Robert Edwards, el hombre que cumplió los sueños de millones de personas


LONDRES, Claudia Rahola, (AFP) - El británico Robert Edwards, galardonado este lunes con el premio Nobel de Medicina, dedicó su carrera a ayudar a millones de personas a hacer realidad su sueño de tener hijos, "lo más importante en la vida" según sus propias palabras.



Robert Edwards, el hombre que cumplió los sueños de millones de personas
A sus 85 años, Edwards, considerado el padre de la fecundación 'in vitro', vio finalmente recompensado el trabajo que comenzó a mediados de los años 50 y que hasta el día de hoy ha permitido a parejas infértiles en todo el mundo concebir cuatro millones de niños mediante esa revolucionaria técnica.
El mayor éxito de este profesor de la Universidad de Cambridge, logrado en colaboración con el hoy difunto Patrick Steptoe, fue el nacimiento en 1978 de la primera 'bebé probeta', la británica Louise Brown, hoy a su vez madre de un bebé concebido de forma natural.
Pero las investigaciones de este padre de cinco hijas que le han dado 11 nietos estuvieron desde el principio rodeadas de polémica.
Las críticas no sólo vinieron de la Iglesia católica --que este lunes criticó la elección del comité Nobel--, sino también de los medios de comunicación, los gobiernos e incluso la propia comunidad científica.
"Tenemos álbumes enteros de titulares, cosas como 'nacimiento probeta: un acto inmoral prohibido por el Papa'", recordó este lunes Kay Elder, una de sus colaboradoras a partir de los años 80.
"Interferir con la vida humana se consideraba poco ético e indeseable. Mucho de eso venía de la propia Universidad", agregó.
Sin embargo, su deseo de hacer avanzar el conocimiento científico y su determinación para ayudar a las parejas infértiles, le animó a seguir adelante.
"Lo más importante en la vida es tener un hijo. Nada es más especial que un hijo", dijo durante su carrera Edwards, quien no pudo reaccionar este lunes al Nobel debido a su delicado estado de salud.
Nacido el 27 de septiembre de 1925 en la localidad de Batley, cerca de Leeds (norte de Inglaterra), sirvió en el ejército británico de 1944 a 1948, antes de iniciar sus estudios de biología en la Universidad de Bangor, en Gales, y luego en Edimburgo (Escocia), donde se doctoró en 1955 con una tesis sobre el desarrollo embrionario de los ratones.
Tras un primer empleo en el Instituto Nacional de Investigación Científica en Londres, comenzó a trabajar en 1963 en la Universidad de Cambridge, donde cinco años más tarde vio por primera vez de vida creada fuera del útero.
"Nunca olvidaré el día que miré dentro del microscopio y vi algo extraño en los cultivos", dijo Edwards en 2008. "Lo que vi fue un blastocisto humano mirándome fijamente. Pensé: lo conseguimos", agregó entonces.
Una década después, el 25 de junio de 1978, nacía Louise Brown, fruto de la primera fecundación in vitro --fecundación de los ovocitos por los espermatozoides fuera del cuerpo de la madre--, en un parto rodeado del más absoluto secreto para escapar al acoso de los medios de comunicación.
En 1980, Edwards y Steptoe fundaron Bound Hall, la primera clínica de fertilidad del mundo, Bourn Hall, donde continuaron perfeccionando su procedimiento con más de 10.000 bebés nacidos hasta la fecha.
Aunque ha vivido retirado en los últimos años, el profesor Edwards nunca dejó de mostrarse impresionado por las nuevas técnicas, ni de alentar a los científicos a seguir investigando pese a los problemas éticos que plantean los nuevos progresos de la genética.
"La ciencia tiene que avanzar. No habría habido ninguna fecundación in vitro si no hubiéramos estudiado el embrión", afirmó al recoger un premio en París en 2007.
Lunes, 4 de Octubre 2010
AFP (Agence France-Presse)
           


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