Sony propone desde el viernes dos modelos de su aparato "Reader", Pocket Edition y Touch Edition, en unas 300 tiendas japonesas.
"Para Sony, la lectura es el cuarto entretenimiento después de la música, las películas/vídeos y los juegos", explicó Fujio Noguchi, responsable de la actividad de libros electrónicos del grupo.
Para él, las terminales de tipo Reader, exclusivamente dedicadas a las obras digitales, son las preferidas de los grandes lectores.
"La ausencia de retroiluminación y la reproducción en blanco y negro, como en papel, limitan el cansancio visual, sin contar que la autonomía (de las baterías) es mucho más larga que la de otras tabletas multimedia", argumenta.
En paralelo, Sharp puso a la venta sus dos tabletas Galapagos, muy parecidas a nivel estético a los iPhone e iPad del estadounidense Apple, aunque presentan especificaciones pensadas para las formas de escritura (ideogramas, silabarios) y las costumbres japonesas (largos trayectos diarios en los transportes públicos).
Con la llegada de estos nuevos soportes de lectura, la cantidad de obras, mangas y periódicos digitales tendría que aumentar en Japón, engrosando así la oferta ya existente, de forma limitada, para los tradicionales teléfonos móviles.
Sony, que hace unos años fracasó en este ámbito, señala que quiere conquistar el mercado de los lectores voraces, los que devoran al menos tres libros al mes, estimados en unos 20 millones de personas en la potencia asiática.
Los precios varían entre 180 y 225 euros (240 - 300 dólares) para un lector y entre 360 y 540 euros (480 - 715 dólares) para una tableta multimedia, con más funcionalidades.
Sony y Sharp presentan sus soportes de lectura junto a los contenidos.
Por un lado, Sony, que propondrá en un principio 20.000 títulos, se asoció recientemente con el segundo operador de telecomunicaciones nipón, KDDI, el grupo de prensa Asah y la firma de técnicas de impresión japonesa Toppan, para proponer servicios a una diversidad de terminales, y no sólo únicamente a los Reader.
Sharp, que creó un formato de libro electrónico (XMDF) convertido en estándard en Japón, promete un amplio abanico de contenidos, libros, periódicos, revistas, vídeos, música, juegos, gracias a sus colaboración con la cadena de tiendas Tsutaya.
Al mismo tiempo, el primer operador de telecomunicaciones móviles japonés, NTT Docomo (57 millones de clientes), establecerá a finales de mes una librería virtual con el grupo de impresión japonés Dai Nippon Printing (DNP). Está previsto que incluya más de 100.000 títulos procedentes de unos 200 proveedores.
Las tradicionales grandes cadenas de librerías japonesas, entre ellas Maruzen (grupo CHI), Junkudo y Kinokuniya, no intentan luchar con el libro digital. Pero sí intentan aprovechar esta nueva forma de leer para ampliar sus ventas, combinando libros impresos y libros digitales.
"Para Sony, la lectura es el cuarto entretenimiento después de la música, las películas/vídeos y los juegos", explicó Fujio Noguchi, responsable de la actividad de libros electrónicos del grupo.
Para él, las terminales de tipo Reader, exclusivamente dedicadas a las obras digitales, son las preferidas de los grandes lectores.
"La ausencia de retroiluminación y la reproducción en blanco y negro, como en papel, limitan el cansancio visual, sin contar que la autonomía (de las baterías) es mucho más larga que la de otras tabletas multimedia", argumenta.
En paralelo, Sharp puso a la venta sus dos tabletas Galapagos, muy parecidas a nivel estético a los iPhone e iPad del estadounidense Apple, aunque presentan especificaciones pensadas para las formas de escritura (ideogramas, silabarios) y las costumbres japonesas (largos trayectos diarios en los transportes públicos).
Con la llegada de estos nuevos soportes de lectura, la cantidad de obras, mangas y periódicos digitales tendría que aumentar en Japón, engrosando así la oferta ya existente, de forma limitada, para los tradicionales teléfonos móviles.
Sony, que hace unos años fracasó en este ámbito, señala que quiere conquistar el mercado de los lectores voraces, los que devoran al menos tres libros al mes, estimados en unos 20 millones de personas en la potencia asiática.
Los precios varían entre 180 y 225 euros (240 - 300 dólares) para un lector y entre 360 y 540 euros (480 - 715 dólares) para una tableta multimedia, con más funcionalidades.
Sony y Sharp presentan sus soportes de lectura junto a los contenidos.
Por un lado, Sony, que propondrá en un principio 20.000 títulos, se asoció recientemente con el segundo operador de telecomunicaciones nipón, KDDI, el grupo de prensa Asah y la firma de técnicas de impresión japonesa Toppan, para proponer servicios a una diversidad de terminales, y no sólo únicamente a los Reader.
Sharp, que creó un formato de libro electrónico (XMDF) convertido en estándard en Japón, promete un amplio abanico de contenidos, libros, periódicos, revistas, vídeos, música, juegos, gracias a sus colaboración con la cadena de tiendas Tsutaya.
Al mismo tiempo, el primer operador de telecomunicaciones móviles japonés, NTT Docomo (57 millones de clientes), establecerá a finales de mes una librería virtual con el grupo de impresión japonés Dai Nippon Printing (DNP). Está previsto que incluya más de 100.000 títulos procedentes de unos 200 proveedores.
Las tradicionales grandes cadenas de librerías japonesas, entre ellas Maruzen (grupo CHI), Junkudo y Kinokuniya, no intentan luchar con el libro digital. Pero sí intentan aprovechar esta nueva forma de leer para ampliar sus ventas, combinando libros impresos y libros digitales.