Cerca del 60% de estos productos eran elementos de cocina, cuarto de baño o lavandería, precisa la UNU en este estudio. Un 7% eran teléfonos móviles, calculadoras, ordenadores portátiles o impresoras.
Según el estudio, Noruega es el país que produce más e-residuos por habitante, con 28,4 kg, seguido de Suiza (26,3 kg) e Islandia (26,1 kg).
La región que genera menos e-residuos es África, 1,7 kg por habitante. En total, el continente produjo 1,9 millones de toneladas en 2014.
En términos de volumen, figuran en cabeza Estados Unidos y China, que totalizan juntos un 32% mundial de e-residuos, seguidos por Japón, Alemania e India.
Menos de una sexta parte de estos residuos se reciclaron correctamente, subraya también la UNU. Sin embargo, encierran preciosos materiales como hierro, cobre o bien oro: estos residuos suponían en 2014 un valor estimado en 48.000 millones de euros.
"A nivel mundial, los e-residuos constituyen una preciosa 'mina urbana', una gran reserva potencial de materiales reciclables", subraya David Malone, subsecretario general de las Naciones Unidas y rector de la UNU.
También contenían 2,2 millones de toneladas de componentes peligrosos, como mercurio, cadmio o cromo, una "'mina tóxica' que debe ser gestionada con atención extremada", advierte Malone.
Los 50 millones de toneladas de residuos eléctricos y electrónicos anuales deberían alcanzarse en 2018.