicas".
Y concluyó que "la extensión de los campos de quinua aumenta los riesgos agroclimáticos, exacerba los conflictos de uso de las tierras y marca una alteración del vínculo social al interior de las comunidades".
Los agricultores se pusieron a cultivar zonas de llanura antes dedicadas al pastoreo donde ahora "los riesgos de helada nocturna se incrementaron", señaló el informe.
Quizás ello explique por qué los cultivos han sufrido en 2010 los efectos de la sequía y la erosión que han dañado cerca del 45% de las 52.000 hectáreas cultivadas un año antes.
"Aquí tenía que haber quinua, también por acá. No hay quinua en este sector. Esto por efecto de la sequía, más que todo. Del barbecho que hemos tenido, el 50% lo hemos perdido", por la sequía, explica Agustín.
No obstante, apuntalado por el éxito de ventas, Anapqui, organización de los mismos campesinos, posee una planta industrializadora al norte de Cotimbora, en la comarca de Challapata. Allí cinco silos almacenan la quinua, grano de color blanco, colorado o amarillento, de 2,5 milímetros de diámetro.
"Desde aquí (Challapata, cerca de Cotimbora) estamos exportando a Estados Unidos, Francia, Inglaterra, Canadá y Australia. Sacamos hojuelas y harina", explica a la AFP el gerente técnico de la planta industrializadora de Anapqui, Miguel Angel Huanca.
Bolivia es el principal productor mundial de quinua. En 2009 produjo 29.873 toneladas métricas, representando el 46% de la producción mundial, seguido por Perú (42%) y Estados Unidos (6,3%), según datos oficiales.
En la actualidad el precio de la tonelada oscila entre los 2.900 y 3.000 dólares y la producción boliviana va principalmente a Estados Unidos y Francia.
La quinua se cultiva desde épocas precolombinas, a lo largo de toda la región cordillerana de Sudamérica.
"Cuando nos cansamos, cuando todo el día trabajas, hacemos refresquito (bebida) del pito (polvillo molido) de quinua y te hace reaccionar", dice a la AFP el campesino que vive en una casa de adobe, privada de agua y alcantarilla, aunque con luz eléctrica, en este poblado a 3.700 m de altitud, cuyo único camino de tierra está sembrado de baches.
A despecho de esas dificultades, Agustín asegura que su situación sería peor, si él, su familia y sus parientes no consumieran en sopas o comidas, la quinua, que también se llama "grano de oro", "madre de todos los granos", "alimento de los dioses incas" o "alimento del futuro".
"Su alta calidad de proteínas mejora la digestión en niños (..), su buen balance de ácidos grasos Omega 3 previene inflamaciones, patologías reumatoides y cánceres, el gluten hipoalergénico de la quinua es adecuada para personas con problemas celiacos (intolerancia a las proteínas del gluten)", explica el investigador Rubén Ramiro Miranda.
Además "su contenido de vitamina E, B2, ácido pantoteico ayudan al desarrollo neuronal y producción de leche materna, su alto contenido de potasio y otros minerales, previene el sobrepeso evitando la hipertensión, anemia y embolias y tiene acción antioxidante", explica.
Un informe de la organización privada gremial Asociación de Productores de Quinua (Anapqui) sostiene que este alimento tiene "más proteína y fibra" que el arroz, el maíz, el trigo y la cebada y menos carbohidrato que éstos. También más de 10 tipos de aminoácidos (unidades que contienen proteínas, claves para la vida humana), que los otros granos.
Según el director de Anapqui, Epifanio Muraña, la quinua se ha convertido, "por su alto valor nutritivo en un alimento del futuro" y que "investigadores de la NASA la consideran como un alimento excepcionalmente completo y balanceado, muy útil para ser utilizado por los astronautas".
Sin embargo, un estudio científico franco-boliviano sobre la quinua, bajo auspicio del Instituto (francés) de Investigación para el Desarrollo (IRD), estimó que "una intensificación de la producción tan vertiginosa no puede hacerse sin profundas alteraciones medioambientales y socioeconómicas".
Y concluyó que "la extensión de los campos de quinua aumenta los riesgos agroclimáticos, exacerba los conflictos de uso de las tierras y marca una alteración del vínculo social al interior de las comunidades".
Los agricultores se pusieron a cultivar zonas de llanura antes dedicadas al pastoreo donde ahora "los riesgos de helada nocturna se incrementaron", señaló el informe.
Quizás ello explique por qué los cultivos han sufrido en 2010 los efectos de la sequía y la erosión que han dañado cerca del 45% de las 52.000 hectáreas cultivadas un año antes.
"Aquí tenía que haber quinua, también por acá. No hay quinua en este sector. Esto por efecto de la sequía, más que todo. Del barbecho que hemos tenido, el 50% lo hemos perdido", por la sequía, explica Agustín.
No obstante, apuntalado por el éxito de ventas, Anapqui, organización de los mismos campesinos, posee una planta industrializadora al norte de Cotimbora, en la comarca de Challapata. Allí cinco silos almacenan la quinua, grano de color blanco, colorado o amarillento, de 2,5 milímetros de diámetro.
"Desde aquí (Challapata, cerca de Cotimbora) estamos exportando a Estados Unidos, Francia, Inglaterra, Canadá y Australia. Sacamos hojuelas y harina", explica a la AFP el gerente técnico de la planta industrializadora de Anapqui, Miguel Angel Huanca.
Bolivia es el principal productor mundial de quinua. En 2009 produjo 29.873 toneladas métricas, representando el 46% de la producción mundial, seguido por Perú (42%) y Estados Unidos (6,3%), según datos oficiales.
En la actualidad el precio de la tonelada oscila entre los 2.900 y 3.000 dólares y la producción boliviana va principalmente a Estados Unidos y Francia.
La quinua se cultiva desde épocas precolombinas, a lo largo de toda la región cordillerana de Sudamérica.