Madrid. El escritor portugués José Saramago vuelve a sorprender, ahora con su más reciente novela que lleva por título Caín, en la que reivindica a este personaje del asesinato de su hermano, y la cual será lanzada en octubre próximo en catalán, portugués y castellano.
El anuncio fue hecho este jueves en el Cuaderno de Saramago, en una breve misiva de la periodista Pilar del Río, quien además es pareja, en la que destaca la labor del escritor en este texto irreverente que tiene a Dios y a la humanidad como otros de sus protagonistas.
En este libro, afirma, como en los anteriores, el escritor no se anda por las ramas ni busca subterfugios a la hora de abordar lo que durante milenios, y en las distintas culturas y civilizaciones, han dicho que es intocable e innombrable.
La divinidad y el conjunto de normas y preceptos que los hombres establecen en torno a esa figura para exigirse a sí mismos -o exigirles a otros- una fe inquebrantable y absoluta, en la que todo se justifica, desde negarse a uno mismo hasta la extenuación, morir ofrecido en sacrificio, o matar en nombre de Dios, refiere del Río.
"Caín", acota, no es un tratado de teología, un ensayo, ni un ajuste de cuentas, sino una ficción en la que Saramago pone a prueba su capacidad narrativa, al contar, desde su peculiar estilo, una historia de la que todos conocemos la música y algunos fragmentos de la letra.
José Saramago, dice, ha escrito un libro que no nos va a dejar indiferentes, que provocará en los lectores desconcierto y quizá alguna angustia.
Es un libro, añade, que atrapa, que no es muy largo, ni podría serlo, porque requeriría de más fuelle del que "tenemos para enfrentarnos a ella" y, advierte, que esta obra del Nobel es
literatura en estado puro.
El anuncio fue hecho este jueves en el Cuaderno de Saramago, en una breve misiva de la periodista Pilar del Río, quien además es pareja, en la que destaca la labor del escritor en este texto irreverente que tiene a Dios y a la humanidad como otros de sus protagonistas.
En este libro, afirma, como en los anteriores, el escritor no se anda por las ramas ni busca subterfugios a la hora de abordar lo que durante milenios, y en las distintas culturas y civilizaciones, han dicho que es intocable e innombrable.
La divinidad y el conjunto de normas y preceptos que los hombres establecen en torno a esa figura para exigirse a sí mismos -o exigirles a otros- una fe inquebrantable y absoluta, en la que todo se justifica, desde negarse a uno mismo hasta la extenuación, morir ofrecido en sacrificio, o matar en nombre de Dios, refiere del Río.
"Caín", acota, no es un tratado de teología, un ensayo, ni un ajuste de cuentas, sino una ficción en la que Saramago pone a prueba su capacidad narrativa, al contar, desde su peculiar estilo, una historia de la que todos conocemos la música y algunos fragmentos de la letra.
José Saramago, dice, ha escrito un libro que no nos va a dejar indiferentes, que provocará en los lectores desconcierto y quizá alguna angustia.
Es un libro, añade, que atrapa, que no es muy largo, ni podría serlo, porque requeriría de más fuelle del que "tenemos para enfrentarnos a ella" y, advierte, que esta obra del Nobel es
literatura en estado puro.