El Cardenal Norberto Rivera Carrera.
Durante la misa mayor, celebrada en la Catedral Metropolitana de la ciudad de México, el cardenal sostuvo que toda persona tiene derecho a profesar una fe libre.
“La fe no la podemos reducir a la aceptación de unas verdades, de una doctrina o de una moral” -enfatizó-, pues “es algo más amplio que tiene que ver con una visión del mundo”.
A los feligreses, señaló: “La fe no puede ser una alienación del quehacer terreno”, ni “un escapismo de la historia y de los problemas humanos, sino todo lo contrario, es una colaboración responsable con Dios”.
El tema de la libertad religiosa también se aborda en el semanario Desde la Fe, editado por el Arzobispado Primado de México, en cuyo editorial se rechaza que la modificación al artículo 24 Constitucional -que trata sobre la libertad religiosa-, represente un atentado contra el Estado Laico y la concesión de “grandes privilegios a la Iglesia católica”.
Se argumenta: “Estas ideas son falsas, pues los derechos humanos no se establecen para instituciones o estructuras, sino para las personas. La modificación busca ampliar las libertades individuales, permitiendo que el Estado mexicano se modernice en el reconocimiento de los derechos que les corresponden a todos los ciudadanos mexicanos, a los creyentes y los no creyentes, de acuerdo a los instrumentos internacionales firmados y ratificados por México desde hace mucho tiempo”.
“La fe no la podemos reducir a la aceptación de unas verdades, de una doctrina o de una moral” -enfatizó-, pues “es algo más amplio que tiene que ver con una visión del mundo”.
A los feligreses, señaló: “La fe no puede ser una alienación del quehacer terreno”, ni “un escapismo de la historia y de los problemas humanos, sino todo lo contrario, es una colaboración responsable con Dios”.
El tema de la libertad religiosa también se aborda en el semanario Desde la Fe, editado por el Arzobispado Primado de México, en cuyo editorial se rechaza que la modificación al artículo 24 Constitucional -que trata sobre la libertad religiosa-, represente un atentado contra el Estado Laico y la concesión de “grandes privilegios a la Iglesia católica”.
Se argumenta: “Estas ideas son falsas, pues los derechos humanos no se establecen para instituciones o estructuras, sino para las personas. La modificación busca ampliar las libertades individuales, permitiendo que el Estado mexicano se modernice en el reconocimiento de los derechos que les corresponden a todos los ciudadanos mexicanos, a los creyentes y los no creyentes, de acuerdo a los instrumentos internacionales firmados y ratificados por México desde hace mucho tiempo”.